Gran Teatro de La Habana: 182 años de virtud

Rolando Pujol
15 April 2020 9:39am

Con su arquitectura neobarroca de imponente factura, se levanta majestuoso a solo un salto de calle del Parque Central, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, sede del Ballet Nacional y la Ópera de Cuba.

Allá por el año 1834 y por orden del entonces gobernador español Miguel Tacón, comenzaron las obras de lo que sería el Teatro Tacón, y que se pretendía superara en capacidad al ya existente Teatro Principal.

Se le encomendó el proyecto al arquitecto Antonio Mayo, quien lo edificó con 90 palcos, más de 20 filas y capacidad para unos dos mil espectadores. Cuatro años después quedaba inaugurado, el 15 de abril de 1838, el Teatro Tacón con la puesta en escena de la obra Don Juan de Austria.

Fue catalogado, por la excelencia de sus condiciones técnicas y acústicas, el teatro más grande y lujoso de América y el tercero en el mundo después de la Scala de Milán y la Opera de Viena. Allí trabajó a mediados del siglo XIX el inventor italiano Antonio Meuci, quien construyó y probó en el teatro habanero, el "teletrófono", considerado como el primer teléfono del mundo.

Por su escena desfilaron grandes figuras de la ópera, el ballet, las revistas musicales y la zarzuela, como las bailarinas Anna Pavlova y Alicia Alonso, las actrices Sarah Bernhart y Eleonora Dusse, las sopranos Adelina Patti y Victoria de los Ángeles, el tenor Enrico Caruso, los "bailadores"Carmen Amaya y Antonio Gades, los músicos Arthur Rubinstein y Serguei Rachmáninov y otras muchas personalidades de alto relieve internacional de los siglos XIX y XX.

El entonces Teatro Tacón fue el primero en presentar las óperas italianas y las mejores obras españolas de la época; y por su distinción fue durante muchos años el escenario preferido por la aristocracia peninsular y criolla.

Su suerte cambió, para bien, en 1906, cuando la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia compró el Teatro Tacón, procediendo a su demolición, y dando paso, en 1915 al actual edificación, cuyas obras estuvieron a cargo del arquitecto belga Paul Belau.

El edificio de hermosa factura arquitectónica, se destaca por su espléndida fachada principal, donde sobresalen cuatro grupos escultóricos en mármol blanco, obras de Giuseppe Moreti, que representan alegorías de la Beneficencia, la Educación, la Música y el Teatro. Resaltan también sus cuatro torres esquineras, coronadas por gloriosas musas de bronce.

Todo el conjunto de estilo neobarroco, es un digno exponente del historicismo tardío presente en la arquitectura cubana de la primera mitad de siglo XX.

Una vez terminado, se estableció allí la sede del Centro Gallego de La Habana y en 1965, con carácter permanente, la del Ballet Nacional de Cuba. Fue la directora de esta compañía, Alicia Alonso, quien propuso en 1985, denominarlo Gran Teatro de La Habana.

Una restauración capital le devolvió la majestuosidad y suntuosidad de antaño, reabriendo sus puertas en el 2016, añadiéndole a su nombre tradicional el de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso.

Con su imagen renovada, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, sigue acogiendo las extraordinarias funciones del Ballet Nacional de Cuba y otras presentaciones paradigmáticas del espacio cultural cubano e internacional; y entre piedras, luces y música, alberga 182 años de virtud.

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Fotos: Rolando Pujol

 

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