Evocación a la Santería o Regla Ocha y su cultura gastronómica

alina
27 January 2016 11:14pm

Se puede afirmar que la alimentación es un rango antropológico universal, pero a la vez especifico, ya que posee los más diversos matices históricos, culturales, nacionales y locales. Tal es el caso de las comidas y bebidas que se consumen en la práctica ritual de la Regla Ocha o Santería.

·      Es alentadora la existencia de tendencias en el turismo que muestran un atractivo hacia las comidas típicas

Existe, entre las tendencias del mundo actual, la generalización de una gastronomía internacional consumista que ha invadido los restaurantes, hogares y gustos individuales y colectivos de la gente, imponiéndose la comida chatarra.

En muchos países las comidas tradicionales que años atrás las abuelas festejaban en alguna fecha familiar o religiosa han sido casi olvidadas o se encuentran en peligro de extinción.

Ante esto, sin embargo, es alentadora la existencia de tendencias en el turismo que muestran un atractivo hacia las comidas típicas y con carácter de patrimonio.En su relación con el turismo cultural los últimos estudios significan que en esta modalidad turística cada día cuenta más el origen de los alimentos, su significación y especificidad patrimonial, productos que se acerquen más a lo casero que a lo industrial.

De ahí el interés de algunos estudiosos de la cultura culinaria y gastronómica cubana en dar a conocer una de las facetas de esas tradiciones de la cultura alimentaria relacionada con la cultura religiosa. Una de las vías para su visibilidad podría ser el turismo, tanto nacional como internacional, y su oferta gastronómica.

La actividad turística, vista en todos los sentidos, es una actividad social y como tal tiene una relación directa o indirecta con los demás fenómenos de la sociedad, como es el caso de la cultura, que como fenómeno amplio abarca las diferentes actividades del hombre y sus resultados.

Gastronomía religiosa

Gastronomía y religión están íntimamente relacionadas. La gastronomía como tal es el arte de preparar y servir alimentos y bebidas de acuerdo a las tradiciones y costumbres de cada país o región determinada y la gastronomía religiosa se basa en la forma de preparar, ofrecer y servir los alimentos de la cocina religiosa en el ámbito ritual o en su manifestación festiva.

Entre los ejemplos más difundidos de la vinculación entre gastronomía y religión está  la establecida entre el pan y el vino en la cultura cristiana, que en la misa se convierten en la carne y la sangre de Cristo. Otro ejemplo es la gastronomía judía con profundas implicaciones sobre la base de lo que llaman comida Kodesh.

En las culturas americanas los pueblos desarrollan festividades y eventos desde remotas épocas hasta la actualidad, los banquetes rituales resplandecen en todas las moradas nacionales, desde las humildes casas rústicas, hasta los palacios y mansiones.

La comida ritual se efectúa en un ambiente regiamente aderezado en el que vivos y muertos se hacen compañía. Cada pueblo y región ofrece variados diseños e ideas para este evento, pero todos con la misma finalidad: recibir y alimentar a los invitados, y convivir con ellos.

En Cuba esta actividad se realiza en ceremonias religiosas de las diferentes religiones existentes, donde intervienen personas de la esfera religiosa pero que trasciende a un amplio ámbito general por lo que tienen gran incidencia en la cultura alimentaria popular. Por esto para esta esfera del turismo la gastronomía, patrimonio alimentario y religión se relacionan de una manera especial.

En los rituales de todas las religiones, entre estas las de origen africano, se realizan una serie de actos simbólicos relacionados con los alimentos y en la Santería o Regla Ocha tiene un fuerte simbolismo las comidas.

Algunos estudios destacan que las tradiciones culinarias de origen africano fueron entrando a la cocina cubana, entre otras formas, a través de las cocineras negras de las casas señoriales, posteriormente fue trascendiendo a lo general y cotidiano.

De esta manera en la cocina tradicional cubana se hicieron populares platos como la harina de maíz seco con quimbombó, boniato (boniatillo y malarrabia), cascos de guayaba y naranja, coquitos prietos y dulce de coco, harina dulce y otros platos.

En la comida ritual de la Regla Ocha o Santería se comparten una serie de bienes comunes que representan un convite de solidaridad, es un acto no solo de alimentación del cuerpo, sino del espíritu.

La autenticidad de la relación patrimonio alimentario y religión le confiere un poder evocador que va del acto del consumo del alimento a la ofrenda.

En un breve aparte de este escrito es bueno destacar lo que muchos devotos de las religiones de origen africano han defendido en cuanto a su posición de respeto al medio ambiente urbano y una visión en contra de la exposición de ofrendas en lugares no adecuados, lo que pone de manifiesto una insuficiente educación medioambiental de algunos religiosos y la falta de conocimiento sobre los preceptos de esta religión en cuanto a la manipulación de ofrendas de alimentos a las deidades.

El asunto entra en contradicción con la esencia de estas religiones, muy ligadas a la naturaleza y a su respeto y protección.

Los animales y demás alimentos en la Santería se ofrecen y seleccionan cuidadosamente según las exigencias de la deidad. Aquí existe una doble exigencia sobre la higiene: la que lleva toda gastronomía profesional y la que exigen los orichas.

Tanto los alimentos como el que los elabora y manipula para obsequiar requieren de un cuidado higiénico por las normas religiosas de ofrecimiento a las entidades sobrenaturales. Así cada oricha tiene sus preferencias de alimentos.

Los orichas son entidades sobrenaturales de carácter antropomórfico que simbolizan los elementos y fenómenos naturales. Por ejemplo los animales preferidos del oricha Elegba son los pollos, pollones, jutías, chivos y chivitos.

La carne de los animales sacrificados es apta para el consumo humano, excepto en aquellas ocasiones en que los orichas “pidan” por estar relacionados con alguna “obra” o trabajo mágico, “limpieza” (purificación), o motivo especial.

En estos casos se les envían a los lugares específicos donde habitan o se manifiestan los orishas. Sus destinos pueden ser, la manigua, el monte, la loma, el río, el mar, la línea del ferrocarril, los pies de determinados árboles, etc.

Para “trabajar” el oricha Elegguá en muchas ocasiones pide que le lleven su pollito entero a la manigua, monte o cuatro caminos. Al pollito sacrificado se le agrega maíz tostado, jutía, pescado ahumado, dulces, caramelos y miel de abejas.  Pero si el animal sacrificado “se queda” para el consumo de las personas, entonces se seleccionan ciertas vísceras, en el caso que sea un ave, se seleccionan otras partes del cuerpo, estos son los iñales,los que se deben cocinar y sazonar, y después enviar a los sitios donde los orishas reciben sus ofrendas.

Así compartiendo la comida se trasmiten los valores y creencias que sustenta la comunidad como legado a la cultura alimentaria y gastronómica.

El investigador Rodríguez Reyes cita en su trabajo Alimentos, magia y religión en la regla de Ocha o Santería al estudioso Wande Abimbola en un pensamiento que resume el sentido de esta relación:

“El alimento es parte central de los orishas. Creemos que todas las cosas sobre la tierra necesitan alimentarse de una u otra manera. Alimentando algunas cosas te comunicas con ellas y le envías un tipo de mensaje bueno, positivo, sea un animal, vegetal, un árbol, un ser humano”.

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