Respirar a “Topes de Collantes”

Rolando Pujol
03 November 2021 2:27am
Topes de Collantes

Por Rolando Pujol

Fotos del propio autor

Después de meses de encierro producto de la pandemia, necesitamos respirar física y espiritualmente. Poder hacerlo a todo pulmón, en contacto íntimo con la naturaleza es el bondadoso regalo que nos ofrece Topes de Collantes, un puerto de montaña, enclavado en la Sierra del Escambray, en la provincia de Sancti Spíritus.

Declarado como Patrimonio de la Humanidad en 1988 y Paisaje Natural Protegido, el Parque Nacional Topes de Collantes, abarca una inmensa extensión de territorio de 110 Km², donde sobresalen picos con más de 800 metros de altitud. El clima del lugar es una bendición, pues la temperatura promedio, por efectos de la altura no sobrepasa los 25 grados centígrados durante casi todo el año, algo más frío en el benévolo invierno tropical, lo cual favorece las actividades al aire libre. 

Aunque no son parte de la flora autóctona del Escambray, portentosos eucaliptos, impresionan al visitante que siente como es invadido por las esencias prístinas del aire, purificado por sus hojas. Coníferas aclimatadas desde la Era de las Glaciaciones y diversas especies de helechos arborescentes, colman de verdes con disímiles tonalidades, el paisaje de los alrededores, donde armonizan con la floresta las edificaciones del complejo hotelero y las viviendas de los montañeses, consagrados a la faena agroforestal.

Topes de Collantes

 

Los hoteles, construidos entre los árboles, dispensan un ambiente distendido para sus huéspedes, lo que se conjuga con un variado programa de actividades recreativas y excursiones, que incluyen caminatas, por senderos que llevan hasta lugares ocultos y alucinantes en medio de las montañas, salpicados por el rocío de los saltos de agua y los manantiales, que corren sobre las piedras de basalto azul.

Los bosques de Topes de Collantes, abrigan todo el año, a buena parte de las 300 especies de aves existentes en Cuba, como el tocororo, los tomeguines, zunzunes, carpinteros, cartacubas, arrieros y cateyes de colorido plumaje. También alojan a sinsontes y zorzales, considerados como los “cantantes líricos” del monte. Los nidos abandonados de los carpinteros, cobijan a otras aves, como las cotorras y tocororos, facilitando su reproducción.

Topes de Collantes

 

Las frutas y las viandas se dan bien en el vergel montañoso de Topes de Collantes, pero sobre todo el café, heredero de una tradición de casi tres siglos. El buen café arábigo, prospera en las montañas con el toque delicado de la mano del cosechero y los mimos de la naturaleza. Disfrutar del cálido sorbo del néctar divino, junto a la plantación, escuchar los trinos de las aves sin dueño y respirar a tope, en Topes de Collantes, es algo que debemos incluir en nuestra bitácora de viajes por Cuba.

Topes de Collantes

 

Topes de Collantes

 

Topes de Collantes

 

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