Carmina Burana ilumina el 65 aniversario de Danza Contemporánea de Cuba

El majestuoso Teatro Nacional de Cuba volvió a ser el epicentro de una vibrante celebración artística. En esta ocasión, el prestigioso grupo Danza Contemporánea de Cuba conmemoró su 65 aniversario con la presentación de Carmina Burana, la célebre cantata del compositor alemán Carl Orff, en una versión coreográfica a cargo del reconocido coreógrafo cubano George Céspedes.
La Sala Avellaneda del Teatro Nacional fue testigo de una impresionante actuación que contó con la participación de 36 bailarines, quienes, con destreza y pasión, lograron plasmar en el escenario los complejos matices emocionales y filosóficos que envuelven la obra. El público se dejó llevar por el lenguaje de los cuerpos en movimiento, una experiencia estética que ofreció una lectura renovada de los poemas medievales que inspiran Carmina Burana. Escritos en latín, alemán y franco, estos textos celebran los placeres de la vida, el amor carnal y la conexión con la naturaleza, un material cargado de simbolismo y vida que, bajo la dirección de Céspedes, cobró una dimensión escénica única.
Esta versión coreográfica ha sido aclamada tanto por la crítica como por el público desde su estreno, habiéndose presentado en escenarios internacionales con gran éxito. Un testimonio de ello es la obtención del prestigioso Premio Luna en México, reconocimiento que subraya el impacto y calidad de la propuesta cubana.
El espectáculo no solo marcó un hito por la obra en sí, sino que se erigió como un homenaje a todas las figuras que, a lo largo de más de seis décadas, han dejado su impronta en la historia de Danza Contemporánea de Cuba. Durante estos 65 años, la compañía ha sido pilar fundamental en la evolución de la danza moderna en la isla, contribuyendo significativamente a la creación de un lenguaje escénico propio que ha redefinido el panorama cultural cubano.
Miguel Iglesias, actual director de la compañía y Premio Nacional de Danza 2018, expresó su compromiso con la renovación constante de la agrupación, enfatizando la necesidad de entregarse plenamente al arte con una verdad escénica que trasciende el tiempo. Bajo su dirección, la compañía ha continuado desarrollándose sin perder la esencia que le imprimió su fundador, el maestro Ramiro Guerra, en 1959.
En palabras compartidas a través de la página oficial en Facebook de la compañía, Iglesias destacó que, pese a los diferentes momentos históricos que han atravesado, Danza Contemporánea de Cuba sigue siendo fiel a los principios que la vieron nacer. El director subrayó el valor de este aniversario como un momento de reflexión y orgullo por el camino recorrido, una trayectoria que ha contribuido a que la compañía sea reconocida como una de las más importantes de la danza contemporánea a nivel mundial.
El programa de celebración continúa este fin de semana, cuando Danza Contemporánea de Cuba regrese al escenario del Teatro Nacional con nuevas funciones de Carmina Burana. Estas presentaciones prometen ser una reafirmación del virtuosismo, el arte y la pasión que han caracterizado a la compañía durante sus 65 años de existencia.
Con cada movimiento, la agrupación recuerda que la danza es más que un simple acto físico: es una forma de contar historias, de transmitir emociones y de conectar con el público a un nivel profundo. En cada gesto, en cada paso, Danza Contemporánea de Cuba sigue honrando su legado y, al mismo tiempo, mirando hacia el futuro con la misma fuerza creativa que la ha mantenido viva durante más de seis décadas.
Foto. PL