La Catedral de Santiago de Cuba, un tesoro arquitectónico e histórico
La Catedral de Santiago de Cuba, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, es el principal y más grande templo católico de Cuba, con categoría de Basílica y Catedral Primada. Fue el primer santuario en la isla con Capilla de Música y ha sido visitada por tres Papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
El inmueble se encuentra en el centro histórico de la ciudad, fundada en 1515 por el conquistador Diego Velázquez de Cuéllar. Su estilo ecléctico la hace única y emblemática de la arquitectura santiaguera. Su estructura está hecha en un ochenta por ciento de madera y fue declarada Monumento Nacional en 1958.
La Catedral ha sido reconstruida cuatro veces a lo largo de su historia, debido a los ataques de piratas y los terremotos que han sacudido la región. La última reconstrucción se realizó entre 1810 y 1818, conservando la orientación este-oeste de las anteriores. En su interior se guardan valiosas obras de arte, como el Ecce Homo, la pintura más antigua de Cuba, y la lápida sepulcral de Diego Velázquez, el fundador de las primeras villas cubanas.
En el siglo XX, la Catedral fue remodelada por el arquitecto Carlos Segrera, quien le dio mayor esbeltez a sus torres y le añadió esculturas de Cristóbal Colón, Bartolomé de las Casas y el arcángel Gabriel. También se crearon arcadas comerciales en el basamento pétreo, que contribuyeron a la animación urbana y a las finanzas de la Iglesia.
En la sala del Coro, se destaca el Órgano de Viento, un instrumento centenario que está bien conservado. En esta sala se encontraron partituras originales del presbítero Esteban Salas, considerado el Padre de la música cubana, quien interpretó sus obras en la Catedral.
En el siglo XXI, la Catedral fue sometida a un proyecto de rehabilitación integral, liderado por el arzobispo Dionisio García Ibáñez, con la participación de especialistas nacionales y extranjeros. El objetivo fue preservar el patrimonio arquitectónico e histórico de este templo, que recibe a los visitantes con su esplendor y su espíritu de fe.
