Vitrales de La Habana: Luz y Arte de Cristal

Rolando Pujol
07 October 2020 5:38pm

La Habana resalta por las luces y contrastes que personalizan todos sus espacios. El trópico está presente en la ciudad con ese sol fuerte, que entre las primeras horas del amanecer y las últimas de la tarde, cualquier día del año, establece un diálogo poético, con los cristales policromados que coronan los medio puntos coloniales o revelan historias de fe, románticas y de caballería, al trasluz de los ventanales de las  iglesias y viejos palacios aristocráticos.

El vitral, que tuvo su auge en la arquitectura gótica europea, desde el temprano siglo XIII; conquista a La Habana, con el auge de la arquitectura palaciega como resultado de la prosperidad económica creciente en el siglo XVIII y el arribo al país de numerosos carpinteros destinados a la construcción de las techumbres de madera y los grandes buques de guerra y transporte en los astilleros del Arsenal de esa ciudad, capital de Cuba.

Así, la técnica empleada para cerrar con cristales y marcos de madera los ventanales de popa de los galeones,  sirvió también para llenar el espacio que dejaban los arcos sobre puertas y ventanas de las mansiones coloniales, donde las hábiles manos de los carpinteros crearon abanicos de luz con cristales policromados en rojo, ámbar y azul, que dieron realce y alegría al espacio y ambiente interior de las habitaciones.

Vitrales de La Habana- Habitaciones

El arte sacro, que consolidó las técnicas del vitral en Europa, también tuvo una notable expresión en las iglesias habaneras, en la medida en que sus macizos muros y paredes de piedra conchífera fueron aligerados por otros materiales constructivos, donde quedaron grandes espacios a llenar con historias de cristal emplomado.

De esta manera los pasajes bíblicos, la santidad de los mártires cristianos, santos y vírgenes es contada por la luz coloreada a través del cristal.

Resaltan por su extraordinaria belleza los 139 vitrales de la iglesia neogótica del Sagrado Corazón, en la Calle Reina, por sólo mencionar uno de los ejemplos más significativos y bellos en La Habana.

Entre mediados del siglo XIX y la primera mitad del XX, la importación de vitrales elaborados de forma primorosa por famosos talleres europeos, principalmente de España, cobra auge, favorecida por la intensión de la aristocracia criolla de ponerse a tono con las tendencias de los más relevantes centros urbanos ilustrados del Viejo Mundo.

Vitrales de La Habana en espacios urbanos

Y es así como nos llegan hermosos exponentes de cristalería pintada con escenas de caballería inspirados en el Quijote de Cervantes, castillos y torneos medievales; románticos motivos florales, paisajes bucólicos de tal manera que los ventanales sobre las escalinatas y en los espaciosos salones de las mansiones palaciegas, se verían coronadas y ambientados por estas obras de arte de exquisita manufactura.

Vitrales de La Habana-Motivos florales

Muchos de los vitrales con temas religiosos que se pueden ver hoy en las iglesias de La Habana fueron donados por adinerados feligreses, para obtener el favor de Dios con una piadosa obra de Luz y Arte de Cristal.

Vitrales de La Habana

 

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