Del Océano y la Atmósfera, en el Día Meteorológico Mundial 2021

El 23 de mayo de cada año se celebra el ¨Día Meteorológico Mundial” en todo el Planeta. La fecha conmemora el día en que fue puesto en vigor el convenio internacional que constituyó la Organización Meteorológica Mundial (OMM) como agencia especializada dentro del sistema de las Naciones Unidas especializada en asuntos del Tiempo, el Clima y el Agua.

Cada año, la celebración se dedica a un tema específico, usualmente importante que, en el caso del 2021, lleva por título “El Océano, Nuestro Clima, Nuestro Tiempo”. Su importancia no puede ser mayor.

Siempre he pensado que nuestro planeta, La Tierra, no se debiera haber llamado así. Seguramente es producto del egocentrismo humano, pues vivimos en la parte sólida del planeta, en la tierra. Sin embargo, sus tres cuartas partes son océanos…. hay más agua en mares y océanos que tierra y en una proporción importante, 70 % de océanos; por ello, debería justamente haberse llamado planeta Océano.

Es más, para el que no conozca el planeta Tierra, lo vea por primera vez desde el espacio y fije su vista sólo en el océano Pacífico, verá claramente que el Planeta parece ser sólo mar. Vean la imagen que les muestro a continuación, la que claramente ilustra lo que les digo.

La Tierra azul
La imagen del océano Pacífico, tal como se vería desde el espacio. Es muestra fehaciente de la proporción de agua oceánica que tiene nuestro Planeta, respecto a la cantidad de tierra. El 70 % del planeta ¿Tierra? es mar.

 

Los océanos están entre los principales condicionantes del tiempo y el clima del planeta. Poseen una función trascendental en el cambio climático y son uno de los principales motores de la economía mundial, puesto que son la vía por la que transita más del 90 % del comercio y proporciona trabajo alrededor del 40 % de la humanidad, que asimismo vive a menos de 100 kilómetros de las costas.

Los meteorólogos e investigadores observan cuidadosa y sistemáticamente el océano y la evolución de los procesos, tanto atmosféricos como de interacción océano-atmósfera, que en ellos ocurren. En tal sentido, elaboran modelos físico-matemáticos de sus efectos en la atmósfera, lo que tiene un impacto directo en la seguridad de la navegación marina y de las actividades que se realizan en el mar y en las zonas costeras.

El océano mundial almacena la inmensa mayoría del calor atrapado en la Tierra como consecuencia de las emisiones de carbono generadas por la actividad humana; por lo que juega un papel destacado en la evolución del cambio climático.

Las aguas del océano absorben parte del dióxido de carbono emitido por las actividades humanas, lo que a primera vista resultaría beneficioso, pero, para que las cosas no sean perfectas, realmente es algo que al mismo tiempo resulta muy pernicioso.

Esta aparente contradicción se explica por el hecho de que la absorción del dióxido de carbono por el océano trae como resultado que el agua del mar se vuelva más ácida, y esa acidez daña los arrecifes de coral, lo que ya está ocurriendo a paso más acelerado con el incremento de la temperatura que se enfila al Cambio Climático, menoscabando la pesca en los arrecifes, de la que dependen unos mil millones de personas en todo el mundo.

Los océanos del mundo están muy estrechamente vinculados con la atmósfera. Por tanto, si queremos pronosticar las condiciones meteorológicas y climáticas, primero tenemos que comprender cuál es el papel que juega el mar en esos procesos. El océano absorbe la mayor parte de la radiación solar que llega a la Tierra, siendo la zona ecuatorial la que recibe la mayor cantidad de energía, lo que hace que se formen enormes corrientes oceánicas horizontales y verticales que distribuyen ese calor por todo el planeta.

El agua se calienta y se enfría más lentamente que la atmósfera, por su mayor capacidad calorífica, y por ello, el estado del tiempo en las costas es más moderado que el continental, con menos episodios extremos de calor o frío. Por ejemplo, en Cuba, isla larga y estrecha, en verano la zona costera es mucho más fresca que la zona interior del territorio, mientras que, en nuestro invierno, las temperaturas más bajas se registran en los lugares más alejados de la costa.

La fuente de las nubes y las lluvias es la evaporación del agua que tiene lugar en los océanos. Por lo tanto, eso guarda una gran relación con las regiones secas y húmedas del planeta. La enorme cantidad de energía calórica de los océanos, es la que genera tormentas tropicales y huracanes, pero también los ciclones extratropicales.

Uno de los fenómenos que más influencia tiene en la variabilidad climática, es el evento “El Niño - La Niña”, que es un fenómeno de interacción del océano y la atmósfera, el cual afecta a grandes zonas del planeta periódicamente, mientras que también influye en la distribución de las luvias estacionales, la temperatura y hasta en la actividad de los ciclones tropicales.

Anomalías Temperatura Oceánica
Anomalías de la temperatura oceánica en El Niño y La Niña (imagen: www.ecoexploratorio.org, Puerto Rico).

 

Estos son sólo algunos elementos que sirven para comprender por qué los meteorólogos tratan cada vez más de obtener observaciones de las áreas oceánicas, áreas que poseen un gran déficit de observaciones, mientras que las estaciones meteorológicas pueblan mayormente a las áreas terrestres, lo que es uno de los problemas que confrontan los modernos sistemas de pronóstico numérico, ya que nadie puede pronosticar nada en donde no tienen datos iniciales.

Las observaciones oceánicas y el conocimiento de cómo las interacciones océano-atmósfera, no sólo son fundamentales para poder pronosticar el estado del tiempo en cualquier lugar, sea en tierra o en mar, con más exactitud y detalles, sino que además resultan sumamente importante, diría que imprescindible, para los pronósticos a largo plazo, para los pronósticos estacionales, y los pronósticos del clima futuro.

De esta manera, las observaciones y las investigaciones del océano y de la atmósfera, resultan ser, cada vez más, elementos de la mayor importancia, más críticos, a fin de avanzar más en la obtención de mejores pronósticos del tiempo y del clima.

 

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