El Santísima Trinidad, mayor modelo naval de Cuba

No existe en La Habana, ni en Cuba, un modelo naval similar al Santísima Trinidad. Es el buque de mayores proporciones construido en la Isla hasta hoy y una representación del mayor navío de línea de la historia naval. Basta llegar a una de las salas del Museo Castillo de la Real Fuerza para apreciar la bellísima maqueta de uno de los barcos más importantes de la Cuba colonial. Fue uno de los proyectos más ambiciosos de la Corona Española del siglo XVIII. Fue una idea del conocido constructor naval Mateo Mullan quien fue contratado como experto para remozar la construcción naval española y es cuando se comienza a pensar en este gran barco. Pero mucho antes de comenzar el proyecto muere Mullan y las obras se le encargan a Pedro de Acosta, quien trabaja sobre la base del diseño, los planos, la ejecución y delineación del buque que hiciera el hijo de Mullan, al morir su padre. Una vez concluida las obras, el Santísima Trinidad fue botado al agua en 1769. Y aunque en los años siguientes, se le hicieron modificaciones para aumentar su flotabilidad y poderío de vela, el barco sería una obra con muchos problemas de navegación. Tenía las paredes de las bordas de más de 30 cm. de espesor, de caoba, de manera tal que las balas de cañón no podían penetrarlo a distancias cortas. Poseía cuatro puentes y más de 140 bocas de fuego, lo que lo hacía bastante pesado para navegar. Pero eso solo lo sabía la marina española. Para el resto del mundo, el Santísima Trinidad inspiraba miedo.
Participó en numerosas batallas, navegó por 36 años hasta que encontró su final en 1805 durante la batalla de Trafalgar, punto culminante de la navegación a vela. Fue un enfrentamiento entre las fuerzas franco—españolas y británicas. Sucedió un 21 de octubre. Fue apresado por los ingleses después de haber sufrido serias averías pero un temporal ocurrido el día 24 impidió que se lo llevaran. Finalmente quedó hundido para siempre en la zona de Trafalgar. Y aunque se han logrado recuperar cañones y otros elementos, la mayor parte del barco sigue bajo el agua. Hace diez años, se le quiso rendir tributo al que fuera un barco reconocido en el mundo y construido en el entonces Arsenal de La Habana con maderas preciosas cubanas. Se le hizo un modelo naval con características singulares. De la creación del modelista naval Juan Carlos Zuloaga, el montaje se hizo a la vista del público y en una escala de 1:25.
La maqueta es abierta en uno de sus lados, de manera que se puede apreciar cómo era la vida a bordo de un barco de esta magnitud.Próximamente, esta maqueta naval, la mayor que existe en Cuba será objeto de un trabajo de conservación.