¿Qué impacto tendrá el restablecimiento de las relaciones EE.UU - Cuba para el turismo y la economía del Caribe?

alina
08 November 2016 2:46pm
¿Qué impacto tendrá el restablecimiento de las relaciones EE.UU - Cuba para el turismo y la economía del Caribe?

El 17 de diciembre de 2014, hace casi dos años, los presidentes de Cuba y Estados Unidos, anunciaron públicamente en discursos televisados, el inicio de un histórico proceso tendiente a la normalización bilateral entre los dos países después de más de medio siglo de hostilidades, restricciones, amenazas y leyes que han provocado el enrarecimiento de las relaciones. A este proceso muchos lo han nombrado como “deshielo”; pero no han dicho el tamaño del iceberg.

En este estado de cosas, estoy convencido que el turismo ha demostrado ser el sector que más puede favorecer el clima de normalización de las relaciones entre los dos países. En los veintiún meses transcurridos; que van de enero de 2015, en que se anunciaron desregulaciones y nuevas licencias para los viajes desde el norte, a septiembre de 2016; Cuba ha recibido 863.264 residentes en Estados Unidos, cifra que incluye a 517.086 cubanoamericanos.

También el Turismo es el sector que más retos tiene que enfrentar para garantizar un flujo enorme de visitantes, con las mismas limitaciones de recursos materiales y financieros, que durante años impone el bloqueo y que aún permanece inamovible, pese a que ningún país lo apoya, ni siquiera Estados Unidos. Sería bueno recordar a Frederic Skinner y la superstición de la paloma, en el decir: “Los cambios se producen no por causa del paso del tiempo, sino más bien de lo que sucede mientras el tiempo va pasando”.

 

Entonces,… ¿qué ha indicado el comercio limitado de EE.UU. con Cuba?

 

Desde el año 2001, que se aprobó la exportación de algunos productos de EE.UU. con destino a Cuba y hasta junio del actual año; el valor de esas exportaciones (según cifras de United States Department of Commerce) asciende a 5,182 millones de dólares. Esta cifra no representa ningún intercambio comercial, solamente hay que entenderlo como la compra, sin ningún crédito, ni aplazamiento de pago.

 

Tras simplemente “echarle un vistazo” a las cifras anteriormente mencionadas, se puede entender por qué desde la perspectiva de los productores estadounidenses el mercado (de exportación) cubano representa un enorme potencial. En medio de la enorme crisis e incertidumbre que actualmente afecta a la economía mundial, Cuba representa un mercado para las exportaciones agrícolas estadounidenses con un nivel de riesgo relativamente bajo. Cuba también cuenta con una ventaja geográfica al estar localizada a una distancia relativamente corta de los Estados Unidos. Operar bajo un sinnúmero de trabas y restricciones, el mercado de consumo cubano ofrece varias ventajas desde la perspectiva de los productores y exportadores estadounidenses.

Un estudio realizado por Texas AgriLife Research, Texas A&M University; conservadoramente calcula, que bajo un escenario sin restricciones de viaje, pudieran viajar unos 540.000 estadounidenses en el primer año, con una estancia media de 4,5 días; y un consumo en alimentos y bebidas de U$60.00/día, que representaría U$145.800.000 anuales, solo por este concepto.

En los tres primeros trimestres del actual año, han viajado a Cuba 184.945 estadounidenses, al terminar este 2016, pudiéramos prever unos 225.000, esto sin incluir a los cubanoamericanos.

Es oportuno enfatizar que Estados Unidos, además de ser un gran emisor de viajeros y remesas a Cuba, es también una fuente de divisas para el sector telecomunicaciones de la isla. De hecho, una parte de los ingresos de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) provienen de las recargas y del tráfico de llamadas a teléfonos fijos y celulares originadas en territorio estadounidense. Queda claro que esta es una de las razones, entre otras, por las que Estados Unidos ha mostrado de manera significativa sus intereses en el desarrollo de la infraestructura de telecomunicaciones en Cuba.

Aparte de las operaciones en el sector telecomunicaciones autorizadas por Estados Unidos, las entidades de ese país no pueden invertir directamente en Cuba a causa de las prohibiciones del bloqueo, pero pueden invertir en compañías extranjeras que operan en la isla a condición que no asuman el control de dichas compañías y a pacto que estas últimas no obtengan la mayoría de sus ganancias totales de los negocios en Cuba. De hecho hay capital de Estados Unidos muy significativo en varias compañías extranjeras que operan en el mercado cubano. Por ejemplo, en 2014, los inversionistas estadounidenses poseían cerca del 40% de las acciones de la firma francesa Pernod Ricard, casi un  tercio de las acciones de la británica Imperial Tobacco, y 27% de la suiza Nestlé. Estas firmas tienen importantes empresas mixtas en la Isla.

Nuevas oportunidades se van negociando en la búsqueda de instrumentos y mecanismos que impulsen el desarrollo acelerado de todos los sectores económicos, priorizando aquellos, que como el turismo, están mejor preparados para asimilar el financiamiento externo y las nuevas tecnologías. Este escenario de la Feria Internacional de La Habana, representa un espacio esencial para tales propósitos, con una renovada cartera de negocios.

