Inaugurada 44ta. edición del Festival del Caribe

El Teatro Heredia, en Santiago de Cuba, fue el escenario escogido para inaugurar la 44ta. edición del Festival del Caribe. La noche estuvo marcada por la entrega del Premio Internacional Casa del Caribe 2025 al investigador Jorge Berenguer Cala. La sala reunió a artistas, académicos y representantes de más de 20 países, entre ellos 150 representantes de la isla invitada, Curazao.
La coordinadora oficial de la delegación curazoleña, Aisha Gijsbertha-Leer, en sus palabras recordó que la relación entre Curazao y Cuba "se remonta a principios del siglo pasado cuando muchos trabajadores de nuestra Isla viajaron hasta aquí para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar aquella migración no solo dejó conexiones laborales, sino que se transformó en puentes culturales, económicos y personales que permanecen firmes hasta hoy". Expresó que "esos lazos son un recordatorio de cuánto nos une la historia y de cómo a través de años hemos fortalecido esa cercanía con nuevos intercambios y colaboraciones".

Agradeció además el honor de que por tercera ocasión el Festival dedique sus celebraciones al Caribe Neerlandés (2002, 2010, 2025). Aisha apuntó que este gesto confirma la amistad constante que se ha cultivado y el reconocimiento de sus aportes a la riqueza cultural de toda la región caribeña.
A teatro lleno se disfrutó de la agrupación músico danzaria "Los Cossia", la Compañía Folklórica Kokoyé y el Ballet Santiago con un homenaje a México. La Steel Band de El Cobre puso el broche de oro a la gala, su presentación fue un estallido de ritmo, color y herencia afrocaribeña que hizo al público bailar.
Tras la gala, la Casa del Caribe acogió la inauguración de la exposición Cimarrónica, del maestro de la plástica Alberto Lescay, acompañado por el grabador Joaquín Bolívar y el escultor Giovanni Abath, de Curazao. Fue una muestra que dialoga entre las raíces africanas y las expresiones contemporáneas.
La noche continuó con un concierto del grupo Síntesis en la tarima central ubicada en el Parque Céspedes, donde el público disfrutó la fusión de música afrocubana y sonidos electrónicos.
Como cierre simbólico de la jornada, quedó inaugurada la Casa de Curazao en la sede del ICAP, un espacio que durante toda la semana mostrará lo mejor del arte, la gastronomía y la espiritualidad de la isla caribeña, reafirmando los lazos de hermandad entre ambas naciones.
Será, para todos, una semana inolvidable, con mucha danza, música, encuentros fraternales y aprendizajes. La Fiesta del Fuego, más que una celebración, es una experiencia transformadora que fortalece los lazos culturales y aviva la esperanza de construir un Caribe más integrado, solidario y próspero.
