Gibara espera seducir a más turistas
La ciudad de Gibara, atractiva por conservar el estilo colonial y la cordialidad de sus habitantes, espera seducir a más turistas cuando concluya la remodelación de su malecón y las áreas que rodean a este.
Ubicada a la vera del Atlántico, en la provincia de Holguín, en el nororiente de Cuba, y declarada Destino Turístico en mayo del actual año, la también denominada Villa Blanca de Los Cangrejos ejecuta acciones constructivas que borran paulatinamente los estragos que causó, en el viejo muro de protección y los espacios adyacentes, el huracán Irma.
Alexander Ávila Boffil, vicepresidente de la Asamblea del Poder Popular en el municipio de Gibara, aseveró que tras el paso del meteoro el pasado septiembre, las autoridades de la provincia de Holguín reaccionaron de inmediato con la puesta en marcha de un proyecto de reconstrucción que ya tiene los primeros resultados.
El funcionario confirmó la reposición de las partes abatidas del malecón y el inicio de las labores para añadir nuevos segmentos, al tiempo que prosigue la restauración de fachadas de viviendas mediante la colocación de las llamadas piedras de Jaimanita, que ofrecen elegancia y protegen las paredes, en un ambiente donde predomina el salitre.
En lo adelante, añadió, aparecerán espacios apropiados para el descanso y la realización de actividades recreativas y comerciales que constituirán un paseo a lo largo del litoral.
Las ideas a aplicar, dijo, tienen en cuenta la armonía con el entorno arquitectónico de la localidad surgida en 1887, cuando Cuba era colonia española, pero no ignoran las soluciones que favorezcan la protección de los recursos en caso de huracanes.
Un principio que se aprecia en las tareas técnicas sugeridas por los proyectistas es la colocación de estructuras ligeras, que combinen el buen gusto con la posibilidad de ser retiradas con inmediatez ante las amenazas de los referidos eventos naturales.
El proyecto en marcha, acentuó el vicepresidente del Gobierno municipal, comprende la presencia de escultores, pintores y otros creadores de la plástica en la decoración de los muros y tapias que dan la cara al malecón, de manera que se convertirán en sitios para exponer y apreciar arte.
Esto reafirma que Gibara mantiene entre sus ofertas turísticas el disfrute de la cultura local, ensamblada durante dos siglos de existencia y con numerosos exponentes, entre ellos el recién reabierto Museo de Arte Decorativo, que revela, a través de un fondo de más de 2 mil 300 piezas, la forma en que vivían y pensaban parte de quienes la habitaron en el período 1880-1940.
