México expone en Trinidad Gourmet 2019 sus rutas gastronómicas y culturales

La Doctora Mónica Isabel Mejía Rocha compartió en Trinidad Gourmet 2019 sus experiencias sobre las rutas gastronómicas de México para el desarrollo del turismo, y destaca que lo primero es reconocer que la cultura es herencia, memoria de una sociedad.

“Lo más importante es no perder tu origen, las nuevas generaciones deben sentirse orgullosas de la historia que les pertenece”. Son palabras de Mejía Rocha, quien llegó desde la Universidad de Guanajuato, para participar en Cuba en el Segundo Encuentro Trinidad Gourmet 2019, De la Tierra a la Mesa. 

Aunque en un inicio desarrollaba sus investigaciones para grandes empresas, con el tiempo se dio cuenta que le interesaba mucho más el contacto con la gente, y desde entonces se enfocó en el desarrollo de estrategias para unir de manera coherente conceptos como turismo, tradición y desarrollo local.

En la actualidad, ello ha permitido que crezca, cada vez más, el número de visitantes extranjeros deseosos de acercarse a los atractivos de la nación azteca.

Mejía Rocha explica también que su tierra es muy rica en recursos naturales, por lo que tienen creadas 18 rutas de norte a sur y de este a oeste, donde están integrados los 32 estados y se puede apreciar una gran diversidad.

“Lo primero es reconocer que la cultura es herencia, memoria de una sociedad. En un mundo dominado por la globalización y las nuevas tecnologías, es un elemento primordial para hacer la diferenciación y convertirnos en un destino que provoque el desplazamiento de grandes turistas.

“Hoy, el mercado asiático es muy fuerte y ellos se acercan a nuestra patria precisamente por eso, porque culturalmente somos muy distintos.

“Sin embargo, hay que ser muy cuidadosos, pues al querer atraer al visitante, se puede banalizar el valor real de nuestro patrimonio y se busca todo lo contrario. Hay que respetar todos sus elementos y recordar que pertenecemos a un grupo social que comparte rituales, ceremonias y tradiciones”, argumenta Mejía.

¿Cómo se han desarrollado en México estas rutas gastronómicas y culturales?

El gobierno federal diseña rutas que permiten reconocer cada uno de los estados con sus elementos culinarios, pero al mismo tiempo, han trabajado juntos, para que cada uno pueda desarrollarse.

Tenemos ciudades patrimonio y pueblos mágicos. Es un ejemplo de cómo estas urbes comienzan a ser reconocidas, algo muy importante, porque ya tenemos consolidados destinos de sol y playa, incluso, certificados a nivel internacional, pero consideramos que la riqueza de estos terruños es el punto de partida para incentivar el desarrollo desde las comunidades.

La base de la comida mexicana es el maíz, el frijol, el chile y el cacao, pero también tenemos vainilla en el sureste y la vid, que está desarrollando significativamente la ruta del vino en el norte del país. La Ruta del Vino de Baja California logró posicionarse en el mercado americano y el cliente asiático también está llegando al centro del país.

La tradición culinaria constituye una de las mayores riquezas de México, ¿Cómo se han unido esos saberes antiguos con las tendencias más contemporáneas?

El boom de la formación académica como chef empezó a demeritar un poco los saberes acumulados por las cocineras tradicionales durante años. Afortunadamente en la actualidad, ellas han tomado un lugar protagónico y existen festivales donde se intenta rescatar ese conocimiento ancestral honrando las recetas.

Estas mujeres colaboran en una actividad tan beneficiosa como es el turismo y lo más sobresaliente es que se sientan retribuidas porque ese conocimiento también es parte de su cultura e identidad.

Realmente es la primera vez que estoy aquí y ha sido una experiencia increíble. Estoy feliz de estar en Trinidad, porque pienso que tienen mucho potencial y retroalimentarme con su gente es una excelente oportunidad para tender puentes y establecer alianzas para futuros proyectos. Cultura y gastronomía unen pueblos.