Cuba y la temporada ciclónica en el 2019

Entre el primer día de junio y el último de noviembre Cuba vive uno de sus períodos más tensos del año: la temporada ciclónica.
En estos seis meses es cuando existe más probabilidad de que el archipiélago sea golpeado por un evento meteorológico, por lo que la preocupación es lógica, ya que los ciclones en el siglo XXI han costado a la economía cubana, anualmente, como promedio, casi 1600 millones de dólares.
Para 2019, los pronósticos son tranquilizadores, pues solo se esperan 11 tormentas de diferentes categorías. Este comportamiento está influido por la presencia del evento El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), unido al fortalecimiento del anticiclón subtropical del Atlántico Norte y de los vientos alisios, cuya combinación no es favorable para el desarrollo de los ciclones tropicales.
De acuerdo con la Dra. Miriam Teresita Yanes, jefa del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, nueve de las once tormentas se formarían en el Océano Atlántico, una en el Mar Caribe, otra en el Golfo de México y seis pudieran alcanzar la categoría de huracán. En esta temporada, los ciclones llevarán por nombre: Andrea, Humberto, Olga, Barry, Imelda, Pablo, Chantal, Jerry, Rebekah, Dorian, Karen, Sebastien, Erin, Lorenzo, Tanya, Fernand, Melissa, Van, Gabrielle, Néstor y Wendy.
CICLONES, TURISMO y CUBA
El turismo es uno de los sectores claves de la economía cubana y también uno de los más golpeados por los eventos meteorológicos. Por esa razón, el país aplica un amplio programa de medidas que incluye desde un sistema de alerta temprana muy bien estructurado, hasta procedimientos de evacuación inmediata y ordenada de los visitantes, así como la protección de las instalaciones turísticas.
En 2017, el huracán Irma causó serios daños a la infraestructura hotelera en Cayo Santa María, Cayo Coco y Cayo Guillermo; sin embargo, en pocos meses el Ministerio de Turismo fue capaz de reabrir esas instalaciones. Durante el paso del Irma, el 88% de los turistas que estaban en ese momento en el país se encontraban alojados en zonas de riesgo en la costa norte. Todos ellos fueron evacuados hacia lugares seguros.
El sistema de información meteorológica en Cuba es muy moderno y esto contribuye a ofrecer información muy fidedigna, no solo sobre tormentas tropicales o huracanes, sino también sobre tormentas locales severas e inundaciones. De acuerdo con Celso Pasos, director del Instituto de Meteorología, el país lleva 13 años consecutivos con una efectividad por encima del 90 % en sus predicciones climáticas. A esto se añade que el servicio meteorológico está muy conectado con la red de medios públicos de comunicación, por lo que los partes informativos sobre los ciclones son dados a conocer constantemente por televisoras, emisoras de radio, periódicos y sitios web.
Otro elemento muy importante es la Defensa Civil del país. Esta es una enorme estructura, que contempla todos los niveles y llega hasta todos los municipios del país, aunque solo se activa para el enfrentamiento de catástrofes, sobre todo en caso de un ciclón. La estructura está dirigida por militares, pero el 90% de sus miembros son civiles. Ante las diferentes fases (informativa, alerta, alarma) la Defensa Civil adopta una serie de medidas, que van desde trasladar a miles de personas, entre ellos turistas, que se encuentren en zonas de peligro potencial hasta la alimentación de los albergados y la salvaguarda de los bienes estatales.
DATOS CURIOSOS SOBRE LOS CICLONES EN CUBA
Según el reporte “Panorama Ambiental de Cuba 2016”, publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, desde 1791 hasta 2017 azotaron a Cuba 119 ciclones, de ellos 51 fueron de la categoría 1, en la escala Saffir-Simpson, 31 en la categoría 2, 16 en la 3, 14 en la cuatro y 3 alcanzaron la máxima fuerza, con vientos sostenidos superiores a 250 kilómetros por hora.
Un estudio realizado por el sitio de periodismo de datos Postdata mostró que, en el siglo XXI, el promedio de estancia en Cuba de los ciclones ha sido de 2,45 días y la temporada más intensa fue la de 2005, cuando se formaron 28 ciclones, de los cuales cinco afectaron directamente al país.
Los cuatro ciclones que más pérdidas de vidas han causado son: el de 1926, que dejó 650 muertes; el de Santa Cruz del Sur, en noviembre de 1932, considerado el mayor desastre natural del siglo XX, al provocar 3500 muertes; el de 1944 que arrasó La Habana y causó 300 muertes y el Flora que, en octubre de 1963, terminó con la vida de 2000 personas.
Mientras, en el plano económico, los ciclones que más daños han causado son: Ike, Matthew, Irma, Gustav, Michelle, Sandy, Dennis, Iván y Charlie.