La Habana y su Malecón: Donde el alma cubana se encuentra con el mar

Redacción Exce…
16 August 2025 6:51am
Malecón de La Habana

La Habana es una ciudad llena de historia, música y mar. Ningún lugar condensa mejor esa esencia que el Malecón: una avenida costera de ocho kilómetros que serpentea junto al mar Caribe, abrazando la ciudad desde La Habana Vieja hasta el río Almendares.

Más que un paseo marítimo, el Malecón es el corazón emocional de la capital cubana, donde se cruzan generaciones, culturas y sueños.

El Malecón comenzó a construirse en 1901 como un modesto paseo para la clase media, pero rápidamente se expandió, convirtiéndose en una arteria vital de la ciudad. Su arquitectura es un mosaico de estilos: desde el neoclásico robusto hasta el art nouveau más caprichoso, reflejo de las distintas etapas de desarrollo urbano que vivió La Habana en el siglo XX2.

Durante el mandato de Gerardo Machado (1925–1933), el Malecón floreció como símbolo de modernidad y orgullo nacional, con ampliaciones dirigidas por figuras como Carlos Miguel de Céspedes y el urbanista Jean Forestier.

Al caer la tarde, el Malecón se transforma. La brisa marina acaricia a los paseantes, mientras el sol se despide con uno de los ocasos más bellos del Caribe. Es el momento en que poetas, trovadores, pescadores y enamorados se reúnen en su muro de concreto para compartir historias, música y silencios.

El Malecón está rodeado de algunos de los hoteles más emblemáticos de La Habana, como el Hotel Nacional. También se encuentra a pasos de barrios icónicos como Vedado y Centro Habana, donde abundan restaurantes, bares y espacios culturales.

Entre las atracciones cercanas destacan:

Cabaret Parisien y Vedado: para disfrutar de la vida nocturna cubana.

Universidad de La Habana: un ícono educativo y arquitectónico.

Edificio Focsa: una joya del modernismo latinoamericano.

Consejos para el viajero

Malecón de La Habana

Mejor hora para visitar: al atardecer, cuando la luz dorada transforma el paisaje y la vida local se despliega con mayor intensidad.

Qué llevar: cámara, ropa ligera, protector solar y disposición para conversar con los locales.

Imperdible: sentarse en el muro del Malecón, dejarse envolver por la brisa y escuchar la ciudad.

El Malecón es una experiencia que conecta al visitante con la esencia más auténtica de Cuba. Si quieres sentir el pulso de La Habana, empieza por su borde costero. Allí, entre el mar y la ciudad, encontrarás historias que no están en los libros, pero que viven en cada ola que rompe contra el muro.

 

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