Como los demás sectores de la economía cubana, el turismo continúa enfrentando las restricciones como consecuencia del bloqueo, por lo que no se cuenta con fuentes importantes de recursos financieros para procurarle reparación urgente a la planta hotelera; la construcción de nuevas instalaciones de alojamiento y ocio; renovación y modernización profunda de la infraestructura náutico-recreativa y aeroportuaria; y de igual modo, la falta de créditos y mercados que dificulta la adquisición de insumos y productos básicos para satisfacer las demandas del visitante foráneo, ante el propósito de la política turística de recuperar el espacio perdido.

 

Me queda entonces dar respuesta a la interrogante que da título a esta conferencia. ¿Qué impacto tendrá el restablecimiento de las relaciones EE.UU?Cuba para el turismo y la economía del Caribe?

Ante todo debo recordar que Cuba es parte inseparable del Caribe, con el que ha compartido siempre sus éxitos y amenazas. Creo que somos ante todo caribeños y después latinoamericanos, y que no se tome a mal mi aseveración.

Nuestros territorios, en común, no poseen muros ni alambradas, tampoco ejércitos atrincherados que limiten sus fronteras. Son fronteras de aguas cálidas que acogen con beneplácito a visitantes de todas partes del mundo. Defendemos nuestras fronteras de otra forma.

Compartimos los problemas básicos de los territorios insulares, con independencia de que se hayan convertido en estados soberanos o permanezcan vinculados a territorios más amplios; es el de establecer planes de desarrollo, teniendo en cuenta la escasez de recursos, la dependencia histórica del exterior, y por supuesto las exigencias de un desarrollo sostenible.

Como islas que somos, asumimos el aislamiento de los ecosistemas insulares como un hecho físico, pero sus consecuencias se experimentan tanto en el terreno económico, como en el social.

Nuestras islas no sólo están limitadas, sino también sufren el aislamiento debido a que para llegar a sus costas es preciso franquear las barreras marítimas. La combinación de estos elementos, definen principalmente la noción de insularidad, hecho que no perciben los territorios del continente.

Los caribeños, como habitantes de las islas, tienen una clara percepción de su riqueza e influencia; su fragilidad ante fenómenos meteorológicos; de las posibilidades y los límites de su naturaleza. La población insular es plenamente consciente de las posibilidades de sus recursos, y han desarrollado buenos sistemas de adaptación al sistema mundial, como países de la periferia.

En mi opinión, considerar que el restablecimiento o la normalización de las relaciones de Cuba y Estados Unidos, traerá impactos negativos a la economía y el turismo a los estados insulares del Caribe; representa una manipulación para crear la división entre nuestros países; cuestión, por cierto, históricamente percibida.

Ver la incorporación de Cuba al sistema caribeño y la normalización de las relaciones con Estados Unidos, como una amenaza,… es simplemente una aberración geoestratégica de algunos centros de poder, tanto políticos como empresariales.

La incorporación de Cuba en el escenario turístico del Caribe, a partir de la decisión de los gobiernos de Estados Unidos y de la Isla de normalizar las relaciones entre los dos países; trae aparejado varias iniciativas que impactarán positivamente en el crecimiento del turismo y la economía en toda la subregión, convirtiendo paulatinamente al Caribe en un megadestino único de clase mundial. Esto traerá aparejado un auge de la inversión extranjera directa, aprovechando además, la consolidación de una zona de paz; que contrasta con tantos lugares en el mundo donde reina el caos y las confrontaciones bélicas.

El pasado año 2015, los arribos al Caribe alcanzaron 28,7 millones de visitantes, mientras que el actual año con un crecimiento de alrededor del 5%, pudiera cerrar con 30 millones; lo que indica que un clima de distensión y normalización se revierte en oportunidades para todos los países caribeños.

Los muchos acuerdos en el sector aeronáutico, junto al crecimiento del turismo de Cruceros, propician que los flujos turísticos a los diferentes destinos caribeños, conviertan a este espacio geoturístico en un multidestino único.

El Caribe es el destino de cruceros más importante en el mundo, representando el 40 por ciento de la capacidad mundial de la industria.

La fuerte actividad inversionista del Caribe presenta como tendencia en el período reciente, el desarrollo en el sector del turismo, de las telecomunicaciones y de las infraestructuras como soluciones imprescindibles para el exitoso desempeño económico de la subregión.

Espacio de relaciones y concertación, como esta Feria Internacional de La Habana, se consolida cada año, como el espacio más importante en el Caribe; donde encontrarse todos en aras del desarrollo económico multisectorial y la inserción en los mercados globales.

La subregión cuenta con organizaciones como la Asociación de Estados del Caribe, la Comunidad del Caribe CARICOM, la OECO, la Organización Turística del Caribe CTO y la Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe CHTA. Es tarea de estas instituciones: unir voluntades políticas y recursos para aprovechar la oportunidad en aras de forjar un territorio caribeño único, donde el vivir sea envidiable para las presentes y futuras generaciones.

Entonces,… en un mediano plazo, la infraestructura turística del Caribe garantizará un extraordinario multidestino integrado y multimodal; queda entonces por las administraciones nacionales y locales de turismo en cada destino, mejorar la competitividad del sector turístico, elevar la capacitación y formación del capital humano, y diversificar las fuentes de turistas en mercados y segmentos; que permitan que las grandes inversiones, produzcan los beneficios que coadyuven a la sustentabilidad y al aumento de la calidad de vida y estado del bienestar de todos los caribeños.

Muchas gracias a todos.

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