Santa Clara: Gloria y voluntad en la Villa del Tamarindo (+ fotos)
La Ciudad de Santa Clara, centro urbano de Villa Clara, debe su fundación al cisma que aconteció en el siglo XVII en la Villa de San Juan de los Remedios, cuando sus pobladores se enfrascaron en una acalorada disputa sobre la conveniencia de cambiar la urbe de lugar, pretextando la amenaza del ataque de los piratas.
Un grupo de 13 familias decidieron partir para reubicarse a medio centenar de kilómetros en el interior del territorio, donde fundaron la nueva villa en los predios del hato de Santa Clara, el 15 de julio de 1689. Un árbol de tamarindo, en el parque de la Iglesia del Carmen, rodeado de trece columnas con los nombres de los fundadores, rememora actualmente ese acontecimiento, del cual ya han transcurrido 331 años.
Gracias a la perseverancia de los que se quedaron, todavía existe la bella ciudad de Remedios y por la voluntad de los que se fueron, Villa Clara, posee hoy una próspera capital provincial, como Santa Clara.
La ciudad tiene una animada prestancia a todo lo largo del boulevard de la calle Independencia y en el parque Leoncio Vidal, que funge como su centro histórico. A su alrededor se encuentran algunos edificios sobresalientes por su arquitectura e historia.
El Palacio Provincial, sede de la Biblioteca José Martí, se destaca por sus grandiosos frontones gemelos. También se distingue el Teatro La Caridad, inaugurado en 1886. Otros edificios evocadores en el entorno del parque Vidal, son la amplia casona colonial del Museo de Artes Decorativas, que data de 1810, el antiguo Liceo y el Hotel Santa Clara Libre, donde aún son visibles los impactos de las balas, de la última gran batalla de la guerra de liberación en diciembre de 1958.
El asalto y la toma de Santa Clara, por el Comandante Ernesto “Che” Guevara, con un centenar de guerrilleros, fue la proeza militar que decidió la victoria de la Revolución. El Che tuvo que enfrentarse a una guarnición de más de mil hombres y a un tren blindado, enviado desde La Habana, con 400 soldados de refuerzo, armamento pesado y gran cantidad de proyectiles. El pueblo apoyó incondicionalmente a los rebeldes, lo que aceleró la derrota del ejército de la tiranía, que fue privado del apoyo del tren, al ser descarrilado y rendido por los revolucionarios.
Durante tres décadas fue una incógnita el destino final de los restos del Che y sus compañeros. En 1988, el pueblo de Santa Clara le erigió un memorial, con la certeza de que algún día, el Che reposaría allí definitivamente.
Nueve años después, en 1997, pocos días antes de cumplirse 30 años de su muerte; el Che fue encontrado en una fosa común en la zona de Vallegrande, en Bolivia, junto con otros miembros de su escuadra guerrillera. Cumpliendo la voluntad del pueblo de Santa Clara y de Cuba; el Che y sus compañeros, descansan hoy como héroes eternos, en el monumento levantado en la ciudad.
Con los vagones del tren blindado, se erigió también un memorial, que rinde homenaje al Che y a la victoria del pueblo. La imagen del tren descarrilado, como un dragón vencido, fue incluida en el escudo de la ciudad, para gloria permanente de sus hijos.
El Centro Urbano de la Ciudad de Santa Clara, el Teatro La Caridad y la Iglesia del Carmen, han sido declarados Monumentos Nacional, por sus valores históricos, arquitectónicos y urbanísticos.
