Cementerio habanero resguarda monumento a víctimas alemanas del conflicto de 1870

Claudia Gómez
24 May 2019 3:35pm
Cementerio víctimas alemanas

En un solemne acto al que asistieron los embajadores de Francia y de la República Federal de Alemania, los señores Patrice Pauli y Thomas Neisinger, respectivamente; el Historiador de la Ciudad de la Habana, Dr. Eusebio Leal Spengler; embajadores de la comunidad europea en esta capital, así como importantes personalidades cubanas y extranjeras, quedó inaugurado, luego de una consiente y detallada renovación, el Obelisco, monumento de recordación a dos víctimas alemanas del conflicto franco-prusiano de 1870.

Ante una ofrenda floral a los caídos hicieron uso de la palabra los embajadores Pauli y Neisinger, seguidos de Leal, y todos coincidieron en que la paz mundial y la resolución pacífica de los conflictos debe seguir siendo el objetivo fundamental de cada uno de los gobiernos actuales.

A continuación las palabras íntegras de cada uno de ellos:

Embajador de Francia, Excmo. Sr. Patrice Pauli

Buenos días, para nosotros los embajadores de Alemania y Francia es un deber, un honor y un privilegio poder saludarles hoy aquí en el cementerio de Colon.
Hoy recordamos un acontecimiento que por distintas razones tiene gran importancia. Entre julio de 1860 y mayo de 1871 hubo guerra entre Francia y Alemania. En el marco de esta, el buque de guerra francés “Bouvet” y la cañonera de vapor “Meteor” de la marina real prusiana, efectuaron un combate a 10 millas de las costas cubanas, considerado el último duelo de caballeros en la historia de la marina.
Para proteger a las personas que nada tenían que ver con el asunto, los comandantes de ambos barcos decidieron resolver la disputa en altamar. 11 marineros resultaron heridos y dos miembros de la tripulación alemana perdieron la vida.

En nombre del consulado alemán en la Habana, fueron sepultados aquí el 10 de noviembre de 1870. Más tarde los miembros de la colonia alemana en Cuba erigieron este monumento con el nombre de los marineros caídos.

Estos sucesos y el monumento habrían pasado al olvido si el Historiador de la ciudad de la Habana, tan consiente de la historia no hubiese procedido a restaurarlo ejemplarmente. Le expresamos nuestro gran agradecimiento por este acto de humanidad y conciencia histórica. El monumento no refleja únicamente una tragedia humana sino que recuerda también tiempos pasados en los que una guerra se hacía siguiendo reglas vinculantes, ceñidas exclusivamente en os combatientes vinculados y manteniendo protegida y a salvo a la población civil y a terceros países.

Por mucho que repudiamos cualquier tipo de guerra, habría que sentirse satisfechos si esas reglas siguieran respetándose escrupulosamente en los conflictos de nuestra contemporaneidad.

Embajador de la República Federal Alemana: Excmo. Sr. Thomas Neisinger

Este monumento nos hace ver el peligro de la internacionalización­ de los conflictos. Hasta enfrentamientos muy lejanos pueden repercutir negativamente en nuestras vidas. La guerra no es capaz de resolver conflictos duraderamente. La resolución pacífica de los conflictos tiene que seguir siendo el objetivo de todos nosotros.

Estamos muy orgullosos de que Alemania y Francia hayan aprendido las lecciones del pasado. A pesar de los numerosos enfrentamientos históricos, la amistad y colaboración franco-alemana han logrado establecer los fundamentos duraderos de una Europa estable y libre de la violencia armada. La presencia de mi colega francés en esta ofrenda florar, en un sitio de recordación de marinos alemanes, es un ejemplo de ello y me conmueve mucho.

Cuando el 22 de enero de 163, a 18 años del fin de la segunda guerra mundial, cuando se firmó el Tratado de los Eliseos, lo que estaba en primer plano era sobre todo la reconciliación y el entendimiento entre Francia y Alemania, dos enemigos jurados, con la firma del nuevo tratado franco-alemán, el pasado 22 de enero de 2019, hemos elevado nuestra relaciones a un nuevo nivel, cimentándolas para el futuro.

La actualización del pasado nos permite evitar los errores históricos y concentrarnos en los que es deber de todos nosotros: la creación de una comunidad internacional armónica y libre de conflictos en Europa, en el continente americano, en el mundo entero.

Historiador de la Ciudad: Dr. Eusebio Leal Spengler

Distinguidos embajadores de Francia y la República Federal de Alemania, excelentísimos señores embajadores de la comunidad europea aquí con nosotros; Dr. Eduardo Torres Cueva, presidente de la Academia de Historia; distinguidos colaboradores míos, señoras y señores, nos reunimos aquí para un acto muy hermoso y me complace muchísimo poder participar en él.

En un rincón del antiguo cementerio de Espada, en la parte donde mayoritariamente están los panteones del Siglo XIX, se han depositado hoy estas flores, y por vez primera en muchos años, hondean las banderas unidas de los que una vez fueron adversarios irreconciliables.

Me complace mucho, a nombre de los trabajadores que han intervenido en la obra, haber devuelto la vida al pequeño monumento erigido en años de dolor y pena por la comunidad germana en la Habana. Ellos quisieron no olvidar a los marinos sacrificados aquel día. Me alegra profundamente que en un campo de paz y recordación como suelen ser y son los cementerios, acudamos esta mañana, haciendo un alto en el camino.

Muchos tenemos que llorar por nuestros muertos, ellos están aquí, al menos, como solemos decir en una fórmula recurrente los restos mortales. Hoy, el espíritu de aquellos está con nosotros y avalan las palabras de amor y reconciliación con las que se han abrazado ambos embajadores en representación de sus pueblos; por la paz del mundo; por la paz entre todas las naciones; por la paz en el continente americano sobre la base de la justicia y el reconocimiento de valores que nunca trascienden, me alegra haber contribuido, en nombre la oficina del historiador, y en el mío propio, a depositar esta ofrenda floral. Muchas gracias.

Cementerio víctimas alemanas

 

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