Por qué no se debe beber alcohol al viajar
El alcohol etílico es el componente psicoactivo fundamental de las bebidas alcohólicas. Los grados representan el porcentaje de este compuesto que está presente en un líquido. De este modo, si un vino tiene 12 grados quiere decir que contiene un 12% de dicha sustancia.
Lea aquí: Algunas recomendaciones para viajar
Para valorar el consumo habría que traducirlo de ésta forma: cada cerveza, caña o vino que se tome se equipara a 10 gr de alcohol puro y cada copa de licor o cubalibre a 20 gr. Los límites de riesgo están entorno a los 60 gr al día en el caso del hombre adulto, 40 si se trata de un joven y 20 si es una mujer.
Según la Organización Mundial de la Salud, el consumo máximo recomendado de alcohol es de 30 gramos de alcohol diarios para hombres y 20 gramos para las mujeres.
Para calcular cuántos gramos tiene un vaso de una bebida alcohólica, hay que hacer el siguiente cálculo: Gramos = Graduación x Volumen (cl) x 0,8 / 10
Por ejemplo, una copa de vino de 10 centilitros de 13 grados tiene 10,4 gramos de alcohol.
Un whiskey de 5 centilitros y 42 grados tiene 16,8 gramos de alcohol.
Una cerveza de 33 cl y 5 grados tiene 13,2 gramos de alcohol.
Para un hombre significa que si bebe dos whiskey, o tres copas de vino, o dos cervezas y media, ya está por encima de una cantidad recomendable. Si antes de comer tomas una cerveza, luego durante la comida has tomado una copa de vino, y después consumes un ron o un whiskey, has ingerido 40 gramos, mucho más de lo aconsejable.
Para una mujer, con dos copas de vino o de cualquier alcohol ya sería demasiado.
Evidentemente, esto no significa que haya un inconveniente con la salud si algún día se consume algo más. El problema es cuando se superan estos niveles con regularidad. Por ejemplo, demasiadas personas toman más alcohol de lo recomendado casi todos los días. Otros no suelen beber entre semana, pero el fin de semana superan ampliamente lo recomendado. Esas costumbres son muy malas a la larga.
El doctor Frank Preston, subdirector de los servicios médicos de la British Airways, desaconseja consumir alcohol durante el vuelo porque puede producir deshidratación. ¿Por qué la deshidratación es más peligrosa en pleno vuelo? Porque el interior de los aviones en vuelo es particularmente seco.
El aire que penetra en la cabina cuando la aeronave vuela a gran altura es un aire carente de humedad. Y tomar alcohol contribuye a que el cuerpo humano pierda agua. La peor de las bebidas es el champán, que, además de alcohol, contiene gases, lo que puede producir dolores estomacales.
La parte más atractiva del consumo de bebidas alcohólicas para muchas personas son las respuestas psicológicas que produce: euforia, sentimiento de poder con todos los problemas, espontaneidad, locuacidad, desinhibición, sentimiento de afiliación social… Pero se podrían considerar estos efectos como una máscara tras la cual se esconden otros efectos no tan positivos.
En relación a los efectos negativos del alcohol se deben en su mayoría a que es una droga depresora del sistema nervioso central. Por esto, disminuye los reflejos y adormece la actividad de las neuronas del cerebro situadas en la zona destinada al control de las características específicamente humanas como son: reflexión, normas éticas, reglas de relación social, etcétera.
Además, cuando se viaja en avión los factores ambientales como la presión barométrica y de oxígeno, humedad, temperatura, vibraciones, turbulencias ocasionales o espacio disponible dentro del avión, son algo diferentes a las condiciones en tierra firme. Debido a estas pequeñas diferencias, algunos de ellos pueden producirnos pequeñas molestias que raramente nos impedirán disfrutar de un apacible viaje.
La presión barométrica y la de oxígeno sufren una pequeña reducción ya que, durante el vuelo, se suele alcanzar una altitud estándar de 28.000 a 35.000 pies (8.500 a 10.600 m) sobre el nivel del mar, de manera aproximada. Por ello el organismo puede sufrir algunas pequeñas alteraciones como el hecho de que el gas intestinal se expanda, con las consecuentes molestias que ello conlleva. Para prevenirlo sería conveniente no realizar comidas pesadas o flatulentas, desde el día anterior al viaje.
También se suelen producir desajustes en la presión, durante el despegue y el aterrizaje del avión, provocando taponamiento en el oído en algunas personas. Una forma de evitarlo es igualar la presión en el oído tapando la nariz con los dedos y soplando suavemente sin sacar el aire. Otras opciones, igualmente válidas, pueden ser mascar chicle o sonarse la nariz.
La humedad en el interior del avión suele ser entre un 10% y un 20% más baja, por lo que la sensación de sequedad en los ojos o las vías respiratorias será ligeramente más notoria. Por tanto, es aconsejable evitar el consumo de alcohol y café desde el día anterior al viaje, pues estos tienen un efecto deshidratante. Una vez iniciado el viaje, lo más recomendable es beber líquidos en abundancia (preferiblemente agua o zumos) y utilizar crema hidratante.
