Volcanes vs. Hombres

Dr. José Rubiera
16 November 2022 7:26am
Erupción volcánica

En los últimos tiempos, como siempre ha ocurrido en el pasado en nuestro planeta, se han registrado varias erupciones volcánicas, algunas de singular intensidad y efectos.

Recordamos que el 19 de septiembre de 2021 el volcán de Cumbre Vieja explotaba en la isla de La Palma, Canarias. Durante más de 85 días aterrorizaría a sus habitantes y conmocionaría al mundo. Un año después, aún quedan familias sin hogar, centros turísticos cerrados y la producción de plátanos bajó a niveles mínimos. También en ese año el Yasur en Vanuato; Santiaguito y Fuego Pacaya, en Guatemala; Reventador y Sangay en Ecuador; Sakurajima en Japón; el Ibu y Merapi en Indonesia y el Erebus, en la Antártida, entre otros, hicieron erupción.

Pero sin duda alguna, en este año 2022 se ha llevado la palma el volcán submarino. El 15 de enero de este año, el volcán submarino, cuyo nombre completo es Hunga-Tonga-Hunga-Ha'apai, tuvo una erupción explosiva. Por primera vez en la historia, los satélites meteorológicos captaron la gigantesca explosión, la cual se pudo escuchar hasta una distancia de 3000 kilómetros y, según informaciones divulgadas, las personas que se encontraban hasta una distancia de 16 kilómetros del centro de la explosión quedaron sordas, debido a la fuerte compresión del aire en la atmósfera por la onda de choque. La fotografía que acompaña a este artículo asemeja una explosión nuclear.

Gigantesca explosión del volcán submarino en el archipiélago de Tonga. El “hongo” asemeja una explosión nuclear
Gigantesca explosión del volcán submarino en el archipiélago de Tonga. El “hongo” asemeja una explosión nuclear

 

Las cenizas volcánicas llegaron hasta una altura de 20 kilómetros, y se esparcieron en el sentido horizontal, cubrieron totalmente a varias de las islas del archipiélago de Tonga, principalmente a la isla principal llamada Tongatapu,

Pero sin duda uno de los efectos más interesantes fue que la onda de choque de la fabulosa explosión dio varias veces la vuelta al mundo. Esta onda de choque se originó, como lo hace toda explosión, como un impulso de presión en el aire. Se originó así, una onda barométrica, que le dio varias veces la vuelta al planeta, hasta que se fue amortiguando. La onda barométrica de la primera y de la segunda vuelta fue captada por los barógrafos que registran la presión atmosférica en todas las estaciones meteorológicas del mundo, incluso en el Caribe y en Cuba.

Quiere esto decir que las erupciones volcánicas resultan un fenómeno explosivo y relativamente frecuentes en nuestro planeta.

Entre los gases que emiten los volcanes a la atmósfera se encuentra el dióxido de carbono, presente en dos maneras, tanto el emitido durante las erupciones como a través del magma subterráneo, que se libera a través de las grietas, las rocas y el suelo poroso. El dióxido de carbono del magma subterráneo es liberado a través de grietas, rocas y suelos porosos, además del agua que alimenta lagos volcánicos y manantiales termales.

Pero, ¿qué cantidad de dióxido de carbono (CO2) son capaces de liberar los volcanes? ¿En qué nivel queda la acción del Hombre realizada desde la época de la Revolución Industrial, precisamente la que está ocasionando el Cambio Climático?

En un artículo científico publicado en el pasado 2011, un investigador del Servicio Geológico de los Estados Unidos, llamado Terry Gerlach, resumió cinco estimaciones anteriores que se habían realizado de las tasas de emisión global de dióxido de carbono volcánico, con el empleo de las más modernas técnicas, incluidos los datos satelitales.

Las estimaciones globales producto de ese estudio se ubicaron en un rango de aproximadamente 0.3 ± 0.15 mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por año emitida a la atmósfera por los volcanes.

Las cifras que arroja este resultado científico son de lo más interesantes, pues ello significa, nada menos y nada más, que las emisiones humanas de dióxido de carbono han sido más de 90 veces mayores que las emisiones globales de dióxido de carbono provenientes de volcanes.

El Hombre mediante su actividad, produce una mayor cantidad de CO2 que los volcanes.      (Imagen de Pixource en Pixabay)
El Hombre mediante su actividad, produce una mayor cantidad de CO2 que los volcanes. 

 

En 2013, otro grupo de científicos —Michael Burton, Georgina Sawyer y Domenico Granieri—publicaron una estimación actualizada usando más datos sobre las emisiones de dióxido de carbono del magma de superficie. Los autores concluyeron que la mejor estimación general era de aproximadamente 0,6 mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por año. Esa es una estimación más elevada que la de Gerlach, pero aún así, es una fracción de la cantidad de dióxido de carbono que produce la actividad humana, la cual resultaría en 60 veces superior a la emitida por la actividad volcánica.

Quiere decir que, aunque una erupción de un volcán, en particular, puede en unas pocas horas emitir una cantidad increíblemente alta de dióxido de carbono a la atmósfera, lo hace por muy poco tiempo.

Sin embargo, las emisiones producto de la actividad humana se van sumando días tras día, mes tras mes y año tras año. Es por eso que supera con creces a las emisiones registradas en la actividad volcánica, que solo ocurre de vez en cuando, y por solo unas horas.

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