Tope Cuba-Estados Unidos: Primer revés y un sorbo de historia

alina
12 July 2018 10:39am
Tope Cuba-Estados Unidos: Primer revés y un sorbo de historia

El estadio Latinoamericano no estaba como otras veces. Cierto velo de indiferencia cubría el graderío, pese a ser el de la víspera, el primer juego del tradicional tope de béisbol entre ambos países, ganado por los universitarios estadounidenses 5-1.

Pitcheo sólido, de brazos jóvenes y rectas que superaron en ocasiones las 95 millas fueron las claves del éxito de los norteños, apoyados fundamentalmente en el binomio Drew Parrish (cinco entradas en las que solo permitió un indiscutible, con cinco ponches y sin boletos), y el zurdo Graeme Stinson, sin conceder inatrapables en uno y un tercio, pero con dos boletos.

De forma general los lanzadores visitantes solo permitieron seis indiscutibles, con nueve ponches y par de transferencias.

La mayor ocasión antillana fue desaprovechada en el sexto acto, cuando con bases llenas, Frederich Cepeda se ponchó empuñando a la derecha versus Stinson.

Del otro lado cuba mostró fisuras en defensa y en materia de mecánica de juego, algo que a estas alturas, en una selección nacional con kilometraje extra fronteras, no nos podemos permitir. Falló “el máscara” Yosvani Alarcón, después de un excelente tiro del jardinero Yoelkys Céspedes, que propició la primera anotación estadounidense. El pitcher Dachel Duquesne tampoco realizó la asistencia en primera base sobre un roletazo ideal para doble play. Acto seguido, lanzó un wild pitch con hombre en tercera y tampoco acudió a home a realizar la asistencia.

Si a esos deslices costosos le sumamos una friolera yanqui de 14 indiscutibles encontramos las causas de ese desenlace inicial. Lo cierto es que desde mi óptica, los portentos noveles estadounidenses, mostraron en ese primer avance, mucha más profesionalidad sobre la grama que nuestra curtida armada.

El mentor antillano Carlos Martí adelantó que el abridor del segundo desafío por Cuba será Roy Hernández, y de relevar se encargarán Alain Sánchez y Vladimir García.

Radiografía yanqui

Si nuestro principal elenco, o digamos que el grueso del mismo, el cual nos representará en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, además del algunos serpentineros que se desenvolverán en el torneo de Holanda, no pudo darle cara en el estreno a los norteños, eso habla en buena medida de la calidad de los visitantes.

En nueve partidos de preparación atesoraban balance de ocho victorias y un revés antes del play ball con los nuestros. Su staff se antoja la piedra angular, pues sus serpentineros habían trabajado en 80 entradas con efectividad de 1.12 carreras limpias (solo diez anotaciones limpias), 97 ponches y 27 bases por bolas, 43 jits permitidos y 163 de average rival.

El timonel Paul Mainieri ha rotado a 20 hombres que han actuado en la lomita (14 de ellos trabajan para 0,00 durante 55 innings), rubros verdaderamente impresionantes.

En contraposición su ofensiva no parece ser muy temible, pese a haber aprovechado con efectividad las chances de anotar que tuvieron frente a los nuestros.

Exhibían promedio de 217 (60 imparables en 276 turnos oficiales al bate), con siete dobletes y un solitario cuadrangular, conectado por el jardinero Daniel Cabrera, líder en impulsadas del colectivo con cinco.

Pincelada histórica

Si hurgamos en los referentes históricos de estos topes bilaterales, hallamos sus albores en el propio estadio Latinoamericano, allá por el año 1987 y con la presencia de Fidel.

Desde entonces se desarrollaron ininterrumpidamente hasta 1996, y luego tuvieron un impasse hasta el 2012, cuando se reanudaron hasta la actualidad, alternando la sede cada año.

El saldo histórico favorece a los nuestros (44-37), amén de que en la segunda temporada los norteños inclinan la balanza ligeramente a su favor 16-14.de hecho, desde el 2012 a la fecha, las confrontaciones han culminado así:

2012- Cuba (3-2)

2013- Estados Unidos 5-0

2014- Cuba 5-0

2015, 2016 y 2017- Estados Unidos 3-2.

El primer triunfo sobre una escuadra estadounidense en estos matches se lo anotó el zurdo matancero Jorge Luis Valdés, un partido excelente que culminó 7-6 para los nuestros.

Así, lo más notorio a lo largo de este tiempo, ha sido el 6-0 global de los antillanos en 1989, mientras el único empate a tres en los enfrentamientos, aconteció en 1991.

Hasta el sábado, en medio de la fiebre mundialista y los aires de fútbol que invaden Cuba desde Rusia, tendremos béisbol de calidad en el Latino, el cual será mejor aún, si nuestro combinado brinda su mejor cara sobre el césped, algo que no acaeció en el estreno.

Back to top