PETRICOR: El Increíble Olor de la Lluvia al Caer

“Se siente olor a lluvia”, frase muy común que quienes peinan canas han escuchado cientos de veces, tal vez más. Y ese es uno de los detalles que siempre me ha agradado de la lluvia: el olor que se siente cuando se avecina y el que deja al caer, especialmente después algún tiempo sin lluvias. Quizás a Ud. le pase lo mismo.

Sin embargo, hay más que decir, pues no hay sólo un olor cuando llueve, sino más bien dos olores, muy peculiares. Por ello, he pensado que sería un buen tema para compartir en esta columna, amén de que próximamente retomemos el para nosotros sempiterno, y también muy importante tema de los ciclones tropicales, máxime cuando ahora estamos en una Temporada ciclónica que se augura activa.

Ese olor peculiar que se siente al caer la lluvia tiene un nombre que, aunque nos parezca raro y por ser más o menos “reciente”, aún no se encuentra recogido como vocablo en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

“Petrichor”, es el vocablo en inglés, conocido por primera vez a partir del trabajo de dos geólogos australianos, J. Bear y R. G. Thomas, en 1964, y publicado en la revista Nature (993/2), como una novedad en la literatura científica.

¿Por qué ese nombre? Bueno, es el caso que “Petrichor”, españolizado como “Petricor” se deriva del griego antiguo πέτρα pétra “piedra” y el vocablo ἰχώρ icór. Este último se refiere a la “sangre de los dioses helénicos”, pues en la mitología griega el "icor" es el líquido que corre por las venas de los dioses en lugar de la sangre.

“Petricor” queda entonces como el nombre que se le ha dado al peculiar olor que se produce al caer la lluvia en suelos secos; es equivalente al popular «olor a lluvia», aunque más adelante, veremos que no es el único asociado a ella, como ya les dije.

Hay dos elementos que interactúan con la lluvia de manera interesante. El aceite exudado por las plantas, que absorben la superficie de las rocas durante las épocas de sequía y que, al entrar en contacto con la lluvia, se libera en el aire. Junto con él, lo hace otro compuesto, llamado “geosmina”, producto metabólico de ciertas actinobacterias. Estas emisiones son las que más aportan al distintivo olor que sentimos al caer la lluvia.

Petricor
La lluvia libera compuestos producidos por ciertas plantas, junto a la geosmina, producto metabólico de actinobacterias,  y ello ocasiona el “olor a lluvia” o Petricor

Convendrán Uds. que en la Naturaleza nada fue dejado al azar y todo tiene un fin o propósito. Pues los referidos autores en un trabajo posterior (1965), concluyeron que ese aceite depositado en las rocas junto a la geosmina, no solo aportan el “olor a lluvia”, sino que poseen el efecto de retardar la germinación de las semillas y el crecimiento de las plantas en época de sequía. Ello podría indicar que ese aceite se exuda con la finalidad de proteger a las semillas, evitando que germinen cuando no hay agua suficiente y la especie se ponga en peligro de extinción. Interesante ¿verdad?

Es por eso que el olor de la lluvia es mucho más perceptible cuando ocurren posterior a un período de sequía más o menos prolongada. Con frecuencia esto sucede en Cuba, cuando llegan las llamadas “lluvias de primavera”, después de transcurridos los meses invernales denominado el “período seco”; o cuando tras meses de cero o pocas precipitaciones llega un frente frío con lluvias.

Se ha señalado que el “petricor”, debido a la combinación real de unas cincuenta sustancias, no ha podido ser sintetizado en laboratorios, manteniéndose sólo como un olor de la naturaleza. Sin embargo, no es el único olor asociado a la lluvia… El otro, también muy característico, que se siente antes que llegue la lluvia o junto con la lluvia, es el del Ozono (O3).

Un artículo anterior en esta misma columna estuvo dedicado al Ozono en la alta atmósfera, donde es beneficioso, pues protege a la Humanidad de la nociva radiación ultravioleta. Tan importante es este Ozono que, sin él, no existiría la vida en La Tierra.

Cuando se acercan lluvias asociadas a las tormentas eléctricas, suele también sentirse un olor peculiar. Ese es el olor del Ozono (O3), gas formado a relativamente poca altura por la acción de la enorme chispa eléctrica (el rayo) al atravesar el aire, lo que ocasiona la adición de un átomo de oxígeno al a la molécula de O2, creando así el O3 y emitiendo éste otro olor característico.

Petricor
Los rayos en las tormentas eléctricas producen el gas Ozono (O3), el cual posee un olor característico que también se siente cuando llueve y hay tormentas eléctricas.

Puede hacer Ud. la prueba y producir Ozono en pequeña escala, pues cuando una chispa eléctrica cualquiera atraviesa el aire (que contiene O2), produce Ozono y nos da el mismo olor peculiar. ¿no lo ha sentido Ud. cuando se produce un cortocircuito? (no me refiero al olor a quemado, que es otra cosa).

Ese Ozono, llamado Troposférico, junto al que llega por el viento a bajos niveles, que lo transporta desde las chimeneas de fábricas lejanas, ocasiona daños a la agricultura y a la salud.

Como ya mencionamos con anterioridad en el artículo dedicado a esta sustancia, el Ozono es un gas de comportamiento dual: es un Ozono bueno (el de arriba), y es a la vez un Ozono malo (el de abajo; el que está junto a la superficie de La Tierra).

 

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