La religiosidad cubana como atractivo histórico cultural (Parte 2)

alina
23 December 2015 11:14pm
La religiosidad cubana como atractivo histórico cultural (Parte 2)

Si el siglo XIX sentó las bases para el surgimiento de la actividad turística, el siglo XX marcó su desarrollo, ya en el primer cuarto de este siglo el turismo comienza a alcanzar importancia en Cuba y el Caribe y en las décadas del 40 y 50 se despliega su desarrollo influido de alguna manera también por los intereses de los Estados Unidos (Ayala, 2002), pero a su vez impactado por eventos históricos como las guerras mundiales.

Ya en 1919 existía una acción conjunta Habana y Miami para captar turistas de los estados del norte de Estados Unidos, ofreciendo viajes combinados, y entre 1924 y 1928 arribaron 186 726 turistas a Cuba a través de los servicios aéreos, ferries, cruceros y yates particulares gestionados por empresas norteamericanas. (Villalba, 1993). Vinculado al hecho religioso hay investigadores que mencionan la fecha de 1909 como inicio de viajes individuales desde Puerto Rico con el interés en religiones populares cubanas (Entrevista del autor con la antropóloga estadounidense Grete Viddal).

La década del 20 se considera un momento de alza turística y se inician los primeros estudios sobre esta actividad por parte de cubanos y extranjeros. Las visitas de norteamericanos sobrepasaron los 80 000 (Rodríguez, 2009). En esta etapa comienzan a transformarse tradiciones locales, como el carnaval, para adaptarlas al gusto de los turistas norteamericanos. A partir de este despegue turístico es que comienza a fomentarse, lo que hoy cierta promoción extranjera (y de complicidades interna) aún trata de explotar, el mito de una Habana  de tolerancia sensual, permisiva y de mulatas rumberas.

Rómulo Lachatañeré, uno de los pioneros de la etnografía cubana, mostró en sus escritos la desnaturalización de los elementos afrocubanos exportados a Estados Unidos. “Hoy por hoy –escribe Lachatañeré en una revista de Nueva York de 1941- los términos rumba y afrocubano son  tan populares en Estados Unidos como la música vernácula genuinamente norteamericana”. “En Nueva York, donde se comercializa el arte popular de la misma manera que se le pone precio al azúcar cubano, a cada momento aparecen Kings of Rumba provenientes de La Habana o tal vez de Tampa”. El estudioso critica la forma ridiculizada en que son representadas deidades de las religiones afrodescendientes cubanas y, junto con la descripción de otras acciones considera que se “…ultraja grandemente la estratificación de los valores culturales que forja la genuina cultura. A eso, atenuado o en plena pornografía, se le llama afrocubano en Nueva York.” (Lachatañeré, 2007; 504)

Este y otros ejemplos, no necesariamente negativos, como la pauta marcada en la historia del jazz por la figura de Chano Pozo, son antecedentes causales –entre otros factores- de una curiosa y contradictoria mirada actual hacia la religiosidad cubana desde Norteamérica y otros países. Cuba comienza a matizarse por un espectro religioso variado y los viajes con

 motivaciones religiosas no solo responden a una proyección turística planificada. Un dato interesante es que Cuba fue el primer destino de viaje para los primeros misioneros Testigos de Jehová que formó la Escuela Bíblica de Galaad de la Watch Tower en Nueva York, inaugurada a propuesta de su presidente N H Knorr en 1943. (Ramírez y Ramírez, 1999).

Obviamente las imágenes y escritos divulgados por los extranjeros que visitaban los lugares sacros cubanos promovieron de alguna forma un turismo religioso hacia la isla y, por otra parte la literatura cubana, las artes plásticas y el incipiente cine cubano no estuvieron exentos de esta difusión, un ejemplo en los años 30 fue la película La Virgen de la Caridad considerada por algunos como uno de los filmes latinoamericanos más importantes de ese período.

Otros estudiosos del turismo en esta época piden, desde una promoción de turismo católico, “reconquistar” la reputación del pueblo cubano ante los norteamericanos influenciados por la gran cantidad de artículos sensacionalistas  que describen a La Habana (que para muchos es toda Cuba) “como lugar donde se desarrollan libremente todos los vicios, todas las concupiscencias” (Maribona, 1954). 

