Jardines de la Reina, un paraíso en las costas cubanas

Descrito por quienes lo conocen como destino paradisiaco, Jardines de la Reina es un laberinto natural y reservorio de especies casi extintas.

Un conjunto de cayos que bordean el litoral costero de las provincias de Ciego de Ávila y Camagüey, el sitio fue bautizado por el almirante genovés Cristóbal Colón en honor a la Reina de España Isabel la Católica.

Con unos dos mil 170 kilómetros cuadrados distribuidos en cayos estrechos y relativamente pequeños, ricos en matorrales, complejos de vegetación y varias franjas de dunas arenosas.

Jardines de la Reina se considera el más conservado de los cuatro grupos insulares que rodean a Cuba, debido a su aislamiento geográfico y a la ausencia de desarrollo poblacional.

Declarado reserva marina en 1996, el destino cubano clasifica como un reservorio genético por la diversidad biológica y la exclusividad de especies de insectos y moluscos que atesora.

Sus fondos marinos son hábitat natural de meros y guasas, especies casi desaparecidas en otras zonas de la geografía caribeña. Poseen una gran cantidad de corales, gorgonias, esponjas, moluscos, crustáceos y peces, de gran valor ambiental y económico; y principal sitio de desove de las cuatro especies de tortugas marinas de Cuba (carey, tinglado, verde y la caguama).

Los amantes del buceo contarán con un centro internacional para dicha actividad, con ofertas de inmersiones a todo lo largo del destino, sitio de obligada visita para quienes gusten de ver sábalos, robalos, macabíes, pargos, albacoras, cuberas y otras especies de peces; y destaca como atractivo principal, la convivencia segura con diferentes especies de tiburones.

Sin dudas, en los fondos marinos de Jardines de la Reina, señorea la belleza de la naturaleza. Allí la explotación turística es limitada, y el visitante puede realizar, además del buceo, actividades de pesca recreativa, ambas sobre bases ecológicas y sostenibles, que permiten mantener casi intactos los valores naturales del lugar.