Todos los caminos conducen a La Habana

La Habana, destino turístico favorito del Caribe y que se apresta a celebrar en 2019 su medio milenio, volvió a hechizar con su proverbial belleza y calidez humana a cubanos y foráneos, esta vez durante la edición 40 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Más de 300 films procedentes de 40 países fueron proyectados del 6 al 16 de diciembre en la cita fílmica, que como primer acto oficial rindió homenaje con un coral especial al Hotel Nacional de Cuba, sede permanente del evento cinematográfico, que tradicionalmente reúne a personalidades tanto de Hispanoamérica como del resto del mundo.
Los realizadores españoles Iciar Bollaín y Manuel Gutiérrez Aragón, los argentinos Carlos Sorín y Tristán Bauer, el serbio Emir Kustorica y el reconocido actor estadounidense Harvey Keitel fueron algunas de las figuras del celuloide que viajaron esta vez a la Perla de las Antillas.
En la gala inaugural, efectuada en el Teatro Karl Marx, se le entregó un Coral de Honor a la reconocida productora mexicana Bertha Navarro y un Coral Especial al Instituto Sundance, de Estados Unidos, que dirige el célebre actor Robert Redford, por más de tres décadas de constante colaboración con la cinematografía de la isla caribeña, gesto que el cineasta agradeció en un mensaje enviado al encuentro.
Aunque nuestros países han estado separados uno del otro creo que nuestro vínculo compartido a través del cine ha abierto un diálogo artístico y cultural que continuará en el futuro. Creo que este diálogo es tan importante ahora como lo fue hace 30 años, señaló Redford.
Un maratón de films de ficción, óperas primas, cortometrajes, documentales y animados fueron proyectados en salas habaneras, en su inmensa mayoría de Latinoamérica, lo que evidenció que el Festival de Cine de La Habana reafirma su propósito de preservar la identidad continental que le dio vida cuatro décadas atrás.
El evento ha logrado irse ajustando a las necesidades de los tiempos y del mismo cine, afirmó el directivo, quien, en una conferencia de prensa, reiteró el carácter latinoamericano de la esperada cita de las imágenes en movimiento, que en esta ocasión estuvo dedicada al prestigioso director cubano Tomás Gutiérrez Alea (Titón).
Entre las propuestas más esperadas por los cinéfilos figuró Yuli, el filme de Iciar Bollaín, que, inspirado en la vida del famoso bailarín cubano Carlos Acosta, ex integrante del Royal Ballet de Londres, se alzó con el premio de guión en el Festival Internacional de San Sebastián.
Roma, drama dirigido y escrito por el mexicano Alfonso Cuarón, con el que conquistó el León de Oro a la mejor película en la Mostra de Venecia en 2018, fue otro de los que acaparó la atención del público.
A estas propuestas fílmicas se sumaron el largometraje de ficción Colombiano Pájaros de verano, de Ciro Guerra y Cristina Gallego, que obtuvo el Premio Coral en esa categoría, la cinta peruana Retablo, de Álvaro Delgado, laureado con el lugar cimero en ópera prima, en tanto Carlos Sorín se adjudicó el Coral de guión con su excelente largometraje Joel.
Las películas cubanas Inocencia, de Alejandro Gil, Nido de Mantis, de Arturo Sotto, e Insumisas, de Fernando Pérez y Laura Cazador, obtuvieron ex aequo el premio Especial del Jurado. Inocencia se alzó también con el Premio de la Popularidad.
El Festival concluyó este domingo 16 de diciembre dejando detrás de sí alegrías y nostalgias y muchos recuerdos vividos durante 10 días en una ciudad que fascinante, llena de historia, de mitos y leyendas, y ya cercana a su medio milenio, con orgullo parece proclamar que, también en la esfera del séptimo arte, todos los caminos conducen a La Habana.