Estado del clima mundial

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) con sede en Ginebra, Suiza, ha emitido recientemente el Informe sobre el Clima Mundial correspondiente al pasado año 2022.
En este aparece un claro signo de preocupación, Se puede resumir diciendo, como algo fehaciente, que el cambio climático siguió avanzando en 2022. Las sequías, las inundaciones y las olas de calor afectaron a comunidades de todos los continentes y ocasionaron pérdidas por valor de muchos miles de millones de dólares. La extensión del hielo marino de la Antártida retrocedió a mínimos históricos y el deshielo de algunos glaciares europeos alcanzó niveles sin precedentes.
De acuerdo con lo anterior, el Profesor Petteri Tallas, Secretario General de la OMM, declaró que las emisiones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar y el clima sigue cambiando, mientras que las poblaciones de todo el mundo continúan viéndose gravemente afectadas por fenómenos meteorológicos y climáticos extremos.
Puso el ejemplo de que en el pasado año 2022, la sequía persistente en África Oriental, las lluvias sin precedentes que azotaron el Pakistán y las olas de calor que batieron récords en China y Europa afectaron a decenas de millones de personas, provocaron inseguridad alimentaria, impulsaron migraciones masivas y ocasionaron pérdidas y daños por valor de miles de millones de dólares.

Pero es mejor que les cuente solo algunas de las particularidades que ha tenido el clima mundial el pasado año, las que no dejan, sino incrementan, el nivel de preocupación sobre la factibilidad de un Cambio Climático. Por ejemplo, la temperatura media mundial en 2022 se situó 1,15 °C por encima de la media del período 1850-1900, tomado como referencia. El período comprendido entre 2015 y 2022 ha tenido los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia según los registros instrumentales desde 1850. El 2022 fue el quinto o sexto año más cálido. Y ello a pesar de tres que hubo tres años consecutivos de enfriamiento a causa de un “episodio triple” de La Niña, algo que solo se ha producido en tres ocasiones en los últimos 50 años.

Además, las concentraciones de los tres principales gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, alcanzaron los niveles más altos jamás observados en el año 2021, que ha sido el último año para el que se dispone de valores mundiales consolidados para el período 1984-2021. El aumento anual de la concentración de metano de 2020 a 2021 fue el más alto desde que existen registros. Los datos en tiempo real de determinados emplazamientos indican que los niveles de los tres gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2022.
Otro hecho importante que denota el calentamiento global es que Los glaciares que se usan como referencia, para los que se dispone de observaciones a largo plazo, experimentaron un cambio de espesor medio de más de −1,3 metros entre octubre de 2021 y octubre de 2022. Se trata de una disminución mucho mayor que el promedio de la última década. Seis de los diez años con los balances de masa más negativos de los que se tiene constancia (1950-2022) se registraron a partir de 2015. La pérdida de espesor acumulada desde 1970 es de casi 30 m. Hay que destacar que, según el Panel Intergubernamental de Cambo Climático, IPCC por sus siglas en inglés, la pérdida de hielo de los glaciares a nivel mundial superó las 6 000 gigatoneladas durante el período 1993-2019. Ello representa un volumen de agua equivalente al de 75 lagos del tamaño del lago Lemán, el mayor lago de Europa Occidental, y por supuesto que contribuye significativamente a la escasez mundial de agua, junto a las sequías. El manto de hielo de Groenlandia terminó con un balance de masas total negativo por 26º año consecutivo, otro indicio importante de que la masa de hielo desciende apresuradamente.

Pero hay muchos más datos inquietantes en el informe que les referencio, El hielo marino de la Antártida disminuyó hasta situarse en 1,92 millones de km2 el 25 de febrero de 2022, el nivel más bajo del que se tiene constancia y casi 1 millón de km2 por debajo de la media a largo plazo (1991-2020). Durante el resto del año, estuvo continuamente por debajo de la media, con mínimos históricos en junio y julio. En septiembre, al final del deshielo estival, el hielo marino del Ártico igualó la 11ª extensión mínima mensual más baja del registro satelital.
Mientras eso ocurre, el informe señala que el contenido de calor oceánico alcanzó un nuevo máximo histórico en 2022. Alrededor del 90 % de la energía atrapada en el sistema climático por los gases de efecto invernadero acaba en los océanos, lo que atenúa en cierta medida el aumento de las temperaturas, pero entraña riesgos para los ecosistemas marinos. Se muestra que el ritmo de calentamiento de los océanos ha sido especialmente elevado en las dos últimas décadas. Pese a la persistencia de las condiciones características de un episodio de La Niña, el 58 % de la superficie oceánica experimentó al menos una ola de calor marina en 2022.
Y a todas estas, el nivel medio del mar a escala mundial siguió aumentando en 2022 y alcanzó un nuevo máximo sin precedentes desde que se dispone de registros obtenidos por altímetros satelitales (1993-2022). La tasa de aumento del nivel medio del mar a escala mundial se ha duplicado entre el primer decenio del registro satelital (1993-2002, 2,27 mm/año) y el último (2013-2022, 4,62 mm/año).
Este informe reviste una gran importancia, pues además de los indicadores climáticos, se presta especial atención también a los impactos que se han producido en el mundo actual.
Lo fundamental es que aparece claro, una vez más, que el clima está cambiando, y que ello está trayendo consecuencias muy nocivas a nuestro planeta. Es una nueva alerta cuando todavía hay tiempo, aunque no demasiado.