Las hoteleras baleares mantienen sus planes en Cuba pese a Trump

alina
23 January 2017 3:10pm
Las hoteleras baleares mantienen sus planes en Cuba pese a Trump

Las grandes cadenas hoteleras de Baleares fueron de las primeras en llegar a Cuba. Apostaron por el destino cuando nadie daba un duro por él y llevan más de 25 años invirtiendo centenares de millones de euros allí.

Hasta el punto de que actualmente gestionan casi la mitad de las camas existentes. Pero no fue nada fácil, tuvieron que lidiar con las restricciones y los embargos de Estados Unidos, que obligaba a desinvertir en su país a quienes lo hicieran en la Isla caribeña, lo que complicó mucho las cosas. Y siguen sin ser sencillas allí. El reciente deshielo en las relaciones diplomáticas y económicas con Estados Unidos y la incertidumbre que supone la llegada hoy mismo de Donald Trump a la presidencia del país son claros ejemplos.

Sin embargo, las principales hoteleras de las Islas mantienen intacta su apuesta por Cuba y el cambio de presidente en Washington no alterará sus planes más inmediatos.

Meliá e Iberostar son las mejor posicionadas en estos momentos con cerca de medio centenar de hoteles y ambas reconocen que nadie sabe lo que va a pasar, pero sí están convencidas de que seguirán invirtiendo en Cuba pase lo que pase. Prevén mantener sus planes de expansión e incluso los incrementarán este año y los próximos. Y no serán las únicas.

Con ocasión de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur) no han sido pocos los hoteleros que han desvelado sus intenciones en Cuba. El vicepresidente y consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, es consciente de la incertidumbre que genera la llegada de Trump al poder, aunque no ve amenazada su posición en el país, pese a la pujanza que está mostrando Iberostar en los últimos tiempos. «Estamos muy contentos con nuestra política actual y apostamos por un crecimiento de la mano de hoteleras cubanas», apunta al tiempo que recuerda que ya gestionan 29 establecimientos allí y anuncia «que hay tres más en construcción». «Seguro que seguiremos creciendo», abunda consciente de las excelentes relaciones que los empresarios baleares mantienen en Cuba.

De la misma manera opinan en Iberostar. Su presidente, Miguel Fluxà, ya dijo hace un par de meses que seguirían invirtiendo en Cuba pasara lo que pasara, en referencia a la llegada de Trump y la verdad es que no le faltaba razón. Acaban de obtener el permiso para importar mercancías para hoteles y aumentar así la calidad en los establecimientos y se han marcado un ritmo de aperturas más que importante. Actualmente gestiona 12 hoteles en la isla caribeña y tiene firmados 15 más, con lo que duplicará su presencia en los próximos años.

Sólo en 2017 abrirá seis nuevos establecimientos allí: el Riviera, que ya gestiona desde este mes, el Grand Hotel Packard en La Habana, el Casa Granda, el Imperial, el Gran Hotel en Santiago de Cuba y el Colonial en Cayo Coco. En total, más de 500 nuevas habitaciones para alcanzar este año los 17 hoteles en Cuba.

El presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, mantiene intactos sus planes tras 20 años en la zona. «Apostamos mucho por Cuba», afirmaba el miércoles en su stand de Fitur apenas unas horas antes de reunirse con Manuel Marrero, ministro de Turismo del país caribeño. Y su apuesta es doble: hotelera y aérea. Porque con Air Europa inicia en marzo las rutas a Cuba en el moderno avión Boeing 787 adelantando la operativa y aumentando frecuencias, y también porque quiere seguir captando hoteles. «Todo lo que sea posicionarse allí es fenomenal para el grupo», confirmaba satisfecho.

Actualmente su hotelera, BeLive, gestiona cuatro hoteles en la zona, uno de ellos en La Habana. Aunque tiene sobre la mesa desde hace meses un megaproyecto turístico para construir un complejo cerca de La Habana, en un solar al final del malecón, con campos de golf, alojamiento residencial y hoteles. Pero todavía faltan flecos por cerrar con el Gobierno, razón por la que se reunió con Marrero en Fitur. Y lo mismo sucede con las rutas aéreas entre Miami y la capital cubana, en las que Air Europa anda interesada desde hace tiempo.

En Barceló, sus directivos llevan tiempo refiriéndose a Cuba como «la gran asignatura pendiente de la cadena» ya que en la actualidad su presencia se reduce a dos complejos en Varadero. Pero su intención es la de poner remedio cuanto antes a esta situación y crecer todo lo que se pueda, con interés en La Habana.

La presencia balear en Cuba no se limita a activos hoteleros. Al igual que Air Europa, Baleària también aspira a lograr conexiones entre Estados Unidos y la Isla, aunque en este caso marítimas. Sin embargo, pese a contar con las licencias, «el proyecto se ha quedado en el congelador por el cambio de gobierno», tal y como avanza su presidente, Adolfo Utor. Según reconoce, la nueva situación genera «incertidumbre», aunque asegura que la naviera «está trabajando para ser la primera compañía de pasajeros entre Estados Unidos y Cuba».

Con información de Mundo.es

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