Trinidad y la magia del Hotel La Ronda

En el corazón de Trinidad, ciudad museo de Cuba y Patrimonio de la Humanidad desde 1988, se levanta el Hotel La Ronda como un refugio íntimo para quienes buscan sumergirse en la historia sin renunciar al confort. Su ubicación privilegiada frente al Parque Céspedes, también conocido como Plaza Carrillo, permite al visitante conectar con la esencia colonial de la villa desde el primer paso.
El inmueble, cuya construcción original data de 1868, ha transitado por múltiples usos hasta consolidarse como hotel en 1941. Desde entonces, ha mantenido el nombre La Ronda, convirtiéndose en un punto de referencia para el turismo cultural en la región. La edificación conserva elementos eclécticos que dialogan con la arquitectura colonial circundante, y su integración al segundo anillo de protección patrimonial refuerza su valor histórico.

La Ronda ofrece 17 habitaciones distribuidas en dos niveles, algunas con balcones que se abren a la plaza y otras que rodean un patio interior adornado con palmas y macetas. Cuatro de ellas son Junior Suite, tres matrimoniales y el resto estándar dobles. Todas cuentan con climatización, televisión satelital, minibar, caja de seguridad, teléfono y acceso a internet. Aunque el mobiliario resulta sencillo, los techos altos y los pisos de baldosas coloniales contribuyen a mantener una atmósfera fresca y acogedora.
El restaurante del hotel, con capacidad para 32 comensales, junto al Lobby Bar y el Bar Terraza, han sido bautizados con nombres de boleros cubanos. Esta elección no es casual: busca evocar el romanticismo y las tradiciones musicales de Trinidad, creando un ambiente que seduce tanto a visitantes nacionales como extranjeros. La oferta gastronómica combina platos criollos y continentales, y se complementa con servicios como desayuno continental, servicio de habitaciones, lavandería y prensa.

La atención personalizada y el ambiente familiar distinguen a La Ronda de otras opciones en la ciudad. Su cercanía a sitios emblemáticos como la Plaza Mayor, el Museo Romántico, el Palacio Cantero y la Iglesia de Santa Ana lo convierte en una base ideal para recorridos culturales. Además, la Península de Ancón, con playas de aguas cálidas y fondos marinos ricos en coral negro, se encuentra a solo 14 kilómetros, mientras que el Parque Natural Topes de Collantes, a 15 kilómetros, ofrece rutas de senderismo entre paisajes de gran valor ecológico.
Hotel La Ronda no compite con el lujo de establecimientos como el Iberostar Gran Hotel Trinidad, sino que propone una experiencia más íntima, centrada en la autenticidad y el contacto directo con la ciudad. Para quienes desean explorar Trinidad desde su centro vital, este hotel representa una opción estratégica, económica y cargada de historia.