Turismo y religión en la relación entre Cuba y Estados Unidos (1)

alina
25 February 2016 2:56pm

La visita del presidente estadounidense Barack Obama a Cuba distingue la posibilidad de avanzar cada vez más en la normalización de las relaciones entre los dos países hablando en el sentido de la política, relaciones diplomáticas y actividad económica en general, lo cual beneficiará a ambos países y será aplaudido por todos.

Sin embargo a consideración de este autor a medida que se avance en este sentido una nueva etapa en las relaciones culturales se irá profundizando a manera de confrontación de ideas entre Cuba y los Estados Unidos, algunos le han llamado una verdadera guerra cultural. Este escenario y sus cambios nos obliga al estudio más detenido de las manifestaciones de intercambio en los que la religión tiene una presencia significativa y la actividad de los viajes y el turismo se presenta como un medio preferencial.

La intención es presentar el inicio de un estudio que tiene como objetivo identificar algunas de las características de procesos transnacionales entre Estados Unidos y Cuba traducidos en acciones que implican a la relación entre el turismo y la religión como fenómenos sociales.

Como en otros trabajos se insiste en la idea de ver al turismo no solo como actividad comercial y económica, la llamada “industria del ocio” -relacionada en la mayoría de los casos como disfrute banal- es además un fenómeno cultural que implica fundamentalmente complejas relaciones sociales.

 En estas interconexiones inciden desde complejos procesos de la conciencia religiosa y los vínculos intersubjetivos en el entorno cultural de la globalización, hasta mecanismos económicos, antecedentes históricos y contradicciones políticas. Vistos estos procesos en un movimiento de contradicciones que abarcan desde lo metasocial hasta las disímiles  vivencias personales. El hecho es que las relaciones Cuba-Estados Unidos en el ámbito religioso se han presentado con diversas aristas, desde las nobles acciones de Pastores por la Paz, los vínculos históricos entre las iglesias protestantes y evangélicas cubanas y sus iglesias madres en Estados Unidos, los espontáneos vínculos culturales-religiosos de estadounidenses con las religiones cubanas de origen africano, hasta las manipulaciones políticas de la religión en Cuba por parte de diferentes administraciones.

Actualmente en el contexto de estas relaciones pueden aparecer nombres de productos tan inesperados como el tractor norteamericano “Oggún” (nombre del oricha de la santería cubana), a ensamblarse en Cuba por la firma estadounidense Cleber LLC liderada por judíos. Pero también fricciones como la Declaración Protesta de la Institución religiosa Asociación Cultural Yoruba de Cuba (www.yorubacuba.org/) por la intención de la filmación en Cuba  de  la  serie  televisiva ¨Santería¨ de la cadena norteamericana de televisión Starz, que aborda una trama policiaca de crímenes relacionados con esa religión afrodescendente.

Uno de los factores principales que salen a la luz cuando se analizan mercados turísticos como el estadounidense es el político. Las relaciones políticas pueden contraer o expandir la actividad de turismo y los viajes en general entre los dos países de acuerdo con determinados momentos. Se ha planteado por estudiosos del turismo que sólo la flexibilización de las restricciones de viaje por parte del gobierno de EE.UU representa la afluencia de cientos de miles de estadounidenses hacia Cuba sin contar los viajes de la población de origen cubano radicada en el país del norte, lo que ha sido demostrado por la realidad actual. Según datos del profesor de la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana, Dr. José Luis Perelló, hasta diciembre de 2015, al cumplirse un año del comienzo del llamado deshielo entre las dos naciones, la llegada de estadounidenses creció un 74,2 % en comparación con 2014.

Un activo y diverso reavivamiento religioso en el mundo, que incluye Estados Unidos y Cuba, ha creado condiciones favorables para el desplazamiento por motivos religiosos. Fidel Castro ha  planteado sobre las religiones en Estados Unidos: “Las religiones tienden, en general, a crecer en todos los países. En Estados Unidos, miren que paradoja, hay muchos creyentes muy religiosos, tienen 1600 denominaciones religiosas... Hay algunas iglesias con más influencia, la protestante, la católica, pero existen muchas otras denominaciones. De esas 1600, han surgido 800 en los últimos 25 años.

En los primeros años de la década del 2000 unos 80 mil norteamericanos viajaron anualmente a Cuba, la mayoría de manera ilegal. En los estudios realizados con trabajadores de instituciones turísticas que los han atendido se pone de manifiesto el interés de estos grupos por las manifestaciones religiosas en Cuba y en especial en las religiones cubanas de origen africano, tanto en actividades académicas como culturales incluyendo la propiamente religiosa. El tema religioso estuvo presente también por ser una de las pocas vías autorizadas para viajar a Cuba.

Si comparamos este interés con el de viajeros de otros países se manifiesta claramente que, de una forma u otra, los norteamericanos son los más interesados en la religión en Cuba. Sólo se les acercan en este grado de interés los mejicanos.

“La religión que más les atrae es la santería –dice Jorge Jesús guía de turismo de la agencia Havanatur con varios años de experiencia en la atención a norteamericanos- pienso, es mi opinión, por el vínculo de esta religión con la música en sus ritos, las danzas etc. Muchas veces, continua el profesional en diálogo con el autor, plantean la posibilidad de contactar con un babalawo o alguien que viva dedicado a esta religión y percibirlo más de cerca, no viéndolo como un producto turístico que se ha preparado.”

Este llamativa atención por los temas de la religión en Cuba no son incoherentes con la divulgación de un turismo de manifestaciones artísticas y culturales de la religión que respondan a un interés existente en Estados Unidos y otros países por el conocimiento del espectro religioso cubano, lo cual contribuirá al conocimiento mutuo de las culturas de los dos pueblos.

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