En general los efectos de los viajes en avión se presentan siempre, independientemente de la duración de los mismos, sin embargo conforme aumenta la duración de los vuelos la intensidad de estos efectos es mayor por lo que es necesario tomar medidas para prevenir consecuencias negativas:
· En primer lugar se debe estar consciente que la presión dentro de la cabina del avión es equivalente a estar a 2.500 metros de altura; la mayor parte de las personas viven por debajo de esa altitud por lo que podrían experimentar ciertas molestias en los oídos o la cabeza debido a la presión.
· En segundo lugar el aire de la cabina es bastante frío y seco, esto provoca dos consecuencias importantes; la sequedad de las mucosas (boca, nariz, ojos) y deshidratación, aun cuando estemos quietos sin hacer mayor cosa el simple hecho de respirar aire frío y seco incrementa nuestra pérdida de líquidos por la vía respiratorio lo cual provoca deshidratación, sobre todo en viajes largos.
· El confinamiento en un espacio reducido (el área del asiento) con pocas posibilidades de movernos y caminar representa un estrés físico importante, sobre todo para los sistemas musculo esquelético (al mantener la misma posición durante horas) y el sistema circulatorio (el retorno venoso no es bueno si no nos movemos).
Algunas recomendaciones para ayudar a que se mantenga sano, cómodo y con el menor desgaste posible en un viaje aéreo:
· Hidratarse Bien. Previo al vuelo es necesario consumir suficiente cantidad de líquidos de manera que el cuerpo esté preparado para asumir el incremento de pérdidas que sufrirá; así mismo durante el viaje es necesario ingerir agua regularmente a fin de reponer las pérdidas, sobre todo si el tiempo de vuelo supera las dos horas.
· Evitar Bebidas Alcohólicas. El consumo de bebidas alcohólicas podría calmar los nervios de aquellos pasajeros ansiosos sin embargo no es para nada recomendable; el metabolismo del alcohol deriva en un aumento de la pérdida de líquidos por lo que no es buena idea consumirlo en un ambiente donde se es propenso a la deshidratación.
· Comer Ligero y evitar alimentos que produzcan flatulencias. Una comida copiosa inmediatamente antes de volar no es para nada recomendable, los cambios de presión, el estrés físico y la demanda metabólica de digerir una comida pesada confluirán en un sólo punto haciendo que la persona se sienta cansada, fatigada y en muchos casos presente síntomas con nauseas, vómitos y diarrea por ello antes de viajar es mejor comer ligero.
· En los días previos al viaje es buena idea evitar los alimentos que incrementan la cantidad de gas en los intestinos; entre ellos los más conocidos son los frijoles, el brócoli, el coliflor, la leche completa y los granos en general; si se consumen estos alimentos el proceso normal de digestión generará mayor cantidad de gas intestinal que lo habitual; este gas se expande cuando se presuriza la cabina (presión equivalente aproximadamente a 2.500 msnm) lo cual generará incomodidad abdominal, distensión, náuseas y sensación de indigestión.
· En caso de dolor de oídos y congestión a quienes sufren un resfrío, se recomienda tomar un descongestionante media hora antes de despegar. Los niños pueden experimentar dichas molestias, y para aliviar el problema es conveniente chupar caramelos o masticar chicle, especialmente en el despegue y el aterrizaje, cuando la presión cambia abruptamente.
· Solución Fisiológica y Lágrimas Artificiales. En vuelos largos es mala ideal llevar un gotero de solución fisiológica para uso nasal y un frasco de lágrimas artificiales; cada vez que se sienta sequedad aplicar en la nariz dos o tres gotas de solución en cada fosa nasal y cada vez que se sienta sequedad en la nariz dos o tres gotas de solución en cada fosa nasal; igualmente con los ojos, cuando exista sensación de sequedad, picazón o sensación de cuerpo extraño una gota de lágrimas artificiales en cada ojo.
· Medias de Compresión para Viajeros. La inmovilidad prolongada siempre va acompañada de “hinchazón” (edema) de los pies y en algunos casos se desarrolla Trombosis Venosa Profunda (TVP), una condición que podría poner en riesgo la vida de la persona.
· Estiramiento
· Seleccione bien su comida antes y durante el vuelo.
· Trate de dormir.
· Deben evitarse los vuelos en el postoperatorio, ya que la disminución de la presión causa una expansión del aire, incluido aquél que puede haber quedado fuera de los pulmones (por ejemplo, en el caso de cirugías torácicas) o que eventualmente tensione vísceras huecas suturadas (como en las cirugías estomacales o intestinales). Dicha expansión puede hacer que se rompan los tejidos, de la misma manera que un globo se revienta, con consecuencias gravísimas para la salud.
Si le ha parecido interesante este artículo o le ha resultado mínimamente útil, haga comentarios y recomiéndelo. ¡Gracias!