Cuba busca producir más alimentos pese al cambio climático

Contribuir al incremento de la producción alimentaria incluso pese al impacto del cambio climático, es uno de los retos de la Sociedad Cubana de la Ciencia del Suelo, destacó el presidente de esa entidad, Luis Gómez.

Señaló entre otros desafíos, adoptar estrategias de mejoramiento y conservación del suelo, lograr mayor vínculo entre los centros de investigación y la producción y elevar la capacitación de los recursos humanos, desde el punto de vista científico y técnico, con vistas al trabajo futuro de la agricultura.

Gómez, también director general del Instituto de Investigaciones del Suelo, con sede en esta capital, aseguró que actualmente son los productores quienes identifican ese recurso natural como el principal y más necesario para elevar la producción en el sector.

Destacó la labor del movimiento agroecológico de campesino a campesino, que desarrolla la Organización Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), en el traslado de los conocimientos y experiencias sobre el manejo sostenible y conservación de los terrenos al resto de los productores.

Acerca de los polígonos de suelos, explicó que son áreas demostrativas y de plataforma de prueba de tecnología y capacitación a los productores bajo el principio de “vista hace fe”, de los cuales hay unos 130 en el país y se trabaja con miras a que exista uno en cada municipio.

Esos polígonos muestran el impacto de las técnicas en la producción, el mejoramiento y conservación de ese recurso, argumentó.

Cuando aplicas una medida antierosiva -ejemplificó Gómez-, evitas la pérdida de suelos por erosión hídrica y eólica, y ese efecto positivo se aprecia en el sitio seleccionado.

En opinión del especialista, el suelo es un elemento ambiental al que generalmente no se le presta la debida atención, no obstante su importancia para los ecosistemas y la economía.

Cuando este recurso se degrada, este fenómeno puede alcanzar proporciones graves y desembocar en desertificación, la cual no sólo perjudica a las zonas áridas en el mundo sino incluso en Cuba, principalmente en la región del este de la isla y que previsiblemente se acentuará debido al cambio climático.

Se trata de un elemento que cumple además funciones de producción de biomasa y fibra, reciclado de nutrientes y filtración de aguas, banco de genes y archivo del patrimonio geológico y arqueológico, un factor fundamental para el ciclo planetario del carbono.