Agosto escuchó la campana
El Dr. Willam (Bill) M. Gray (1929-2016) fue Profesor Emérito de Ciencias Atmosféricas en la Universidad Estatal de Colorado (Colorado State University, CSU) en los Estados Unidos, fue el líder del Proyecto de Meteorología Tropical en el Departamento de Ciencias Atmosféricas de esa universidad, y es considerado mundialmente como el Padre de los Pronósticos de Temporada de Ciclones Tropicales o Huracanes.
Conocí a Bill en 1993 y siempre me encantaban sus conferencias, con gráficas hechas a mano, y también disfrutaba mucho de sus conversaciones e intercambios científicos. Era una fuente de saber.
Traigo a Bill a colación, porque cada 20 de agosto llevaba una campaña que hacía tocar vibrantemente ante sus alumnos y asociados, para marcar así el inicio de la etapa de mayor actividad ciclónica de una Temporada Ciclónica. Aún sus discípulos continúan con esa costumbre.
Y me acordaba de ese detalle, porque justamente el 20 de agosto de este año se activó abruptamente la actual Temporada Ciclónica de 2023, que hasta ahora había tenido un inicio tranquilo, a no ser por las dos inusuales tormentas tropicales que se generaron en el mes de junio en el Atlántico, algo que no ocurría desde 1968. Recordemos también que en agosto del pasado año no se formó ninguna tormenta tropical en el Atlántico, algo realmente insólito.
La Depresión Tropical Seis formada el día 19 de agosto dio lugar a la Tormenta Tropical Gert, la que surgió y tuvo toda una corta existencia en aguas del Atlántico, sin posibilidades de desarrollo, por lo que desapareció en una Onda Tropical el día 22 de agosto.
La tormenta Tropical Emily se generó casi al mismo tiempo que Gert, a unos 1600 kilómetros de las islas de Cabo Verde, pero se debilitó rápidamente y ya el día 21 dejaba de ser un ciclón tropical. Al escribir estos párrafos, los restos de Emily intentan regenerarse en el Norte del Atlántico.
Quizás el sistema ciclónico tropical de mayor interés relativo en este mes de agosto, lo sea la Tormenta Tropical Franklin. Surgió el 20 de agosto en el mar Caribe oriental y, en su trayectoria, cruzó directamente sobre la República Dominicana, con fuertes lluvias que ocasionaron inundaciones y deslaves. También hubo lluvias en Haití y el Puerto Rico. La Tormenta Tropical Franklin está aún activa en el Atlántico y se espera que pueda alcanzar la clasificación de Huracán a principios de la próxima semana.
También el 20 de agosto, una perturbación tropical cuyas áreas de nubosidad con lluvias cruzaron entre la Florida y Cuba, llegó al golfo de México, donde se organizó mejor y se convirtió en la depresión Tropical Nueve, para poco después ser clasificada como la Tormenta Tropical Harold el 22 de agosto y tocar tierra ese día en la Isla del Padre, Texas, con vientos máximos de 85 km/h. También duró muy poco, ya que se desintegró el 23 de agosto sobre el estado de Texas.
Como puede apreciarse, todos estos organismos ciclónicos tropicales se han caracterizado por formarse en poco tiempo unos de otros y además por tener una vida muy corta y un desarrollo pequeño. Quizá Franklin pudiera ser la excepción, aunque eso lo podríamos constatar solo en la próxima semana.
En este comportamiento, a pesar de la alta temperatura superficial del mar, más que suficiente para que existiera un desarrollo explosivo, se encuentran dos factores que actúan en contra del desarrollo de los ciclones tropicales. El primero, el aire muy seco que acompaña al polvo del Sáhara, lo que ha primado principalmente en la primera mitad del mes. Y en segundo lugar, algo de mucho poder en contra del desarrollo ciclónico tropical, como lo es la fuerte cizalladura vertical, dicho de otra manera, la gran diferencia de los vientos del Este superficiales y los fuertes vientos de componente Oeste a alturas de 10 a 12 kilómetros, que no permiten que se forme la estructura ciclónica en la vertical.
Como colofón, tenemos ahora una amplia zona de bajas presiones en el área de la península de Yucatán, Noroeste del Caribe y la región occidental de Cuba. Para principios de la próxima semana, bien pudiera formarse un ciclón tropical débil, quizá una Depresión tropical o, a lo sumo, una Tormenta tropical débil, en las costas de Yucatán o en el Sudeste del golfo de México. Sin embargo, de formarse, al ser un sistema ciclónico relativamente débil, el resultado sería áreas de lluvia persistentes por varios días sobre Yucatán y el occidente de Cuba, y principalmente ahí, por el flujo húmedo del Sur que impondría el sistema tropical. La lluvia es el factor más importante y ante el cual hay que estar preparados.
