Islazul con los colores del arcoíris en Holguín

Bajo las marcas Masnatura, La Aldaba y Sol y arena, el grupo hotelero Islazul opera su patrimonio turístico en la provincia de Holguín con el sello distintivo del buen servir a sus clientes.
En total son tres los municipios de este territorio nororiental en el que radican cinco instalaciones, cada una de ellas con particularidades muy propias que dignifican y promueven a las categorías a las cuales pertenecen.
La Aldaba agrupa a los hoteles de ciudad: Miraflores, en Moa y Villa El Bosque y Pernik, en la cabecera provincial; en Masnatura está el Mirador de Mayabe y a Sol y arena pertenece Villa Don Lino.
El hotel Pernik es el ‘buque’ de la Sucursal de Islazul en Holguín, a decir de una conocedora del tema, Beatriz Almaguer, jefa de relaciones públicas de la instalación, quien pondera el nivel de operaciones que tiene todo el año por ser anfitrión de los grandes eventos culturales que se desarrollan en la ciudad o en otros lugares de la provincia.
Almaguer se refiere a Las Romerías de Mayo, la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, el Festival Internacional del Cine de Gibara y de otros eventos científicos, por haberse especializado en sede de convenciones, para las actividades gastronómicas y de alojamiento.
Desde el año 2002 el Pernik ostenta la distinción de ser la única en Cuba donde varias de sus 200 habitaciones están convertidas en galerías de arte, a partir de un proyecto que iniciara un poco antes- en 1996-, con objetos personales del destacado poeta y narrador cubano y Premio Nacional de Literatura, Pablo Armando Fernández, a quien le sucedieron otros grandes de la cultura del país: Cosme Proenza, Roberto Fernández Retamar, Esther Borjas, Nelson Domínguez, Leo Brouwer y Eduardo Roca (Choco).
A estos atributos se añaden el excelente servicio de su mesa bufet, la discoteca La Terraza, el bar piscina Pliska con karaoke, el restaurante La Taberna de Pancho, muy bien posesionada en la preferencia de los clientes dada su exquisita gastronomía nacional a base de platos típicos, como las costillas de cerdo fritas o las Tres Delicias.
Su piscina, ahora en reparación capital, será de las más competitivas de su tipo en el país, por diseño y bondades que posibilitarán a chicos y grandes disfrutar de baños seguros unidos a recreación sana.
Cerca de este lugar, a unos tres kilómetros del casco histórico, está la villa El Bosque, que hace honor a su nombre, pues pese a su enclave urbano, toda la instalación y sus dependencias (restaurantes, piscina y demás áreas) se construyeron entre frondosos árboles.
El rasgo más distintivo del bloque habitacional es la privacidad que brinda al cliente, que puede llegar en su auto hasta la misma puerta de su habitación; las que cuentan con buena climatización, baño privado y TV vía satélite.
Por su parte el subdirector de operaciones de la Sucursal Islazul en Holguín, Javier Fernando Almaguer Pratts, al referirse a las bondades del “Bosque”, hizp referencia especialmente al realce de la moderna piscina, que tras una reparación capital retoma su liderazgo y dejó atrás la vieja alberca de los tiempos en que el lugar fungió como Tenis Club de la ciudad y solo acogía a los miembros de la alta burguesía hasta 1960.
De aquí exaltó, además, los servicios del bar Azul, la competitividad de la mesa bufet, el restaurante-cafetería y la discoteca El Pétalo, famosa dentro y fuera de fronteras por su amplitud, sistema de luces y ventilación, área para fumadores y su manera fácil y convincente de servir lo mismo de centro para grandes eventos científicos que de sala de fiestas.
Otro hotel de la categoría La Aldaba, es el “Miraflores”, situado en la ciudad industrial de Moa, distante a unos 200 kilómetros de Holguín y a solo 45 minutos en auto de Baracoa, conocida como la Ciudad Primada, por ser la primera fundada en Cuba.
En la planta ocupacional de esta instalación moense destaca el sector empresarial, pues sus 148 habitaciones suelen acoger al personal de negocios de la industria niquelífera de estancia por estas tierras o en viajes comerciales por la zona entre sus principales clientes.
Miraflores dispone de los servicios básicos para un centro de su tipo, que cuenta además con dos restaurantes de comida criolla e internacional; piscina, bar y discoteca.
Haciendo honor a la marca Masnatura está el Mirador de Mayabe, ubicado en lo alto de una colina, desde donde se observa en todo su esplendor la ciudad de Holguín, a unos ocho kilómetros.
Sin dudas, este balcón natural es símbolo notorio de la provincia, por su localización, tranquilidad, exquisitez de platos e incluso por su burro bebedor de cerveza.
El patrimonio del Mirador de Mayabe lo realzan sus 44 habitaciones climatizadas con baño independiente, de ellas 20 corresponden a cinco módulos de bungalós construidos recientemente, que le otorgan mayor distinción; piscina, dos restaurantes, cuatro bares, parrillada, caneyes y salón de reuniones.
Para completar el abanico de oportunidades que brinda Islazul en Holguín está la emblemática villa Don Lino, instalación distante a unos ocho kilómetros del pueblo de Santa Lucía y a 30 de playa Guardalavaca, hoy con 128 habitaciones y un amplio programa de desarrollo que posibilitará llegar hasta las hasta 300 en los próximos años.
Con servicio todo incluido en su restaurante especializado y buffet, así como en sus dos bares, este centro dispone también de piscina, servicios de bicicleta y excursiones a caballo, animación diurna y nocturna y de una playa exclusiva de 280 metros de largo y 50 metros de ancho.
A Don Lino llegan siempre los que desean conjugar tranquilidad con calidad en los servicios y seguridad en unos días de vacaciones, en medio de la naturaleza, exuberante sol, arena y playa.
Así la Sucursal Islazul en Holguín completa su arcoíris de excelencia en esta provincia nororiental.

Javier Fernando Almaguer Pratts, subdirector de operaciones de la Sucursal Islazul en Holguín