La gravedad de estos impactos en la degradación de la identidad cultural se muestra cuando se leen las siguientes afirmaciones de este especialista: “…los cubanos estamos perdiendo nuestras características ibero-africanas por imitar, como macacos amaestrados, a los estadounidenses” (Maribona, 1954; 208).

Este estudioso propone un plan de desarrollo del turismo religioso católico que, aunque habría que ajustar al contexto cubano actual  y su ámbito laico, es digno de tener en cuenta. En el referido plan contempla aspectos que van desde la habilitación de guías- interpretes jóvenes, hasta la divulgación de folletos sobre los hechos más sobresalientes del catolicismo en Cuba; se incluiría en la divulgación un calendario anual o semestral de eventos que contemplara las celebraciones religiosas más importantes, como la Semana Santa de Trinidad, el drama de la Pasión en Güines, la peregrinación al santuario de El Cobre, y otras; folletos que contengan información sobre los templos más atractivos, relación de los centros docentes católicos, etc. y que las organizaciones católicas del país, con la cooperación del Instituto Cubano del Turismo, se dirigieran a sus similares de EE.UU. y Canadá para poner en conocimiento estos recursos. (Maribona, 1954: 154).

En el caso de ciudades como Trinidad se realizaron esfuerzos por posicionar a la Villa en el turismo internacional con sus potencialidades histórico-culturales de gran actualidad en el turismo (Benegas, 2005). Víctor Echenagurría de la Oficina del Conservador de esta Ciudad describe cómo la semana santa en Trinidad era una tradición que movía gran participación, a estas celebraciones asistían numerosas personas de otras provincias y de otros países principalmente turistas norteamericanos.

Los estudiosos y funcionarios honestos del turismo que pudieron existir en la República Neocolonial recomendaron  -en un informe del entonces Instituto Cubano del Turismo- se le concediera especial atención a los guías intérpretes y su preparación.

Las proyecciones del turismo católico estaban basadas en el atractivo que para los estadounidenses representaba la cultura religiosa de Cuba. Se afirmaba que las procesiones, demás fiestas y ceremonias religiosas son en Cuba más brillantes que en Estados Unidos y Canadá, causan admiración y los templos más antiguos “interesan hasta a los turistas no católicos, que los visitan con gran respeto” (Maribona, 1954)

Junto a estos propósitos del turismo católico el informe del I Symposium Nacional de Recursos Naturales de Cuba de Preparación y Organización turística 1953-1954, propicia acciones necesarias para lograr la conservación y el enriquecimiento del folklor cubano, particularmente las manifestaciones musicales, teatrales y coreográficas afrohispanocubanas, “que tan favorable aceptación han tenido en el extranjero y tan solicitadas son por los turistas que nos visitan” (Instituto Cubano del Turismo, 1954: 122).

Los fabulosos negocios que comenzaba a generar el turismo en los años 50 atraen a familias mafiosas norteamericanas y se proyecta hacer de La Habana un casino mundial de grandes ganancias. Estas ambiciones, junto a los intereses norteamericanos en general, incidirán en contradicciones que se producen después del triunfo revolucionario de 1959 y en el comportamiento de un flujo y reflujo de las religiones populares cubanas.

Referencias

-Ayala Héctor, (2002) “Medio siglo de transformaciones del turismo en Cuba”. Ediciones Balcón, La Habana.

- Instituto Cubano del Turismo, (1954):”Doctrina, Proyecciones y actividades del Instituto Cubano del turismo.      La Habana, Cuba 1953-1954.

- Lachatañeré Rómulo (2007): “El Sistema Religioso de los Afrocubanos”. Editorial Ciencias sociales, La    Habana.

-Maribona Armando (1954): “Más de medio siglo de turismo en Cuba”. En Diario de la Marina, Dic, la Habana.

- Ramírez Calzadilla J, y Ramírez Frías C.H, (1999) Los testigos de Jehová en la actualidad, DESR,  PRECAS II.

- Rodríguez Domínguez Mercedes, (2009):”Turismo y República”, Ediciones Balcón, La Habana.

-Villalba Garrido Evaristo (1993): Cuba y el turismo. Editorial Ciencias Sociales, La Habana.

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