Rancho Boyeros, de recaudación de peaje a aeropuerto internacional

Redacción Exce…
31 July 2019 12:46pm
Rancho Boyeros, de recaudación de peaje a aeropuerto internacional

El camino real de la Villa de San Cristóbal de La Habana se extendía aproximadamente 50 kilómetros de la ciudad hacia la costa sur, primero fue un trillo hecho a fuerza de machete por los primeros colonos y después se convirtió en calzada tras siglos de trasiego de cabalgaduras y de pesadas carretas de bueyes, las cuales transportaban productos agrícolas hacia la urbe.

Por las características del recorrido a 18 kilómetros de la Habana, en una extensa planicie, provista de agua suficiente y cultivos,  se estableció un lugar de descanso para los viajantes,  conductores y bestias que la práctica coloquial denominó Rancho Boyeros.

Más tarde creció en instalaciones de las autoridades para el control del peaje, y se crearon fondas y precarios hospedajes  donde los viajeros dormían con la mano en el machete o la pistola temerosos de un robo.

Pero el asentamiento de lugar de servicio a  los caminantes se convirtió con el paso  de los años en el siglo XX en una  zona de relativo  desarrollo,  gracias a la voluntad del presidente Gerardo Machado quien obsesionado por emular con emperadores romanos quiso trascender por sus grandes construcciones y  escogió la zona para algunas de sus obras que incluirían la edificación de  un aeropuerto. 

El lugar elegido para la terminal aérea estaba dividido en numerosas fincas de mediana extensión dedicadas a los cultivos menores y de pastos, que fueron demolidos y el terreno aplanado. Fue así que quedó convertido en tres pistas, la principal con 524 m de largo por 36 de ancho, sembradas de una hierba fina  que sistemáticamente cortaban y mantenían libres de piedras u objetos peligrosos para los  trenes de aterrizajes de las primeras aeronaves.

Previamente a los inicios de los trabajos se creó la Compañía Nacional Cubana de Aviación Curtiss, S.A, esta última de capital estadounidense y una de la firma aeronáutica más importante de ese país.

Para llegar al flamante aeropuerto y a la región  se terminó  en 1931 una nueva carretera como enlace entre el centro y la zona suroeste de la ciudad de La Habana,  que años después fue ampliada a cuatro vías  y que es conocida como Avenida de Rancho Boyeros.

El 24 de febrero de 1930 la flor y nata de la alta sociedad habanera y otra no tan alta de vecinos y curiosos se trasladaba al lugar para acompañar al entonces presidente Gerardo Machado a la inauguración del aeropuerto que bautizó, sin la menor modestia, con su nombre para complacencia de su corte de adulones que aplaudieron frenéticamente el momento.

Aunque sobre el techo de la instalación aparecía en grandes letras escrito el nombre de la compañía Curtiss, como para afirmar a los que lo veían desde el aire cuál era la verdadera propietaria de la instalación. 

Frente a la instalación estaban formados en completa alienación y con impecables  uniformes blancos los profesores y alumnos de la escuela de aviación para formar pilotos cubanos.

Para darle mayor espectacularidad  a la ceremonia llegó al lugar el dirigible Defender, de la marina estadounidense, después de volar a baja altura sobre de La Habana proveniente de su base en la cercanía de la ciudad de Miami, que causó curiosidad y emoción en los presentes, la mayoría de los cuales vieron por primera vez una aeronave de ese tipo.

También el nuevo aeropuerto formaría parte de otras obras emprendidas por Machado, en la zona en el apogeo de su gobierno, como el reparto Lugardita, diseñado por los destacados arquitectos Evelio Govantes, Félix Cabarrocas, Luis Echeverría, así como fábricas, dos escuelas tecnológicas, el parque de  Ferias Agropecuarias, sede actual de varios eventos, y un centro cultural, hoy cine  Sierra Maestra, joya del estilo art decco, entre otras obras.

A la caída de Machado, se borró su nombre de la terminal aérea  y de otras obras de la región y en los años siguientes los servicios aeroportuarios  se ampliaron, al construirse pistas de asfalto, se mejoró la torre de control y en la década de 1950 se erigió un nuevo edificio y cambió su nombre  a Aeropuerto Internacional  José Martí.

En la década  1990 se erigieron otras terminales y una nueva torre de control que modernizaron y ampliaron la capacidad de la instalación, muy lejos de aquel modesto inicio cuando de un poblado de ranchos a la orilla del camino real devino en la primera puerta de entrada por aire a la Isla.

Con el desarrollo del turismo en Cuba son miles  los viajeros que arriban por esos aeródromos a La Habana, ciudad que el 16 de noviembre próximo celebrará sus 500 años de fundada.

Vista aérea del aeropuerto recién inaugurado
Vista aérea del aeropuerto recién inaugurado

 

Terminal Tres aeropuerto José Martí, por donde arriban miles de turistas
Terminal Tres aeropuerto José Martí, por donde arriban miles de turistas.

 

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