Sloppy Joe's Bar: El atractivo imperdible para turistas en La Habana
El emblemático Sloppy Joe's Bar, en el centro histórico de La Habana, se erige como un imán para los turistas extranjeros que exploran la capital de Cuba, según resaltan directivos y guías de viaje, quienes destacan la rica historia que envuelve este icónico lugar.
José Damián Castillo, maître del establecimiento, informó a PL que más de 500 clientes, entre cubanos y visitantes internacionales, eligen diariamente el Sloppy Joe's para disfrutar de una velada única y degustar sus exquisitos platos y cocteles.
Hasta inicios de abril, la afluencia de visitantes al local, reconocido por albergar una de las barras de caoba más largas del país con 18 metros, ha aumentado en más de un 10 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior.
Castillo destaca que los principales clientes del lugar provienen de Estados Unidos, Rusia, España, Francia y diversos países latinoamericanos, atraídos por la variada oferta gastronómica y la estabilidad de los precios, que son considerados apropiados en comparación con otras instalaciones estatales y privadas.
El Sloppy Joe's se distingue por la calidad de su oferta, que incluye una amplia selección de sándwiches, bocaditos, tapas y otros alimentos ligeros, así como el popular cóctel Sloppy, muy solicitado por los visitantes.
Reabierto en 2013 con la presencia del historiador de La Habana, Eusebio Leal (ya fallecido), el Sloppy Joe's Bar no solo busca fines comerciales, sino que representa la recuperación de una memoria histórica importante.
Fundado en 1917 por José García, un emigrante español, el bar fue nacionalizado en la década de 1960 y cerró definitivamente en 1965. Sin embargo, gracias a la restauración iniciada en 2007 por la Oficina del Historiador de La Habana, el Sloppy Joe's recobró su esplendor. En su época dorada atrajo a personalidades de renombre como Frank Sinatra, Ernest Hemingway y Greta Garbo.
Situado en la calle Zulueta No. 252, en el Centro Histórico de la Ciudad, el Sloppy Joe's Bar hoy es administrado por la Oficina del Historiador de La Habana, manteniendo viva su legendaria historia y su encanto atemporal.
