Una de las más grandes del mundo: La Maqueta de La Habana

Es una de las maquetas más grandes del mundo y una de las más importantes de Cuba. Desde un mismo sitio, se pueden conocer las principales construcciones, paseos, calles y atractivos de La Habana, ciudad que celebra 500 años de fundada este año.

No es una maqueta común. Sus dimensiones sorprenden desde la entrada y la perfección de sus detalles asombra a cuantos llegan a visitarla. La maqueta de La Habana es una representación detallada realizada a una escala de 1:1000 y en la que se pueden ver las principales construcciones, calles, paseos, parques, conventos, iglesias, monumentos, plazas, esculturas, zonas industriales, rurales, el litoral habanero, las playas de la ciudad y otras edificaciones importantes. Detalles que se pueden ver con mayor precisión gracias a la ubicación de unos catalejos.

Tiene 22 metros de largo por 10 de ancho y ciertamente es una de las más grandes del mundo. Integrada por 39 tableros cuadrados de dos metros cada uno y realizados en madera dura y contrachapada, tiene un peso total de seis toneladas. Ella en sí, alcanza una superficie de 144 metros cuadrados.

En cada tablero, se muestran 4 kilómetros cuadrados de la ciudad, que incluyen las zonas más significativas de la capital, como los municipios de La Habana Vieja, Centro Habana, Cerro, Plaza de la Revolución, Playa, 10 de Octubre, Regla, y parte de La Habana del Este, Guanabacoa, Boyeros y Marianao. Cuenta con un sistema de luces que dan una apariencia muy singular y para su confección, se utilizaron planos y fotos aéreas.

Se sabe que el primer tablero fue el destinado al municipio Plaza de la Revolución, concluido en septiembre de 1988 y surgió como parte de un proyecto del Grupo para el Desarrollo Integral de la Capital (GDIC), entidad asesora del Gobierno de la Ciudad en políticas urbanas y encargada de guiar el desarrollo de La Habana de manera armónica. Oficialmente fue inaugurada en 1995 como Museo Maqueta de La Habana.

Su autor fue el arquitecto Orlando Martorell, quien fue jefe del departamento de maquetas del Ministerio de la Construcción durante 25 años y había realizado otras maquetas con anterioridad. Martorell contó con la colaboración de la arquitecta Josefina Rebellón y el reconocido maquetista y escultor Telmo García.

En un inicio, se tomó como referencia una maqueta realizada de La Habana del Este y posteriormente maquetas de otras ciudades como Moscú, Nueva York, Berlín, Cádiz, Rotterdam y Estocolmo. La idea originalmente fue el planeamiento urbano, pero se convertiría en una de las principales atracciones de la ciudad.

Un elemento interesante es que en ella se muestran las etapas del desarrollo de la ciudad, las cuales están diferenciadas por diferentes colores. El período colonial (XVI -XIX) es marrón, el período republicano (1900 a 1958) es color ocre y el período revolucionario es marfil. Y como toda ciudad que crece y se desarrolla, cada nueva edificación de importancia, es agregada a la obra.

Ubicada en calle 28, entre 1ra y 3ra, en el barrio de Miramar, la Maqueta de La Habana está abierta al público de lunes a viernes entre las 9:30 de la mañana y las 5:30 de la tarde, y los sábados hasta las 4:30 de la tarde.