Comienza el trimestre activo de ciclones tropicales en el Atlántico

Ya casi termina el mes de julio. Por delante queda el trimestre más importante, el más activo, de una Temporada Ciclónica en el área del Atlántico.
Basta decir que, en números redondos, agosto, septiembre y octubre reúnen el 84 % de los ciclones tropicales que alcanzan la clasificación de tormenta tropical y huracán en una temporada típica. Por ello, consideramos como una temporada ciclónica normal, o típica (tomando como referencia los 30 años desde 1991 a 2020), a una en la que se forman 14 ciclones tropicales con clasificación de tormenta tropical o superior, es decir, ciclones que llevan nombre, mientras que 7 de ellos alcanzan a ser huracanes, y de estos, 3 llegan a ser huracanes de gran intensidad.

Vale recordar que la presente temporada ciclónica de 2023 comenzó sin que se esperara, ya que justamente el 16 de enero de este año se formó una tormenta subtropical que no fue nombrada, pues solo se pudo determinar por el National Hurricane Center (NHC) al realizarse un posanálisis. Ello marca el inicio más temprano de una temporada ciclónica en aguas del Atlántico desde el huracán Alex en 2016.

Llegado el inicio de la Temporada Ciclónica 2023, con su comienzo oficial el 1 de junio, se formaron tres tormentas tropicales, Arlene, Bret y Cindy. Estos dos últimos se desarrollaron al este del mar Caribe, constituyendo un récord para este mes al generarse dos tormentas tropicales en el Atlántico Tropical. El tener dos tormentas tropicales activas simultáneamente en junio, no ocurría desde 1968.

Ya en julio, Don se convirtió en el primer huracán de la temporada una semana después de su formación, el pasado 22 de julio. Había surgido como tormenta subtropical en el Norte del Atlántico, paso en unos días a la fase de tormenta tropical, y finalmente alcanzó la clasificación de huracán.
El comportamiento atípico de junio se debió a una serie de factores, El Niño, aún débil, menos polvo del Sahara (y por ello menos aire seco), más una increíblemente elevada temperatura superficial del mar.
¿Cómo se encuentra la cuenca del Atlántico ante el trimestre más activo, estadísticamente hablando, de esta temporada ciclónica 2023? ¿Qué perspectivas podemos tener?
Pasaré revista, de manera somera, a los principales factores que pueden tener una influencia en la actividad ciclónica de esta temporada y cómo pudieran influir. Recuerden que ya contamos con 5 tormentas tropicales más huracanes, de ellos 1 huracán, y ninguno ha sido de gran intensidad.


Evento El Niño: Está presente en el Pacífico, pero aún es débil. Por ello su influencia negativa no se ha hecho notar, pues hasta ahora, los vientos superiores, a alturas de 10 a 12 kilómetros, se han mantenido débiles. Esto es algo favorable a la formación de ciclones tropicales. Sin embargo, se está pronosticando un Niño moderado, y hasta fuerte, desde septiembre hasta todo el invierno. ¿Cuándo comenzará a hacerse más fuerte esa influencia de El Niño?, es, cuando menos, una buena interrogante.
Aire seco que trae consigo el polvo del Sahara: Aumentaron sus concentraciones desde finales de junio y principios de julio. No es normal que no haya ocurrido en junio. Pero a partir de ahora, y durante todo agosto, su influencia debe ir disminuyendo bastante, lo cual sería un factor favorable a la formación ciclónica.

Temperatura superficial oceánica: Extremadamente cálida en todo el Atlántico tropical y subtropical, incluido el Caribe y el golfo de México, y este es un factor muy favorable, pues el contenido calórico de la superficie oceánica es la energía de la cual se nutre el ciclón tropical para surgir y desarrollarse.

Debido a lo anterior, varias organizaciones que producen, y emiten, pronósticos de temporada ciclónica, han elevado considerablemente los números que pronosticaron anteriormente, en la actualización que realizaron en este mes de julio. De esta manera, consideran a la temporada en su conjunto, como que será activa, e incluso (aunque menos probable) una temporada muy activa.
Baste decir que las variadas influencias que inciden en la formación y desarrollo de los ciclones tropicales, junto a los cambios que están ocurriendo en el sistema océano-atmósfera debido al innegable calentamiento global, proveen de un grado de incertidumbre mayor que de costumbre en el pronóstico de la actividad ciclónica en la cuenca del Atlántico para esta temporada.
Recordar también que, por muy bueno que pueda ser este pronóstico estacional de ciclones tropicales, nunca dirá el lugar dónde va a azotar un huracán. Por ello, más que nunca, hay que estar preparados y seguir las informaciones responsables, siempre que se encuentre un ciclón tropical en las cercanías de la localidad en la que estemos situados.