Hércules flota en la Bahía de La Habana
Texto y fotos: Rolando Pujol
Después de una travesía épica de 18 mil kilómetros desde Shanghái en China, hasta el puerto de La Habana, llegó a Cuba, un colosal dique flotante que en breve comenzará a prestar servicios de mantenimiento y reparación de buques para clientes nacionales y extranjeros.
El traslado del dique hasta La Habana, fue realizado sobre un gigantesco buque de trasporte para cargas especiales de la empresa China Ocean Shipping (Group) Company (Cosco), operación marítima de alta complejidad considerada como un record a nivel mundial, por el volumen de la carga transportada y la gran distancia existente entre el punto de embarque y la mayor isla del Caribe.
El Dique Flotante Número 2, nombre con que formalmente se conoce a la inmensa estructura de acero fue anclado al muelle de la empresa portuaria Caribbean Draydock Co. S.A. (CDC S.A.) de Casablanca, entidad que tendrá a su cargo la operación del dique.
El ingeniero Yan Dong, Asistente Gerente General de la compañía constructora de maquinarias de la República Popular China "CMC", empresa que construyó el dique flotante, efectuó la entrega oficial de la nave al Ingeniero Johannes Milian Morales, Gerente General de "CDC", en una lucida ceremonia donde estuvieron también presentes cientos de trabajadores de los astilleros y funcionarios de alto nivel del Ministerio de Transporte de Cuba.
La gigantesca máquina de reparación de buques ha sido diseñada para reflotar embarcaciones del tipo Panamax. Tiene un peso de 22 mil toneladas de desplazamiento y puede sumergirse unos 15 metros para acoger y levantar de las aguas buques de hasta 65 mil toneladas, lo que coloca a esta embarcación entre las mayores del mundo de su tipo.
Tiene una eslora (largo) de 360 metros y medio centenar de metros de manga (ancho), la altura de su superestructura es de casi 20 metros. Posee dos grúas pórticos capaces de alzar más de 20 toneladas cada una. El control de todas las operaciones es computarizado, lo que permite realizar en el dique, trabajos muy complejos de reparación y mantenimiento de buques, con elevada seguridad y eficiencia.
El proyecto de construcción del Dique Flotante Número 2, fue posible por un crédito de 34 millones de dólares, aportado por la República Popular China, que debe amortizarse con la prestación de los diferentes servicios que desde ahora Cuba podrá brindar a todo tipo de embarcaciones.
Como datos curiosos podemos afirmar que en el colosal Dique Número 2, recién llegado a La Habana, pudiera someterse a reparación el Titanic, que desplazaba 53 mil 310 toneladas y tenía 269 metros de largo por 28 metros de ancho o al célebre acorazado alemán Bismark, hundido por los ingleses en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial. Por su espacio pudiera acoger también a tres aviones Boeing 747, unos 1 500 ómnibus Yutong, como los que circulan hoy en la Ciudad de La Habana, o hasta un concierto de los Rolling Stone, con 20 mil espectadores…
El Puerto de La Habana, desde los albores de la colonización española en el siglo XVI, fue muy apreciado por los navegantes por el excelente refugio que podía brindar a las embarcaciones.
Fue el marino español Sebastián de Ocampo, quien dio la primera información de su existencia, en 1506, cuando realizaba el primer bojeo a Cuba y reparó allí sus dos barcos a punto de zozobrar después de ocho meses de navegación. Por tal motivo llamaría Puerto de Carenas a la hermosa ensenada, que con el tiempo se convertiría en el Puerto de La Habana.
El Puerto de La Habana, desde entonces cimentó toda una tradición en la construcción y reparación de buques, que ahora alcanza nuevos bríos con la llegada del Dique Flotante Número 2, un verdadero Hércules, donde el ingenio, el trabajo y el amor por el mar de sus trabajadores, colocarán al más alto nivel, las reparaciones navales en Cuba.
