Santa, clara y pilonga ciudad

Santa Clara 330 Díaz Canel

Los nacidos en Santa Clara, la ciudad que este 15 de julio arribará a su aniversario 330 de ser fundada, son pilongos por excelencia, aunque no hayan sido bautizados en la pila bautismal de la Parroquial Mayor.

Quienes aquí habitan, se sienten orgullosos de haber venido al mundo o de vivir en la tierra de la Benefactora Marta Abreu de Estévez y de Ernesto Che Guevara, el guerrillero argentino que les dio la definitiva libertad en diciembre de 1958.

Entre sus maravillas se encuentra el Parque Vidal –antigua Plaza Mayor- corazón de la vida citadina de los santaclareños, considerado uno de los más bellos de Cuba y el único que ha sido atacado tres veces durante nuestras guerras libertarias: en 1876, por tropas del general mambí Federico Fernández Cavada; en 1896, por el generalísimo Máximo Gómez, asalto que costó la vida al valiente coronel Leoncio Vidal Caro; y en diciembre de 1958, por las tropas lideradas por el comandante Ernesto Che Guevara.

La urbe tuvo el privilegio de contar con cinco periódicos circulando entre 1831 a 1860; gozó del alumbrado de gas en sus principales arterias y de la presencia del ferrocarril desde 1860, además de ser fundado aquí del primer cuerpo de bomberos de Cuba.

También se cuenta que estuvo propuesta para ser capital de la Isla, aunque pocos lo recuerden; que contó con su Torre Eiffel, una réplica de la famosa edificación parisina, situada en el centro de la Plaza de Armas, con 28 metros de alto y siete de ancho, toda de madera y adornada con 25 mil flores de papel.

Pero Santa Clara es mucho más que eso. Es música, poesía, literatura; es el burro Perico, el Niño de la Bota Infortunada o El Mejunje de Ramón Silverio. Es también, el lugar que tiene el privilegio de contar con dos instituciones tan prestigiosas como la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas y el Cardiocentro Ernesto Che Guevara, además de ser la urbe donde se custodian los restos del Guerrillero de América y sus compañeros de lucha.

Cuentan los historiadores que fue la búsqueda tierras fértiles para el desarrollo de la ganadería y la agricultura, y no el ataque de los corsarios y piratas o las 35 legiones de demonios las que motivaros a un grupo de dieciocho familias a abandonar la villa de San Juan de los Remedios, para fundar otra en el centro de la Isla.

Aquel día, el 15 de julio de 1689, al oficiarse la primera misa al pie de un tamarindo, daba inicio la larga historia de Santa Clara, una ciudad que atesora hechos que la hacen única e irrepetible por su cultura, historia y tradiciones.

Entre los pasajes que hacen sentir orgullo por esta tierra, está el hecho de que hijos de esta villa enfrentaron el ataque inglés a La Habana en 1762, al enviar milicianos criollos a combatir a las casacas rojas del rey Jorge III; en tanto, el cabildo santaclareño le declaró la guerra al invasor, en una clara manifestación de patriotismo local.

De igual manera, ilustres patriotas santaclareños como Miguel Gerónimo Gutiérrez y Eduardo Machado, entre otros, encabezaron la Junta Revolucionaria de Villaclara que el seis de febrero de 1869 se alzaron contra la Metrópoli española en Cafetal González.

Por esas y otras muchas razones, los santaclareños viven orgullosos de su ciudad, esa que este lunes arribará a sus primeros 330 años de vida.

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