Los cruceros que llegan a Cuba

alina
02 August 2016 10:33am
Los cruceros que llegan a Cuba

El desarrollo de la industria recreativa en Cuba tiene en la actualidad sobre el tapete los viajes de cruceros, con cierta dependencia de la liberalización de las visitas de estadounidenses a este archipiélago.

   Por la posición geográfica de la isla, Cuba se encuentra en un eje de navegación no solo para estos grandes barcos, sino para veleros y otros transportes de náutica recreativa.

   Algunas noticias, ya aproximan el reciente interés de grandes compañías de navegación que pueden inclinarse en un futuro cercano hacia la moda de llegar en cruceros a Cuba. Y qué decir de la entrada del Adonia de Carnival, o el MSC Opera, las más grandes embarcaciones de su tipo a este destino.

  Sin embargo, los más grandes navíos de turismo pudieran llegar a Cuba en un breve tiempo dado el creciente interés en los extranjeros en pasar tan siquiera algunas horas en La Habana y otros puertos del país.

   Esas novedades incluyen incluso las propuestas de ferris para enlazar al sur del vecino del norte con La Habana, como ocurría sobre todo en los años 50 del pasado siglo.

   A propósito del deshielo de relaciones entre los Estados Unidos y Cuba apareció entonces sobre el tapete Phantom, del grupo estadounidense Carnival, con su primer viaje el 1 de mayo pasado del mencionado barco Adonia.

   El anuncio apareció oportunamente en la feria Seatrade Cruise Global, de Fort Lauderdale, a unos 50 kilómetros de Miami, considerada la más importante del mundo en su sector.

   Los viajes de este tipo tienen una interesante historia que comenzó con el traslado de emigrantes hacia La América y continuó con su aprovechamiento de manera recreativa.

   La industria de cruceros en Cuba tuvo su impulso más reciente a partir de los años 90 del pasado siglo, pues en 1994 inicio el turismo como industria en este país, de ahí la remodelación de su principal puerto para esta modalidad en La Habana, y la entrada de diversas compañías.

   Algunos de estos barcos que llegaron luego tuvieron que interrumpir sus operaciones debido a las presiones extraterritoriales de los Estados Unidos, como en el caso de naves italianas.

   La directora de la Empresa Importadora del Transporte cubana, Ana María Piñón, oportunamente declaró que las trabas económicas, financieras y comerciales de Washington contra La Habana afectan la llegada de buques mercantes, cruceros y por tanto turistas.

   Esas medidas impactan a las principales líneas de cruceros del mundo como es el caso de Carnival, Royal Caribbean, Star Cruises, Norwegian Cruise Line (NCL), MSC y Costa.

   Además influyen contra navieras de terceros países como Barclay, CGA-CGM, Hapag Lloyds, por tener naves que tocan puertos del gigante norteño, y por tanto tampoco pueden contratar a los cubanos.

   Por dichos conceptos, Cuba pierde alrededor de 10 millones 188 mil dólares al año, tal y como lo reflejó un informe oficial insular sobre el particular.

   En la actualidad esta vía de transporte es considerada emergente, de acuerdo con cifras que pueden rondar los 16 millones de cruceristas de los que unos cuatro millones son personas solas o parejas solteras. Para 1960 aparecían registradas 100 compañías de pasajeros.

 

CRUCEROS, UNA INDUSTRIA EN DESARROLLO

 

   A partir de los encargos de nuevos barcos para la modalidad turística de cruceros, se puede percibir el desarrollo de esta especialidad y el futuro promisorio, con el incremento de tamaños, capacidades y recorridos, sobre todo por el área caribeña.

   En esa cuerda, Cuba tiene una posición privilegiada, sin embargo, las medidas económicas y comerciales de los Estados Unidos en su contra desde los años 60 del pasado siglo, pesan de sobremanera y en el mapa de los itinerarios se aprecian muchos barcos rondándola, pero sin poder tocarla.

   El libro de los encargos para esta industria incluye sobre todo a astilleros de Europa y Japón, con 22 barcos para entregas desde este año hasta el 2016 y que generalizan 66 mil 831 capacidades, a partir de una inversión mundial de 14,9 mil millones de dólares.

   Entre los barcos en astilleros se encuentran AIDAstella y MSC Preziosa previstos para marzo, Norwegian Breakaway y Europa 2 para abril, Royal Princesa para junio y Le Soléal para julio.

   La mitad de estas naves constituyen nuevos diseños, como es el caso del Europa 2, Norwegian Breakaway y Royal Princesa, y el resto forman parte de series.

   Como novedades aportan deslizador de agua que se extiende en 18 cubiertas hasta los 120 metros, y en materia de peso el tonelaje transita de las 144 mil toneladas del Norwegian Breakaway, pasando por 141 mil hasta las 71 mil toneladas del AIDAstella.

