Topes de Collantes: El viaje donde la montaña abraza al mar

Redacción Exce…
29 September 2025 8:33am
Topes de Collantes

Tope de Collantes se abre ante los sentidos como un universo suspendido entre la neblina, el verdor y el murmullo constante del agua. Se trata de una reserva natural de más de 200 kilómetros cuadrados en la cordillera del Escambray, con diversos senderos y parques para explorar, donde la naturaleza se convierte en anfitriona de una experiencia única.

Topes de Collantes

 

El recorrido hacia el Parque Codina se realiza en camiones Urales, robustos vehículos rusos que atraviesan caminos sinuosos, mientras el aire fresco se mezcla con el aroma a tierra húmeda, la delicada fragancia de la flor mariposa —flor nacional de Cuba— y el intenso perfume de pino y eucalipto, herencia de la reforestación de los años 60, que se alinean como guardianes verdes. Con unos 800 metros (2 600 pies) de altitud, el aire se vuelve más fresco, y cada respiración acerca al visitante a la esencia de la montaña.

Durante el trayecto, los visitantes pueden participar en la siembra de un roble blanco, dejando su huella viva en un entorno que respira historia y biodiversidad.

Ya en el sendero Codina, una caminata de apenas kilómetro y medio se transforma en un festín de descubrimientos: begonias y violetas nacidas del microclima húmedo, aves que se ocultan entre las ramas, cuevas que guardan misterio y un mirador que regala la visión majestuosa del mar Caribe, como si el horizonte fuera un cuadro pintado por la propia naturaleza.

Topes de Collantes

 

Desde lo alto, el Pico San Juan, con sus 1 140 metros, se erige como vigía de la cordillera, acompañado del Potrerillo y del embalse Hanabanilla, un lago artificial que refleja el cielo y nutre a las comunidades cercanas. Aquí, las noches sorprenden con temperaturas que descienden hasta los 5 grados, un frío insólito para el trópico, que al amanecer cede paso a un sol tímido, cómplice del cultivo del café.

Topes de Collantes

 

El paisaje se completa con postales vivas: la cascada de Vegas Grande, que cae desde casi 200 metros hasta una piscina natural de aguas profundas; el Salto del Caburní, con su música líquida; y los senderos de El Cubano y Codina, donde la montaña revela sus secretos paso a paso.

Tope de Collantes no es solo un destino. Es un respiro, un espectáculo para la vista, un rumor en los oídos, un aroma en el aire, un frescor en la piel. Una experiencia que demuestra cómo la naturaleza puede transformarse en memoria imborrable.

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