Heberprot-P: un aliado en la batalla contra la diabetes

Aunque se le conoce mayormente por esa denominación comercial y como medicamento, sin haberse interiorizado aún que en realidad forma parte de una terapia que precisa de determinados protocolos, el Heberprot-P viene ganando espacios de éxito en cada vez más países y continentes, en los que ha contribuido a abrir caminos de reconocimiento para la biotecnología y la medicina cubanas.

Y es que ese producto y tratamiento, desarrollados tras años de investigación por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), con el correspondiente soporte y validación del sector médico,  logran su impacto más contundente porque aportan respuestas sólidas en función del abordaje de un padecimiento de salud que ha crecido tanto en la actualidad como la enfermedad que lo genera: las úlceras del pie diabético.

Se estima que alrededor de 60 millones de personas en el planeta, entre los más de 400 millones que actualmente viven con Diabetes Mellitus, desarrollan en algún momento esa complicación, que está categorizada entre las más severas, porque de no ser tratada a tiempo y de manera adecuada (lo que ocurre con bastante frecuencia), suele llevar a la amputación del miembro afectado.

En Cuba, a más de diez años de haber extendido el uso del Heberprot-P, que hoy se aplica en sus tres niveles de atención médica, los miles de especialistas capacitados para generalizarlo han compilado datos y estadísticas muy reveladores, como la de disminución del riesgo de amputación en cerca del  78% de los casos; o la confirmación de que el compuesto acorta los períodos de cicatrizaciones y repercute en que el paciente se recupere más rápido.

El país caribeño ha conseguido hasta la fecha que ese medicamento y la terapia que se le asocia hayan beneficiado a más de 300 mil personas, entre las atendidas en su propio territorio y las tratadas en otras naciones, a partir de haber concedido más de una veintena de licencia sanitarias y alrededor de 30 patentes del producto a nivel internacional, según han reseñado numerosos reportes de prensa.

Sin embargo, esas cifras podrían duplicarse en el futuro, si se divulgarán más los valores y posibilidades del Heberprot-P como herramienta para mejorar la problemática de las úlceras; así como los logros del programa médico cubano de monitoreo y control a la enfermedad con la que se vinculan, del que ya están solicitando aprender muchos países, sobre todo de Latinoamérica.

Prevenir, tratar, y además disminuir costos

Al respecto, en varias conferencias de prensa, el investigador y doctor Manuel Raíces Pérez-Castañeda, de la Dirección de Negocios y Desarrollo de Proyectos del CIGB, ha recordado que Cuba viene trabajado desde hace años en el desarrollo de una estrategia preventiva en relación con la Diabetes y sus complicaciones, para disminuir la frecuencia y severidad de estas últimas.

“Se promueve la captación de los afectados desde el nivel de atención primaria, para garantizarles seguimiento y apoyo durante toda su vida, mediante el acceso a capacitaciones diversas, chequeos periódicos, medicamentos como el PPG o herramientas como los glucómetros, entre otras muchas facilidades”, ha indicado el especialista, destacando que ese es el enfoque que como norma caracteriza al sistema de salud cubano.

En este programa participa en todo el país un equipo que aglutina a endocrinos, médicos generales integrales, cirujanos vasculares, angiólogos, podólogos, trabajadores sociales, psicólogos y científicos de los principales centros interesados en que los pacientes diabéticos tengan un buen control metabólico y por tanto una menor probabilidad de que su enfermedad derive en otras afectaciones.

El Dr. José I. Fernández Montequín, especialista en Angiología y Cirugía Vascular y asesor para el programa Heberprot-P en Cuba y el exterior, ha referido en varias oportunidades que a la inclusión de ese medicamento se llega tras analizar las características clínicas y el avance de una lesión de pie diabético identificada tempranamente, y que por igual debe ser atendida de manera integral.

El producto en cuestión, basado en el factor de crecimiento humano recombinante, que es lo que lo hace original desde el punto de vista de su tecnología, se aplica mediante infiltración local. Está indicado, junto a otros tratamientos convencionales, para el manejo de úlceras neuropáticas e isquémicas con un área superior al centímetro cuadrado, de acuerdo con recomendaciones que incluyen varios manuales médicos.

Su gran mérito reside en que constituye la primera y única terapia en el mundo con efectividad demostrada en materia de acelerar la granulación del tejido  y mantener una cicatrización sostenida de este tipo de lesiones; ventajas que inciden en que disminuya el riesgo de amputación, y las consiguientes incapacidades físico-motoras que esta siempre trae aparejadas.

Con ello, se brinda una solución real a una problemática que no sólo es clínica, sino también social y económica, según ha explicado el propio doctor Montequín, acotando  que, por ejemplo, se garantiza un ahorro sustancial en recursos a los sistemas sanitarios, al reducirse significativamente el tiempo de cicatrización y descartarse la amputación, cuyos costos suelen ser muy elevados en países industrializados por concepto de estadía hospitalaria, cirugía, medicamentos y servicios de rehabilitación.

Por otra parte, existen otros costos digamos que indirectos, pero muy importantes, que se minimizan gracias a la existencia del Heberprot-P, como las afectaciones a la calidad de vida de aquellos pacientes que quedan discapacitados para el trabajo, o mueren prematuramente, como resultado del daño o la depresión asociados a la pérdida de alguna de sus extremidades inferiores.

¿Atenderse en Cuba?

En la actualidad, tanto el programa cubano para el tratamiento del pie diabético con Heberprot-P, como el de atención integral a personas diagnosticadas con Diabetes Mellitus, se ponen a disposición de potenciales pacientes de todo el planeta, con el propósito de seguir impulsando su alcance y difundiendo los resultados de esas alianzas cada más estrechas que se establecen entre la medicina y la industria biotecnológica de la isla caribeña.

A través de la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, S.A., entidad encargada directamente del desarrollo y mercadeo  de este tipo de propuestas de asistencia médica y de salud, se permite así el acceso a dos alternativas terapéuticas que  de alguna manera se complementan, y que sin dudas resultan aliadas indiscutibles en la batalla contra una enfermedad, a la que muchos ubican ya entre las pandemias del siglo XXI.