La Orden del Camino de Santiago incorpora a dos nuevas novicias en la Parroquia del Espíritu Santo de La Habana
Bajo este espíritu jacobeo, tan profundamente humano como trascendente, la Orden del Camino de Santiago acogió a dos nuevas novicias en un acto solemne celebrado en la histórica Parroquia del Espíritu Santo de La Habana. La ceremonia, que fusionó fe, tradición y compromiso cultural, fue presidida por el Canciller de la Orden del Camino de Santiago, Alejandro Rubín Carballo, y contó con la presencia del Párroco Ramón Santiago, así como del Coronel D. Francisco Miguel Yáñez Giner, Agregado de Defensa, Militar, Naval y Aéreo del Reino de España en la República de Cuba y la República Dominicana, y de comendadores internacionales: María Generosa Souto Figueroa (España), y José Carlos de Santiago (España), Armando de la Garza (México), y Vicente Caseiro (Rusia).
Las nuevas integrantes de la Orden —Gladys María Collazo Usallán y Maylet Uranga Hernández— fueron investidas con las insignias jacobeas tras prestar juramento solemne, comprometiéndose a vivir y promover los valores del Camino en sus respectivos ámbitos.
La jornada se inició con una reflexión espiritual del Párroco Ramón Santiago, quien recordó la vida y el martirio del Apóstol:
“Santiago fue el primero de los Doce en derramar su sangre por Cristo. Según la tradición, predicó en Hispania y, tras su muerte en Jerusalén, sus discípulos lo enterraron en lo que hoy es Santiago de Compostela —‘campo de estrellas’—. El Camino no es solo un recorrido geográfico; es un itinerario de fe, encuentro y transformación interior”.
El Canciller Rubín Carballo destacó la dimensión universal del Camino. En el corazón del acto institucional, Gladys María Collazo Usallán y Maylet Uranga Hernández prestaron juramento ante el Comendador en México, Armando de la Garza.
Posteriormente, los Caballeros Vicente Caseiro y José Carlos de Santiago impusieron las insignias distintivas de la Orden —medallas, pañuelos y escapularios—, previamente bendecidos en una oración que invocó la protección del Apóstol y la gracia para quienes emprenden el Camino.
Las novicias compartieron su emoción con palabras cargadas de sentido, expresando su compromiso con el espíritu jacobeo.
En sus palabras de clausura, el Canciller Rubín Carballo agradeció a todos los presentes y reafirmó la misión compartida:
“Desde España, República Dominicana, Argentina, Perú, Rusia y México, compartimos la convicción de que el Camino ofrece respuestas a los desafíos de nuestro tiempo. Porque nada es fácil, pero con fe, solidaridad y paso firme, todo es posible”.
Así, en medio de oraciones, promesas y símbolos ancestrales, el Camino sigue vivo —no como una ruta fija, sino como un llamado constante a caminar juntos, con esperanza, hacia un mundo más fraterno.
