Remedios: Donde la Historia respira entre adoquines y aldabas

Redacción Exce…
17 May 2025 7:26am
Remedios

En una isla donde el turismo suele concentrarse en destinos como La Habana o Varadero, existe un rincón colonial que ha sabido preservar su esencia sin caer en el artificio. San Juan de los Remedios, fundado en 1514 y conocido simplemente como Remedios por sus habitantes, es el octavo pueblo establecido por los españoles en Cuba y uno de los que mejor conserva su autenticidad.

Aquí, el tiempo parece haberse detenido, no por falta de progreso, sino por la firme decisión de sus pobladores de mantener viva una tradición que se palpa en cada calle, en cada portal y en cada encuentro con sus gentes.

La historia de Remedios está tejida con hilos de leyenda, rebeldía y fe. Surgida en el siglo XVI bajo la sombra de conquistadores como Vasco Porcallo de Figueroa, quien llegó a declararla su feudo personal para evadir impuestos, la villa adquirió desde sus inicios un carácter indomable. Sus calles guardan relatos de corsarios franceses que la incendiaron en 1578, dejando en pie apenas la iglesia mayor, y de promesas como la de Castellanos, un anciano que, durante un huracán del siglo XIX, juró que su muerte conmovería al mundo... y así fue.

Pero si hay algo que define el espíritu de Remedios, son las Parrandas, una festividad declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Cada 24 y 25 de diciembre, los barrios de San Salvador y El Carmen se enfrentan en una rivalidad creativa que se prepara durante todo el año. Carrozas, trabajos de plaza, fuegos artificiales y música convierten al pueblo en un espectáculo de luces y color. No se trata solo de una fiesta, sino de un ritual que moviliza a generaciones enteras y que expresa, como pocos, la identidad de un pueblo que resiste a través del arte.

Parrandas de Remedios

 

El centro histórico de Remedios guarda otra singularidad: dos iglesias coloniales del siglo XVI, enfrentadas una a la otra en los extremos del Parque José Martí. La Parroquial Mayor de San Juan Bautista, con su impresionante altar laminado en oro, y la Iglesia de Nuestra Señora del Buen Viaje, surgida de una leyenda que habla de una Virgen que se negaba a permanecer en el templo asignado y volvía cada noche a la casa de un anciano esclavo lucumí. Este diálogo arquitectónico, único en Cuba, refleja el sincretismo y la devoción que han moldeado la cultura local.

Para quienes visitan Remedios, los encantos no están en grandes atracciones, sino en los detalles: la Plaza José Martí, corazón fundacional de la ciudad; las calles adoquinadas con aldabas de bronce en forma de manos o leones; el Museo de las Parrandas, que atesora la memoria de la festividad más emblemática; y la Estatua de La Libertad.

Remedios ha resistido huracanes, ataques de piratas y el paso del tiempo sin perder su alma. No es un pueblo que se venda al turismo, sino que se comparte con quienes buscan una Cuba profunda, donde lo histórico y lo cotidiano se funden en una misma realidad. En un mundo donde la autenticidad escasea, este rincón de la isla sigue siendo un refugio de lo genuino.

Remedios infografía

 

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