Festival del Caribe: Entre la vida y la muerte

Redacción Exce…
04 July 2023 6:20am
Celebración del Día de Muertos en México

Cuando hablamos del Festival del Caribe nos trasladamos a la multiculturalidad caribeña, al regocijo del pueblo santiaguero en espera de julio, cuando la ciudad se viste de fiesta y Santiago se convierte una ciudad cultural, primero con el festival, luego con el carnaval.

Esta vez, la Casa del Caribe celebra la 42 edición ininterrumpida del Festival del Caribe o Fiesta del Fuego. En esta oportunidad las actividades se dedicarán a la celebración mexicana de la vida y la muerte, como parte de la cual se nos explica que la muerte es parte de la vida y debemos festejarla.

«A veces el colibrí, a veces el cuervo,

a veces el tecolote, nos dice cuándo hemos de irnos.

Pero nosotros los mexicanos no morimos,

sólo cambiamos de casa, de cuerpo.

Y cada año venimos aquí».

Kobby Dagan

El Día de Muertos es una tradición mexicana considerada una festividad sincrética, de origen prehispánico y de la religión católica, transmitida de generación en generación. A ella se le han añadido diferentes evocaciones de acuerdo con el pueblo indígena, comunidad o grupo que las lleva a cabo, y fue declarada por la UNESCO como Patrimonio oral e inmaterial de la humanidad en 2003.

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Por eso cada año los pueblos de la nación azteca celebran con estas festividades indígenas el regreso temporal de sus familiares y seres queridos difuntos los días 1 y 2 de noviembre. En la celebración la muerte no remite a una ausencia sino a una presencia viva; y constituye una parábola de la vida que se materializa en el altar ofrecido: quienes hoy ofrendan a sus muertos serán en el futuro invitados a la fiesta.

Expresan en sus ritos que los difuntos se dividen en categorías y en un día específico de culto, en función de la edad y causa. Se ofrendan los manjares favoritos del difunto y se colocan alrededor del altar familiar y de la tumba, en medio de las flores y de objetos artesanales, como las famosas siluetas de papel donde plasman la figura de la muerte, la catrina, la calaca, imagen que los mexicanos usan de manera bromista para adornar sus altares, ofrendas, tumbas, calles y fiestas.

Estos preparativos se realizan cada año, pues existe la creencia de que un difunto puede traer la prosperidad (una abundante cosecha de maíz) o la desdicha (enfermedades, accidentes, dificultades financieras) según le resulte o no satisfactorio el modo en que la familia haya cumplido con los ritos.

Santiago de Cuba comparte ahora la tradición mexicana y, para honrarla, incluye en la  programación del festival  actividades y talleres de oralidad e investigación, los encuentros de líderes religiosos, el gran Gaga, la consagración de los Orishas de la ciudad, el tributo a la rebeldía esclava, en el monumento al Cimarrón perteneciente a la ruta del Esclavo, sito en el poblado del Cobre, junto a la Patrona de Cuba «La Caridad», la oda de Yemayá, la carga de Mpaka que se le entrega a países o pueblos del Caribe, a los que se designará el próximo festival, los desfiles folklóricos de cada país visitante, y al final la quema del Diablo, para dejar el camino abierto a la próxima Fiesta del Fuego.

Es un momento excepcional para Santiago, la reina del Caribe, disfrutar de todo México envuelto en la magia y los colores de esta fiesta mayor, en la que sin dudas se unirán las culturas, y se fortalecerá la hermandad, la culinaria y la religión que atesoran nuestros pueblos del Caribe.

Texto: Teresa Rodríguez Jaen
 

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