Se acabó La Niña

Esta semana resultó noticia que la NOAA de los Estados Unidos en un Aviso Final, declaró terminado el largo evento La Niña que se extendiera durante los últimos tres años, influyendo fuertemente sobre el Clima Mundial.

De esta manera, al sistema Tierra-Atmósfera en el océano Pacífico Tropical ha pasado a la condición de Neutral, o sea, ni hay La Niña, ni hay El Niño.

Recordemos que el llamado evento ENOS, “El Niño-Oscilación del Sur” se presenta con tres fases, La fase fría es La Niña, y se produce cuando hay un enfriamiento de la capa superficial de agua en el Pacífico ecuatorial central y oriental, que dura por al menos tres meses, con valores de anomalías de -0.5 ºC, anomalías por debajo de los valores normales o promedio de muchos años.

La fase cálida del ENOS, llamada El Niño, tiene lugar cuando en dicha zona geográfica, las anomalías de la capa superficial del océano son positivas y superiores a +0.5 ºC durante un período mínimo de tres meses, o sea, que hay un calentamiento de la superficie del mar por encima de los valores normales o promedios de muchos años.

Por último, en la fase Neutra, las anomalías de la capa superficial de agua están en el rango entre -0.5 y +0,5 ºC, respecto a los valores promedios, o normales, de muchos años. Es en esta última fase en la que ahora se encuentra el sistema Tierra-Atmósfera en el Pacífico Ecuatorial central y oriental, después del haber transcurrido el último, y prolongado, evento La Niña.

¿Qué va a pasar durante los próximos meses?

No es fácil decirlo. Por el momento el consenso de los modelos de pronóstico tiene casi por seguro de que las condiciones neutras se mantendrán durante toda la primavera, esto es, hasta bien entrado el próximo mes de junio.

Pero lo que todo el mundo quisiera saber es si efectivamente se desarrollará un evento El Niño en los próximos meses del verano o el otoño.

Si hubiese una continuación de las condiciones neutras, ello significaría que no ocurriría nada muy alejado de lo normal. La falta de El Niño o La Niña, en efecto, significa que no habría una influencia a escala estacional en el océano Pacífico que pueda incidir fuertemente en la circulación atmosférica global e influir en los patrones climáticos estacionales.

Muy por el contrario, si se presentara El Niño, ya habría una natural preocupación, pues El Niño sería capaz de ocasionar variados impactos a nivel global, tanto en los meses del verano, en el otoño, como en los del invierno.

Muchos de los modelos climáticos computarizados a escala global, predicen una transición a El Niño en algún momento antes de finales de este año. Sin embargo, en este preciso momento es una etapa época del año muy compleja del año para esperar un buen desempeño de los modelos de pronóstico.

Lo anterior se debe a la llamada "barrera de previsibilidad de primavera". Lo que ocurre es que los eventos ENOS alcanzan su punto máximo en el invierno y tienden a decaer y hacer la transición en la primavera. Por ello, los modelos numéricos a menudo no tienen muchas señales fuertes para continuar. El propio hecho de que los eventos ENOS alcancen su mayor expresión en el invierno es algo para lo cual la Ciencia no tiene todavía una respuesta simple y satisfactoria.

El consenso actual de los pronósticos muestra el aumento de la probabilidad de El Niño, con posibilidades de alrededor del 60% para el próximo Otoño (septiembre-octubre-noviembre). Sin embargo, la ya mencionada “barrera de previsibilidad de primavera”, junto con el estado atmosférico todavía algo parecido a La Niña, junto a la falta de signos físicos fuertes, y a una gran cantidad de agua más cálida que el promedio en el las profundidades del Pacífico tropical, significan que aún no existe una seguridad relativa que permita hacer una Alerta de El Niño.

Históricamente hablando. En los registros históricos desde 1950 a la fecha, no ha habido más de cuatro años seguidos sin que se presente El Niño. Si no hay un El Niño en 2023-24, ello haría nada menos que cinco años consecutivos sin El Niño. Pero también, hay que decir que 73 años en una serie, es un registro demasiado corto para un fenómeno que ha presentado una gran variabilidad. Por ello, lo más juicioso es, en este momento, esperar a que en los próximos meses se tenga una mayor claridad sobre qué realmente ocurrirá.

Esta incertidumbre actual sobre si habrá un evento Neutro o un evento El Niño (ya que La Niña está descartada) va a tener une incidencia grande en los pronósticos de la próxima Temporada Ciclónica de 2023 y en estado de la sequía en el área del Caribe.

Si se presentara la fase cálida del ENOS, El Niño, a la altura de los meses principales de la Temporada ciclónica, la canidad de ciclones tropicales en el Atlántico tropical tendería a ser menor que los promedios históricos, con una Temporada normal o por debajo de lo normal, según la cantidad de ciclones tropicales.

Por otra parte, un evento El Niño, podría prolongar la sequía en los países del área del Caribe, pues en los veranos y Otoños con El Niño, tiende a llover de normal a menos que lo normal, según los promedios históricos.