Sector no estatal ayuda a paliar demanda turística en Viñales

Ubicado en Pinar del Río, la más occidental de las provincias cubanas, y declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, Viñales se ha convertido en los últimos años en uno de los destinos preferidos de los viajeros internacionales que llegan a Cuba en busca de un turismo ecológico y de aventuras.

Localizado a 178 kilómetros de La Habana y a 25 de la ciudad cabecera de la provincia, Viñales cuenta con una capacidad hotelera de apenas 220 habitaciones entre Los Jazmines, La Ermita y Rancho San Vicente, que se ha visto superada por una creciente demanda, especialmente de turistas norteamericanos.

Gracias al aporte del sector no estatal, Viñales cuenta hoy con una oferta de más de mil 500 habitaciones en casas particulares a disposición del turismo.

“Nuestra agencia en estos momentos tiene contratadas en Viñales 223 habitaciones, que constituye una buena opción para poder ofertar a los turoperadores que demandan la modalidad en Viñales”, afirma José Antonio Agüero, director de ventas de la empresa cubana Viajes Cubanacán.

En opinión del directivo, la suma de las habitaciones en casas particulares y de los tres hoteles antes mencionados permite ofrecer estancias prolongadas de grupos que antes no era posible garantizar en el polo con las agencias de viajes tradicionales.

Una buena parte de las villas y casas particulares cuenta con altos estándares de alojamiento y alimentación, y muchas están avaladas por reconocidas empresas internacionales y sitios web de viajes, como TripAdvisor.

El turismo proveniente de Canadá y Estados Unidos, además de Europa, es sin duda los principales mercados emisores de Viñales. Muchos de ellos, según afirman los propios propietarios de las habitaciones, permanecen en el destino hasta por uno o dos meses.

El poblado de Viñales, ubicado en el valle del mismo nombre, conserva el tradicional escenario de un asentamiento de agricultores, representado por su calle principal, galerías de columnas a sus lados y casas de tejas rojas que favorecen sus condiciones climáticas, dándole una apariencia singular y agradable.

Viñales, antes un pueblo relegado por su lejanía de los grandes centros urbanos, hoy florece por la benéfica influencia de la industria turística que, al ofrecer la bienvenida al sector no estatal, coloca ante los visitantes internacionales el mejor de los atributos: la belleza del pueblo cubano.