Cuba: de los diarios a la realidad

alina
16 November 2018 2:18pm
Cuba: de los diarios a la realidad

Guy Vanhengel es un conocido político belga de 60 años de edad. Nunca había visitado Cuba hasta ahora y aprovechó la coyuntura de la celebración en La Habana de la Semana de Cultura Belga para finalmente conocer la isla sobre la que tanto había leído y visto en los medios de prensa.

Su fascinación por Cuba se remonta a los años de su juventud, cuando se graduó de magisterio y fungió, unos años después, como vocero oficial de la ex secretaria de Estado Annemie Neyts.

Desde hace veinte años es vice presidente y ministro de Finanzas, Presupuesto y Relaciones Exteriores de la región de Bruselas Capital, la más importante de Bélgica dentro de la división político-administrativa de esa nación europea.

Durante una singular velada realizada esta semana, consistente en la degustación de cervezas y productos bruselenses, y realizada en el marco de la Semana de la Cultura Belga en Cuba, el señor Vanhengel estuvo presente y accedió gustoso a conversar con Caribbean News Digital.

¿Cómo nace su afecto hacia Cuba sin haber tenido la oportunidad, hasta ahora, de visitar la isla?

He sido ministro durante veinte años de la región Bruselas Capital. He podido establecer contactos con casi todos los países del mundo, y como tal también hemos mantenido relaciones con Cuba. Los vínculos entre Bélgica y Cuba se remontan a más de un siglo, y concretamente en el caso de Bruselas, que se ha convertido en la ciudad más cosmopolita de Europa, hay un gran afecto hacia Cuba.

Siempre explico esto porque una generación de políticos como la mía, que creció en momentos en que la televisión y los medios audiovisuales se estaban desarrollando, las primeras informaciones internacionales que escuchábamos estaban relacionadas con Cuba, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Estados Unidos, y eso nos fascinaba.

Esta relación ha continuado y ahora tenemos una nueva embajadora cubana en Bruselas, la señora Norma Goicochea Estenoz, que es una mujer muy recia y que me dijo que como esta era la tercera vez que se celebraba la Semana de la Cultura Belga en La Habana, y que como yo nunca había venido, pues este año yo tenía que venir sin que mediara pretexto alguno.

También tenemos una nueva embajadora belga aquí en La Habana, la señora Jehanne Roccas, que va a permanecer aquí, al menos, tres años, y me dije que entonces este era el momento de venir a Cuba.

Hay un elemento que nos fascina igualmente y que tiene que ver con esta relación que hoy existe entre la antigua URSS, Estados Unidos y la Unión Europea, y pienso que Cuba, por su posición geográfica entre América del Norte y América del Sur, va a continuar desempeñando un papel importante como hasta ahora.

No existe un solo sistema sociopolítico que pueda dominar el mundo entero, y son en ocasiones algunas naciones pequeñas, como las nuestras, las que pueden hacer la diferencia. No importa sin el sistema de esos países es socialista, capitalista o liberal. Esa distinción es cada vez menos importante. El núcleo que comparten esos países es la educación, la salud pública y la seguridad.

En ese sentido Cuba y Bélgica, dos naciones con aproximadamente diez millones de habitantes cada una, las dos constituyendo centros geográficos de un mismo conjunto, ambas naciones con poblaciones altamente educadas e instruidas, podemos jugar un papel importante en un mundo globalizado, pese a ser países pequeños en extensión superficial.

¿Cómo se está comportando la inversión por parte de empresas belgas en la economía cubana?

Hay varias empresas belgas invirtiendo en Cuba, concretamente hay una vinculada al desarrollo de la infraestructura portuaria y que está invirtiendo en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, la compañía BDC International, que tiene que ver exactamente con los temas logísticos y de transportación. También está la empresa Manuchart, que trabaja en el envío de materias primas a Cuba que posteriormente son sometidas a un proceso de fabricación industrial, como papel y compuestos químicos, y los productos resultantes se exportan luego a otros países de la región.

¿Tiene conocimiento de cómo se está moviendo la emisión de turistas belgas hacia Cuba?

Sí. Los belgas sentimos un interés particular hacia Cuba. Es una cifra que obviamente varía con los años, pero la cifra aproximada es de entre 20 mil y 40 mil turistas belgas visitando Cuba cada año. Contamos con algunas agencias de viajes belgas, muchas de ellas bruselenses, que transportan turistas belgas hacia Cuba todos los años.

Pero a diferencia de otros visitantes, como los norteamericanos, por ejemplo, los belgas no se interesan únicamente por las playas cubanas, sino al todo: a su historia, a su cultura. Eso guarda relación también con el gran afecto que los belgas sienten por España.

¿Qué puntos de coincidencia aprecia usted entre las gastronomías cubana y belga?

Las dos se encuentran a un alto nivel. He tenido la suerte de visitar varios restaurantes aquí en La Habana, y realmente las ofertas que tienen son espectaculares.

¿Tiene preferencia por algún plato cubano en particular?

Sí, por la ropa vieja, que he comido bastante desde que estoy en Cuba. Hay diferencias en el modo de prepararla, en dependencia de cada restaurante, pero en todos los casos ha sido deliciosa, muy buena.

Para una nación como Bélgica, con una cultura tan amplia en la fabricación de cervezas, ¿qué opinión le merece la calidad de las cervezas cubanas?

Es una cerveza simple, del tipo “pils” que tenemos en Bélgica, pero en el caso de Cuba, la cerveza que tienen aquí es una “pils” de gama alta.

Quiero aprovechar su pregunta para referirme a la calidad de los servicios hoteleros en Cuba. Sé que en la isla tienen dos sistemas: el de las casas particulares, que en Europa conocemos con Airbnb, y el de los hoteles que hay en la isla. En ambos casos, la calidad de los servicios que ofertan es muy buena.

Tengo incluso amigos, como un profesor universitario que viene todos los años en un programa de acompañamiento para visitar todas las sedes universitarias cubanas, y permanece en Cuba entre 10 y 15 días, y siempre se hospeda en casas particulares, y siempre me refiere que el servicio que recibió fue estupendo.

El servicio que uno recibe en otro país, cuando se hospeda ya sea en un hotel o en una casa particular, depende mucho de la calidad humana de la población de ese país, y los cubanos son personas educadas, inteligentes, cálidas e interesadas en satisfacer a quienes los visitan.

¿Le gusta fumar Habanos?

Sí, como no.

¿Tiene preferencia por alguna marca o vitola concreta?

Me gustan todas las marcas de Habanos siempre y cuando sean vitolas de formato pequeño y de calibre no muy grueso. Para mí, deben ser vitolas que puedan acomodarse fácilmente entre los dedos y que me garanticen una fumada de algunos minutos, no de tres horas. Prefiero fumar un buen puro cubano por media hora.

¿Qué diferencias encuentra entre la Cuba que conoció en los libros y en los medios de comunicación con esta isla que ahora tienen la oportunidad de visitar por primera vez? ¿Cumplió con sus expectativas?

Ha excedido mis expectativas. Hay un problema tanto en Europa como en Estados Unidos que es la imagen un tanto distorsionada que existe de Cuba. He sostenido debates y discusiones con filósofos, con personalidades de la cultura, incluso con economistas, que comparten conmigo la idea de que, pese a los problemas del sistema monetario cubano, y las dificultades generales de la economía cubana, el pueblo cubano no se perdería, por nada de este mundo, un encuentro con el futuro.

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