Un trocito de sabor cubano en la Capital de la Coctelería Iberoamericana
Para algunos que se han deleitado con más de un sorbito, ya sea del daiquirí, el mojito o el Cubalibre, preparados con el prestigioso ron Havana Club por cantineros cubanos, bastaría solo uno de esos cócteles para declarar a La Habana Capital de la Coctelería Iberoamericana, reconocimiento entregado oficialmente a la ciudad por Rafael Ansón, presidente de las Academias Iberoamericana y Española de Gastronomía, (AIBG).
“Un trocito de sabor cubano en cada trago” es la máxima que identifica a estos cócteles, los cuales se inscriben entre las expresiones de la cultura y la identidad nacional.
Por supuesto que ese sello de excelencia está muy vinculado, aparte del talento de los cantineros, con la calidad del ron de la mayor Isla del Caribe, el cual constituye un reconocido producto dentro de la familia de los rones mundiales y que cuenta con diversas clasificaciones como ligero, de aroma muy fino y sutil, sabor ligeramente dulzón y apropiado tanto para tomar solo como mezclado con bebidas refrescantes o combinados.
Entre los 15 mejores tragos del mundo figuran junto al Old Fashioned, Gin & Tonic y el Manhatan, tres cócteles cubanos: el Daiquiri, el Mojito y el Cubalibre. Por eso no hay que asombrarse de que haya sido La Habana - cercana ya a cumplir el medio milenio de fundada- la primera en ser declarada Capital de la Coctelería Iberoamericana, distinción otorgada en la Feria Internacional de Turismo (Fitur 2018),en Madrid en enero último.
Ansón estuvo acompañado en la capital cubana por José Carlos de Santiago, Embajador de la Academia Iberoamericana de Gastronomía y Presidente del Grupo Excelencias, y Jorge Méndez Rodríguez-Arencibia, Presidente Ejecutivo de la Cátedra Cubana de Gastronomía y Turismo, durante la entrega del reconocimiento en el emblemático cabaret Tropicana al ministro cubano de Turismo, Manuel Marrero, quien agradeció el reconocimiento.
LA COCTELERÍA, UN COMPLEMENTO INDISPENSABLE
El archipiélago cubano, pleno de atractivos para los miles de vacacionistas que acuden cada año a sus numerosos destinos turísticos, complementa su oferta del ocio con elementos que marcan las costumbres de siglos, de ahí que la declaración de Capital Iberoamericana de la Coctelería revista singular importancia.
Abundante sol, clima tropical por excelencia, hermosas playas de blancas arenas y una cultura centenaria se dan la mano para conformar una mezcla única capaz de responder a los gustos más exigentes, sin olvidar aquellas usanzas y ritos que van incluso hasta el disfrute de bebidas propias de la mayor de Las Antillas.
Entre ellos figura la coctelería, considerada por sus adeptos como algo sumamente atractivo para degustar en compañía de amigos, sin olvidar la posibilidad de su maridaje con un buen puro.
Porque para muchos de los visitantes que vienen a este país caribeño, el disfrute de una copa está estrechamente vinculado a un habano, en una especie de ritual muy de moda no solo en el archipiélago, sino también en regiones de cultura milenaria como el llamado viejo continente, Europa.
¿PARA DEGUSTAR UN CÓCTEL? LA BODEGUITA DEL MEDIO Y EL FLORIDITA
Hay en La Habana dos sitios emblemáticos: la Bodeguita del Medio y El Floridita, donde se ofertan el mojito y el daiquirí que tanto deleitaron al escritor estadounidense Ernest Hemingway (1899-1961, Premio Nobel de Literatura en 1954), y a numerosos visitantes nacionales y foráneos que acuden a esos sitios en busca de sus cócteles estrellas.
En la calle Empedrado, muy cerca de la Catedral, está la Bodeguita que se le llamó del Medio precisamente por su ubicación. En 1942 surgió como establecimiento para la venta de alimentos, pero ya transcurridos unos años su dueño, el español Ángel Martínez, la convirtió en un restaurante rústico. Tiene un ambiente bohemio y sus mojitos y comida criolla resultan muy atractivos para quienes acuden a ese lugar.
Caminando un poco más allá, por la calle Obispo, se encuentra El Floridita, templo universal del daiquirí. En este bar restaurante que nació hace dos siglos se ofertan 16 tipos diferentes de ese cóctel.
Con la recurrente visita al lugar del futuro Premio Nobel de Literatura,en 1928 surgió el daiquirí Papa doble, elaborado especialmente para él al saberse que no lo deseaba con azúcar y sí con un marcado sabor a ron. En lugar de ese edulcorante le pusieron zumo de pomelo y dos líneas de ron, y ¡se hizo el Papa doble!.
Es preciso aclarar que no solo en estos bares, por ser de los más icónicos, se ofertan esos cócteles, sino que desde los más clásicos hasta los más modernos mantienen en sus cartas esas refrescantes bebidas preferidas por numerosos visitantes nacionales y foráneos.
Además de los ya nombrados mojito, daiquirí y Cubalibre existen otros que son también capaces de deleitar el más exigente de los gustos, como el cóctel Presidente, que tuvo popularidad en las décadas que van de 1920 al 1940.
Igual ha tenido mucha aceptación el Ron Collins, una tropicalización de ese cóctel estadounidense traído por bármanes de territorio norteamericano a la ínsula.
Como la coctelería representa una arista de la cultura, la actriz Mary Pickford inspiró cuando filmaba una cinta en La Habana a un barman que creó un cóctel con su nombre.
La mulata cubana también suscitó el interés, debido a su sensualidad, y hubo un cantinero que la inmortalizó con el cóctel que la identifica.
Del fruto del cocotero mezclando su refrescante contenido con aguardiente surgió el saoco, que engrosó la lista de cócteles cubanos, al igual que otros que siguen marcando una alta puntuación en la preferencia de los consumidores.
Una vez más (en agosto próximo) Cuba celebrará el 22 Campeonato Panamericano de Coctelería, una oportunidad para que los bármanes de la Isla y la región hagan gala de su maestría en la preparación de esos tragos.
La condición recibida por La Habana como Capital de la Coctelería Iberoamericana la compromete aún más a mantener en las cartas de sus bares esas refrescantes bebidas, elaboradas con la mayor calidad y preferidas por numerosos visitantes nacionales y extranjeros.