   Cabinas espaciosas, pisos de cristal suites con sus propias Spa, balcones y muchos bares y restaurantes marcan el esplendor de estas naves de recreo, junto con el dato de sobrepasar los tres mil pasajeros y cifras millonarias de construcción, en la ronda de los 760 millones de dólares por barco.

  

UNA BARRERA PAR EL MAR CUBANO

 

   Pese a que cada año las rutas crecen en el área del Caribe, y Cuba está bautizada no por gusto como la Llave del Golfo (Golfo de México) existen muchas trabas de parte del principal generador de esos viajes, Estados Unidos.

   No obstante, la industria de cruceros en Cuba tuvo su impulso más reciente a partir de los años 90 del pasado siglo, pues en 1994 inicio el turismo como industria en este país, de ahí la remodelación de su principal puerto para esta modalidad en La Habana, y la entrada de diversas compañías.

   Algunos de estos barcos que llegaron luego tuvieron que interrumpir sus operaciones debido a las presiones extraterritoriales de los Estados Unidos, como en el caso de naves italianas.

   Los barcos de cualquier país que toquen puertos de este archipiélago están imposibilitados a entrar en Estados Unidos durante 180 días. 

   Aclara la funcionaria que esa injusta medida priva a esta nación de recibir ingresos por concepto de impuestos de tripulantes, pasajeros y gastos en las operaciones navieras. Medida en plan de transformación, sobre todo a partir de los viajes del barco de Carnival.

   Otra demostración del carácter extraterritorial de la medida está en la prohibición de realizar contratos de fuerza de trabajo calificada a tripulantes cubanos en cruceros, yates y buques comerciales.

   El director de operaciones comerciales y negocios de la Terminal de cruceros de La Habana, Norberto Pérez del Toro, alertó que de no existir esas medidas restrictivas unas mil embarcaciones anuales, llegadas desde Estados Unidos, tocarían los puertos cubanos, con un millón de pasajeros a bordo.

   Solo en el período de mayo de 2010 a abril de 2011 las afectaciones en el sector del transporte en general están valoradas en 244 millones 583 mil dólares, tal y como lo reconoce el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex). Ahora parece que otro es el futuro.

  

EL MUNDO DE CRUCEROS

 

  Los cruceros son viajes en barcos de pasajeros a cualquier parte del Planeta con fines de placer, como una modalidad turística diferente y especial para conocer varios lugares, y algunos sitios inexplotables por otros medios de transportes.

   En la actualidad esta vía de transporte es considerada emergente, de acuerdo con cifras que pueden rondar los 16 millones de cruceristas de los que unos cuatro millones son personas solas o parejas solteras.

   No obstante, se aprecia un crecimiento y la generación de empleos directos e indirectos, considerando la construcción de nuevos barcos y sus mantenimientos en los puertos de atraque.

   En 1835 apareció el primer anuncio de crucero en el periódico británico Shetland Journal con la finalidad de visitar Escocia, Islandia y las Islas Feroe; para ese entonces nadie auguraba el impetuoso desarrollo de esta modalidad.

   La primera compañía en salir al mercado se creó en 1837 en Stromness, por Arthur Anderson y Brodie Wilcox, cuyo nombre fue Peninsular Steam Navigation Company, que luego se transformó en P and O Cruises.

   Esa iniciativa llamó la atención de los grupos inversionistas y en 1840 Samuel Cunard fundó la Cunard Line para trasatlánticos desde Liverpool hasta Halifax, Nueva Escocia, Canadá.

   Precisamente una de las grandes hazañas de la ingeniería naval la anotaría el defenestrado crucero, botado en 1912, Titanic, que se hundió al quinto día de viajes luego de chocar con un iceberg.

   En 1930 el crucero comenzó como una llamada a la revolución social. Era una forma alternativa de disfrutar de ciertas comodidades y privilegios restringidos en tierra y empezó la generación de los barcos más lujosos, y más grandes.

   Los países que se apuntaron a esta tendencia fueron Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Francia que compendian por el mercado, y entre los barcos destacables apareció el Queen Mary, construido en 1948, ahora anclado como hotel flotante en Long Beach, Estados Unidos.

   Ya para 1960 aparecían registradas 100 compañías de pasajeros. Ese concepto no se transformó mucho, y se destina a un sector de gran poder adquisitivo, cuando en la actualidad existen 280 navieras, tanto marítimas como fluviales, que ofrecen unos 30 mil cruceros a dos mil destinos.

   Esas propuestas incluyen una gran cantidad de itinerarios, barcos y tarifas, para adaptarse a las necesidades de los viajeros.

   Construir un barco de este tipo demora unos dos años y su capacidad puede llegar a superar los cuatro mil pasajeros, en lo que realmente son, verdaderas ciudades flotantes, repletas de comodidad, aunque para los ecologistas significan agresiones al medio ambiente por su consumo.

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