Faro Roncali en Cuba, centinela que opta por ser Premio Nacional

Ubicado en el Cabo de San Antonio, territorio más occidental de Cuba, el Faro Roncali es insignia de referencia para todo el territorio nacional. Justo allí, en la Península de Guanahacabies, este inmóvil y vetusto vigía forma parte, por estos días, de los nominados en la categoría de Conservación, al Premio Nacional de Restauración y Conservación 2020, otorgado cada año por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.

La construcción de este mudo testigo de enfrentamientos entre corsarios y piratas en el Mar Caribe, comenzó en 1846, por orden del Gobernador General O´Donnell y culminó en 1849 bajo el Gobierno de Federico de Roncali, el Conde Alcoy, quien prestó su apellido para nombrar esta obra; inaugurada al año siguiente, el 15 de septiembre de 1850.

Con el paso del tiempo el Faro Roncali se ha convertido en un símbolo arquitectónico de Cuba, según consta en el expediente presentado para la nominación por ser erigido, en las más disímiles adversidades, sobre una cantera que no sufrió ninguna alteración, al ser empleada únicamente para la construcción del fanal y la casa de los torreros.

El Faro, uno de los 17 que mantienen vigilancia permanente en la Isla, está enclavado en un promontorio rocoso natural que se alza a unos 10 metros sobre el nivel del mar, y edificado con piedras redondeadas de más de 25 centímetros de espesor obtenidas a pico cerca del lugar donde se levanta, oteando siempre al Caribe desde sus poco más de 25 metros de altura, desde la base hasta el techo circular de la casamata desde la cual se proyecta el haz de luz, con un alcance de 18 millas de distancia con destellos en 10 segundos y ocho de oscuridad; y que en tiempos de huracanes se mantiene encendido las 24 horas del día.

Roncali está considerado como de primera categoría, pues cada año su luz sirve de guía a miles de embarcaciones que recorren las aguas caribeñas y del Golfo de México; así como el orientar las embarcaciones en su tránsito por las peligrosas aguas del extremo más occidental de Cuba, servicio que brinda desde hace un siglo.

Lo inhóspito del sitio en que está ubicado hace posible el acceso al faro por mar o a pie por caminos intransitables y peligrosos; lo que forzaba a los torreros y a la guarnición a trasladarse al lugar en embarcaciones.

No es hasta la década del 70 del pasado siglo que se construye una carretera y toda una comunidad destinada a las familias carboneras de Los Cayuelos, así como otra vía de 63,3 kilómetros con todas las condiciones que permite el acceso al Cabo de San Antonio.

Desde los farallones próximos al Faro Roncali es posible divisar paisajes de extraordinaria belleza, gracias a la biodiversidad vegetal única de la Península de Guanahacabibes, la cual fue declarada Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO en el año 1987.