El sugerente concepto de Afroamérica

La abolición de la esclavitud en América fue desplegándose con los aires de libertad de sus movimientos independentistas a través del siglo XIX, Cuba y Brasil fueron de los países que más tardíamente declararon jurídicamente la supresión de este flagelo a finales de esa centuria (1886 y 1888 respectivamente).
Si bien no significó una mejora para los antiguos esclavos y sus descendientes ya la herencia africana formaba parte de la naciente identidad nacional americana con todo lo atractivo que significaría su diversidad cultural.
El primero en apreciar con gran empeño el aporte africano a la cultura fue Fernando Ortiz que desde principios del siglo XX esparció sus valoraciones con más de cien obras que nos dejan todo un cúmulo de conocimientos acerca de esta cultura reprimida durante tanto tiempo.
A tal punto ha sido su aporte a la cultura cubana -con trascendencia continental- que se ha dado el título de tercer descubridor de Cuba.
Ortiz introdujo en su libro Los negros brujos (1906) el término afrocubano, que hoy se ve por algunos como un término menor para mostrar el origen de la complejidad cultural que abarca, sin embargo en la época de Ortiz este término proyectó una importante visibilidad de la riqueza del ingrediente africano en la cultura cubana y que muchos trataban de disimular u ocultar.
En la referencia continental el término Afroamérica se asume también como un término contradictorio en su significado, pues si bien el prefijo afro se refiere a las principales raíces de estas culturas su alcance semántico no alude a todo el continente africano, sino a los pueblos del sur del Sahara, (Guanche, 2006).
Realmente cualquier término utilizado hasta ahora para englobar el origen de la cultura americana ha resultado excluyente.
En uno de los trabajos sobre Afroamérica de José Luciano Franco, citando a García Calderón, menciona el término indoafroibéricos como una fórmula “que parcialmente expresa la creación de una nueva raza” (Franco JL, 1961) como un término más completo, pero como bien deja ver Calderón aún insatisfactorio porque no se puede negar que existen rasgos culturales, no sólo de otros pueblos europeos, sino manifestaciones donde la presencia asiática es importante.
Aunque se debe apuntar que las más complejas interrelaciones se dan entre América, África y Europa, un triángulo escaleno con ángulos muy desiguales en el sentido cultural, por lo que el continente americano se convirtió en un escenario de complejas relaciones sociohistóricas.
Con el término de Afroamérica se llama la atención en cuanto a su lugar de nacimiento. Es el caso cuando se hace referencia a religiones afroamericanas, por ejemplo, al Candomblé en Bahía, Brasil y la Regla Ocha o Santería en Cuba, procedentes del mosaico de pueblos yorubas; las expresiones como el Vodú haitiano, la Regla Conga o Palo Monte de Cuba, el Changó Cult de Trinidad y Tobago, los cultos Arará y las sociedades secretas Abakuá en el occidente de Cuba, el culto a María Lionza en Venezuela, el Kumina de Jamaica y las manifestaciones afroperuanas con sus altares o mesas.
Se plantea que son religiones que fueron moldeadas, horneadas, reformuladas y por tanto nacidas en Latinoamérica y el Caribe producto de un largo proceso histórico, independientemente de la procedencia de sus componentes originarios.
El término Latinoamérica ha estado también en debate, aunque se ha utilizado desde el siglo XIX fue creado por los mismos pensadores latinoamericanos para identificar a los pueblos de habla castellana y portuguesa del Bravo a la Patagonia, fundamentalmente por el origen de su colonización.
Eduardo Torres Cuevas apunta que el concepto “latino” es insuficiente desde el punto de vista etimológico, esta significación originaria fue perdiendo ese sentido para integrar también a africanos, indios y procedentes de otras tierras europeas, “Su valor, pues, –apunta Torres Cuevas- está en este contenido suprarracial, que significa, además, y si se quiere, la definición de una cultura mulata y mestiza.
Resultaría triste que se repitieren las definiciones de los diccionarios de la Real Academia de la Lengua Española en las cuales son hispanoamericanos “los individuos de raza blanca nacidos o naturalizados” en América.” (Torres, 2004).
Estudiosos e investigadores apuntan, con más incidencia, hacia el fenómeno del sincretismo, visto en este caso como mezcla, síntesis o superposición de elementos diferentesen la conformación de estas culturas americanas, aparece en el proceso histórico de las diferentes religiones conocidas, tal es el caso del mismo cristianismo en sus antecedentes.
Las mismas manifestaciones culturales africanas originarias no escaparon a esta mezcla aún antes de su llegada a las Américas, desde mucho antes en el continente africano se había extendido el Islamismo.
Un ejemplo de huellas que aparece con más nitidez es el saludo de religiosos del Palo Monte o Regla Conga de Sala Malecun Malecun Sala, proveniente del saludo islámico As salamu aleikum (que la paz sea con vosotros).
En este sentido Fernando Ortiz realiza observaciones de la vestimenta de los africanos llegados a Cuba: “El pañuelo alrededor de la cabeza de las africanas acaso sea la mayoría de las veces un turbante incompleto, modificación de los turbantes extendidos por todo el continente negro, por la gran difusión que en él ha tenido y sigue adquiriendo el islamismo… “(Ortiz, 1986)
En los complejos procesos históricos de formación de las naciones esta síntesis se da primero en el Caribe y Latinoamérica que en la fragmentada Europa del siglo XVI. De forma tal sucedió con el mosaico de cientos de pueblos africanos que se unieron bajo la presión del látigo en los cabildos, las cofradías y plantaciones.
El investigador Joel James compara este nuevo choque de constelaciones humanas con la de los pueblos llamados bárbaros y su impacto en el imperio romano y refiriéndose al Caribe como parte importante de esta Afroamérica expresa una idea que descubre algunas razones de su atractivo:
“África se reformula en el Caribe… Europa se reformula en el Caribe, España es primero en el Caribe antes de ser en España, porque aquí se encontraron los gallegos, andaluces, aragoneses, castellanos, las distintas denominaciones o supuestas nacionalidades españolas”.
Referencias
- Franco José Luciano: Afroamérica. Publicaciones de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología. La Habana. 1961.
- Guanche Jesús: “Las religiones afroamericanas en América Latina y el Caribe ante los desafíos de internet”. Ponencia en el X Taller de Antropología social y cultural Afroamericana. En CD Oficina del Historiador, enero.2006.
- James Joel: Intervención en la IX Conferencia Internacional de Cultura Africana y Afroamericana, del 10 al 15 de abril de 2006 en Santiago de Cuba. Fragmento grabado por el autor.
- Ortiz Fernando: “Los negros curros”. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1986.
- Torres Cuevas Eduardo: “En busca de la cubanidad 1”. En Cultura Cubana, selección de lecturas. EAEHT, pp 20-32. 2004