Pequeñas industrias como alternativa alimentaria en Ciego de Ávila

alina
24 May 2018 1:22pm
Pequeñas industrias como alternativa alimentaria en Ciego de Ávila

La agricultura de Ciego de Ávila sobresale en Cuba por la creación y funcionamiento de pequeñas industrias, destinadas a procesar frutas y vegetales para la alimentación del pueblo.

Consideradas una importante fuente de empleo en zonas rurales, las llamadas mini industrias, están enfocadas a elevar la producción para reducir importaciones y garantizar el autoabastecimiento de las comunidades.

Por la zona de Ceballos, 430 kilómetros al este de La Habana, comenzó la iniciativa agraria y en ese entorno existe una veintena de unidades en fincas campesinas, pero rectoradas por la Empresa Agroindustrial radicada allí.

Las mini industrias procesan guayaba, mango, piña, tomate, fruta bomba y coco y las convierten en jugos, mermeladas, pastas, puré y dulces en almíbar y barras, los cuales sobresalen por la calidad, presentación y precio.

Con el sello D´Cballos los surtidos, con amplia demanda en el mercado nacional, se distribuyen a la población de todo el país a través de la red de comercio mayorista y para abastecer a los polos turísticos.

Uno de los campesinos más destacados de la zona, es Alexander Ramírez, quien dirige la mini industria La Candelaria, única de la provincia especializada en dulce de coco en almíbar, aunque también elabora horchata de coco y de coco y piña.

Mermeladas de guayaba, de fruta bomba, mango, jugos de diversos frutales y puré de tomate son otros de los productos que tiene La Candelaria en su plan de producción, señaló Ramírez.

Además, de las frutas mencionadas, cultiva otras casi perdidas en los campos de Cuba, como mamey, chirimoya, limón guanábana, marañón, guayaba cotorrera, anón, mandarina, y algunas poco frecuente como la acerola, melocotón y la pitanga.

Agregó que las frutas frescas son destinadas a las instalaciones turísticas de la cayería norte avileña, y las que no cumplen la calidad requerida la procesan en la fábrica y la venden como jugos y pulpas congeladas.

Ramírez es uno de los campesinos avileños que integran el programa nacional de desarrollo de frutales, para el cual el territorio avileño espera llegar a unas 17 mil hectáreas en el 2020.

En su finca tiene en fomento 22 especies de frutas, y en esa área emplea buenas prácticas agroecológicas, lo que implica calidad en la producción y estar en armonía con el medio ambiente, pues no emplea fertilizantes químicos, utiliza el pluricultivo y la siembra intercalada con diferentes cultivos.

Con información de PL

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