Cruz de Parra: un símbolo plantado por Cristóbal Colón en Cuba

Redacción Exce…
16 December 2019 1:04pm
Cruz de la Parra

No existe una cruz igual en toda América. Hecha mayormente de madera, la famosa Cruz de Parra, plantada por el almirante Cristóbal Colón cuando llegó a Cuba en 1492, es la única que se conserva de las 29 que el conquistador pusiera en el Nuevo Mundo.

Llegó a La Habana desde Baracoa por solo un mes. Fue la reliquia principal de la muestra De la Primada a la Real y Maravillosa, una exhibición que acogió el Palacio Marqués de Arcos a propósito de los 500 años de fundada La Habana.

Momento de los pocos, en que La Cruz de Parra sale de su habitual zona de exposición en la Parroquia de Baracoa, en la provincia de Guantánamo.

Sus dimensiones actuales son 80 cm de alto, 41 de ancho y más de 10 de grueso, de los 213 cm de longitud que tenía originalmente; cuando los más importantes personajes públicos de la época que llegaban a verla, pedían llevarse un trozo de ella.

Así sucedió hasta el siglo XVIII, fecha en la que se cubrieron de plata sus extremos para garantizar su conservación.

Hecha de madera cubana, Colón la plantó en 1492 durante su primer viaje pero por esos raros sucesos del destino fue encontrada 20 años después por el conquistador Diego Velázquez y sus hombres.

Estaba cubierta por hojas de uva caleta y de ahí vino su nombre. Como la imagen de esta planta (parra) es muy parecida a la vid, decidieron llamarla así: Cruz de Parra.

Y justo donde el Adelantado Diego Velázquez la encontrara, decidió fundar, en 1511 la primera villa de Cuba, Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa. La cruz, símbolo del cristianismo, era desde entonces una reliquia.

A sus pies, se pedía buenaventura, protección ante la proximidad de tormentas, huracanes, epidemias e incluso, el ataque de corsarios y piratas.

Tras numerosas pruebas de autenticidad hechas en Cuba y otras naciones, se estima que es la reliquia histórico-religiosa más antigua relacionada con la llegada de los españoles a América.

En 1998 fue bendecida por el Papa Juan Pablo II y en 2011 fue declarada Monumento Nacional de Cuba.

Back to top